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Juan Escarré, durante la entrevista en el Polideportivo de Beteró. IRENE MARSILLA
ENTREVISTA DE LA SEMANA

Juan Escarré: «Una medalla olímpica te hace entrar en la historia. La tenemos cuatro gatos»

«La plata de Atlanta mola mucho, pero me habría gustado el oro. En el deporte se compite siempre para ganar», señala el ahora miembro del staff de la selección masculina de hockey hierba

Lunes, 21 de marzo 2022, 13:37

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Juan Escarré (Alicante, 1969) es una de las leyendas de la Comunitat. Plata olímpica con la selección de hockey hierba en Atlanta, además de militar en su club de toda la vida (el Atlético San Vicente), también jugó en Inglaterra, Egipto y la India. Técnico de deportes en la universidad de su ciudad natal, para el ciclo olímpico de París forma parte del staff técnico de la selección masculina, como entrenador ayudante, encabezado por el argentino Max Caldas.

-Una anécdota conocida es la de su padre (Antonio Escarré, recientemente fallecido) llevando a usted y sus compañeros de equipo cuando iban a entrenar. ¿Qué se diría hoy si trascendiera que un conseller de Cultura transporta a 12 niños en un coche?

-(Ríe) ¡Buf, pues sí!. Además, lo hizo mucho tiempo. Él contaba que eran bastantes más de 12. Lo recuerdo con muchísimo cariño porque el deporte me gustaba, y además porque estaba con los amigos. Meterte en el coche o el autobús e irte a entrenar o a competir a Bélgica… también fuimos al extranjero a algún torneo. Eso es inolvidable. Mi padre y su hermano Salva, que era portero, jugaban a hockey. Mis hermanos Roberto y Mari Carmen, y yo, estábamos en la banda durante los partidos. De vez en cuando nos echaba un ojo y ahí estábamos haciendo el zángano nosotros con el palo y la bola. Esos son mis primeros recuerdos.

-O sea, que ha mamado el hockey como deporte recreativo, que es lo que toca con los niños.

-Y lo sigo viendo igual, totalmente como algo lúdico. Para mi es diversión. siempre que entro al campo y tengo la ocasión de coger el stick... Me das una bola y me entretengo, como un niño pequeño. Me gusta y me divierte. Llega un momento en el que tienes una relación con la bola, haces cosas, vuelve, notas que la dominas.

-Como un perrito...

-Estás a gusto. Es mi hábitat, donde más tiempo he pasado en mi vida. Como jugador o entrenador me he pasado muchas horas

-Le he visto decir que si no es por la lesión no se retira, por lo que entiendo que en cierto modo sería hasta liberador…

-¡Yo que sé!. A ver, no soy de haber hecho un análisis. He hecho lo que he podido, lo que me han dejado y hasta donde el cuerpo me ha permitido. Maurits Hendrkis, que fue el último entrenador que tuve en la selección, decía que los jugadores se ponen un 'hasta aquí'. Yo iba torneo a torneo, quieras o no tienes 36 años y no sabes si te va a pasar algo. Mientras lo disfrutes la edad es un número. Te encuentras bien físicamente, conoces el juego, la familia y la vida laboral te lo permite... Por supuesto habría seguido. Cuando tuve que dejarlo recuerdo que fue liberador porque llevaba ya unos meses con una molestia que no se iba y trabajando aparte del equipo. Estoy acostumbrado a entrenar solo, pero tenía mucho dolor y en aquel momento dije: 'Me vuelvo a casa con la familia'. Le he dedicado muchas horas al hockey. Cuando los chavales preguntan les digo que esto es como un examen, puedes ir a por el 5, a por el 6…

-Y usted iba a por el 10…

-Sí, por supuesto que lo intentaba.

-Se le incluyó en el mejor once de historia y es el único español…

-Hay un entrenador australiano que también fue un gran jugador (Ric Charlesworth). Como técnico de la selección australiana de chicas estuvo cuatro años sin perder un partido. Lo dejó y un tiempo después hizo lo mismo con los chicos. Entonces, claro, en el hockey se le considera como alguien que entiende. En un libro ('The coach'), no sé si por décadas, me puso en un mejor once mundial. Es un orgullo y esas cosas a mi padre le encantaban.

-Tendrá el libro firmado…

-No. Lo he visto alguna vez, pero no tenía el libro en ese momento. Se lo compré a mi padre.

-Una de las imágenes de su carrera es la del debut en unos Juegos, en Atlanta, ya calvo, veterano, a los 27 años. 

-A ver, veterano… mi primer partido internacional lo jugaría en el 90, antes de los Juegos de Barcelona con una España B o C contra Bélgica. En el 91 hubo una Universiada en Sherfield y en los Juegos me dejaron fuera. No entrenaba con los que sí iban a ir. En 1993 ya sí que entré en ese grupo.

-¿Fue un golpe duro quedarse fuera de los Juegos de Barcelona?

-No porque no estaba en el pacto, no contaba. Fui a ver los Juegos y desde fuera pensabas, 'oye …'. Pero al final, ¿qué cambias de tu carrera? ¿Lesiones? ¿Estar en algún sitio? Estoy contento con la mía, cambiaría cosas puntuales, alguna jugada, esa bola que si entra habría sido bueno para el equipo…

-La que les hubiera dado el bronce contra Alemania en los Juegos de Atenas…

-Sí, esa jugada es jodida de recordar.

-Mejor los de Atlanta…

-Sí. Llegamos sin ninguna presión, éramos un equipo que no había hecho buenos resultados antes de los Juegos, ni en los amistosos. En Atlanta se dieron esas cosas que pasan en el deporte, la conjunción de los astros. Gente veterana que nunca había ganado a Alemania, pues el primer día le ganamos. Gente que debutábamos y teníamos muchas ganas, y salió todo bastante bien.

-¿Cuánto tiene de mérito en eso de que no fueran a la ceremonia de apertura porque al día siguiente jugaban contra Alemania?

-Hubo discusión en el grupo. En la tele se ve el ratito del desfile y dices: '¡Ostras, qué chulo!'. Pero llevas tres horas esperando en un pabellón a que llegue la s de Spain. Y para llegar al pabellón han salido 200 autobuses para todas las delegaciones y la vuelta, igual. Ves la tele y te vas jodido a la cama, pero jugar a las 9 de la mañana significa levantarse a las 5.30. No sé si influyó, pero ganamos nosotros.

-Ellos sí que fueron…

-Ellos sí que desfilaron. No sé a qué hora, pero pronto no llegaron. Pero ya digo que en el grupo hubo discusión. Para algunos eran los primeros Juegos y había gente que quería desfilar. Yo no me arrepiento de habernos quedado en la vila.

-¿Quién ha sido Juan Escarré desde la lesión que le obliga a dejarlo hasta ahora que forma parte del staff de la selección absoluta?

-Desde que lo deje en 2006, desconexión total del hockey, de mi club y de todo. Tengo dos hijas y hasta que Martina empezó a jugar con 4 o 5 años. Entonces ya volví al club, te preguntan qué harías, te conviertes en el 'consigliere'... llevo dos años de director técnico.

-Le leí en una entrevista que está apenado por que se viniera abajo el proyecto del que usted formó marte…

-Sí. Me refería al hockey en Alicante. El Montemar creo que tiene el récord de campeonatos nacionales de sala consecutivos. Para nosotros tener un San Vicente-Montemar era la vida. Sólo entrar en el club… es inolvidable.

-¿Ve a su hija como la segunda generación de los Escarré en los Juegos?

-Lo primero es que se divierta. Cuando era más pequeña me decía que quería conseguir lo mismo que yo. Ahora que tiene 14 años, le dices que hay que entrenar mucho y te responde: '¡Uf, es que es muy sacrificado!'. Te tiene que gustar mucho. La pequeña no quiere. Se ha puesto alguna vez de portera pero dice que ella quiere hacer gimnasia, pues gimnasia.

-¿Cómo se llama?

-Saumia, la adoptamos de la India.

-¿De cuando estuvo allí?

-Yo conocía la India y cuando estuve jugando allí la liga se vino mi mujer. Decidimos viendo el país y sabiendo lo que hay. Es uno de los mejores países junto con Pakistán para jugar a hockey. Iniciamos el proceso de adopción y estamos encantados con esa 'lagartija' pequeña (sonríe).

-Y está en la Universidad de Alicante… 

-Soy técnico del servicio de deportes. Tenemos equipos federados y universitarios.

-Y ahora en el staff de la selección masculina. ¿El sueño es repetir desde otro lugar lo que consiguió en Atlanta como jugador?

-A esto se juega para ganar. No lo contemplo de otra forma e imagino que los chicos, tampoco. No vas a los torneos a quedar segundo o tercero. Obviamente es un cambio de ciclo, debutan muchos, que jugaron su primer partido en Cádiz (en enero de 2022). Estamos formando un bloque y vamos a hacer lo posible por intentar ganarlo todo. Lógicamente eso es irreal, pero juegas y entrenas para ello. Nadie entrena para perder. Ves a los belgas o los australianos que están un poco por encima, pero nuestro objetivo es pelear contra todos, no regalar nada. Que los chicos cojan experiencia y ver dónde llegamos.

-Pero España es un país que en cuanto llegue París 2024 se va a hacer la pregunta: ¿Cuántas medallas vamos a ganar? Y como se logró la plata de Atlanta, a la selección de hockey se la pondrá en las quinielas. No sé si esa presión es buena…

-A mí cuando jugaba me daba igual. La presión nos la ponemos nosotros, somos los que estamos ahí. Obviamente el resultado de unos Juegos marca tu carrera deportiva, es donde todos quieren estar. El primer objetivo de un deportista es ir a los Juegos, tú que eres periodista habrá muchos que te lo digan. Hay que cambiar la mentalidad, no es ir, lo que hay que intentar es ganarlos. Luego el paso dos es intentar ganar medalla. Una medalla olímpica te hace entrar en la historia, al final somos cuatro gatos los que la tenemos. La plata mola mucho, pero me hubiera gustado mucho más el oro. En el deporte siempre se compite para ganar.

-¿Está en este proyecto para eso, para ver si consigue subir ese peldaño que le faltó como jugador?

-No, yo estoy porque me llamó Max (Caldas). Es un proyecto ilusionante, me gusta mucho. Si alguien piensa que puedo sumar, yo le respondo: '¿En qué te puedo ayudar?. Si quieres que te traiga un café o entrenar porteros, me da igual'. Es mi forma de pensar. He estado en el lado del jugador y muchas veces lo que necesita es una palabra. Estamos para ayudarlos. Cuando los colocas en la pizarra siempre ganas, pero luego pita el árbitro y se mueven todos. Estamos en manos de sus decisiones, tenemos que educarlos.

-Hace poco Paula Badosa dijo en una entrevista con este periódico que muchas veces se piensa que el deportista es un robot, pero dentro de cada uno hay un cerebro…. 

-También hay una cultura del éxito, solo vale lo que hace el primero. Mira, están muy de moda las frases esas motivadoras de 'si te caes levántate', la montaña, las cumbres, tienes que llegar… Oye, aquí no hay nadie que tenga la pócima mágica para ganar. Por mi trabajo he tenido relación con deportistas que hacen presentaciones de los éxitos, de lo que hay que hacer, coaching… yo he hecho lo mismo y he perdido. Tú me entrevistas porque soy un deportista de éxito y analizo mi carrera y prácticamente no he ganado más que dos torneos. la Copa de Europa y el Champions Trophy… si eso es éxito…

-Dice una cosa y la contraria…

-Claro, claro, yo veía presentaciones de compañeros y eso. ¿Quién puede contar esa historia? Pues Nadal, Gasol, gente que gana, gana y gana. El tanto por ciento de torneos que he ganado es muy pequeño porque ganar es muy jodido.

-Con el fútbol ya ni le cuento. La selección siempre tiene que ganar y se ha logrado un Mundial en toda la historia. No es sencillo.

-Para nada, ganar es sencillo desde el sofá de tu casa. Métete ahí a pelearte con tíos que entrenan a hockey 20 o 40 horas semanales. Muchas veces no tenemos en cuenta al rival, parece que dependamos solo de nosotros mismos. En los grandes torneos hay una serie de factores que influyen que es una barbaridad, y más ahora con el tema Covid. Ahora se te pone malo el tirador de penaltis en la semana decisiva...

-¿Se ve de entrenador principal en algún momento?

-¿Por qué no? Yo me muevo mucho por amistades. Con Max tenía relación, él era defensa central y yo delantero centro de España. Nos hemos enfrentado mucho, siempre ha sido muy noble y luego ha venido mucho a Alicante con la selección holandesa. Hemos estado mucho tiempo juntos. No nos vamos a hacer ricos, lo más importante es estar a gusto con la gente. ¿Si me veo de entrenador? Yo he sido seleccionador sub-18 y sub-21, ¡claro que me veo!

-Me refiero la absoluta o un equipo de máximo nivel.

-Por supuesto, ¿a quién no le gustaría?. Es muy complicado que lo sea yo. En mi carrera deportiva también debuté en la selección con 27, igual podría haber llegado antes. Igual es que alguien no vio lo que debió ver. No lo sé, ahora mismo estoy muy satisfecho con la labor que desempeño en mi club.

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