Guía para el surfista principiante

Y es que no solo aporta a nivel físico, sino que este deporte acuático también favorece la salud mental. En su última aportación, Jose defiende que «al igual que el ejercicio en general, es de gran utilidad para reducir el estrés gracias a la liberación de endorfinas, ayuda a ganar confianza y motivación».

Sabiendo lo que puede aportar esta práctica, es lógico que varios sientan el impulso de meterse en el agua y probar a surcar una ola, pero… ¿Acaso sabemos lo que necesitamos para hacer surf?

Marina Parra lleva dos años sobre las tablas. A pesar de su corta experiencia, cuando le preguntamos por el equipo necesario ella sabe contestar sin dudarlo. «Para practicar surf no tienes que invertir demasiado dinero», asevera. «La lista de requisitos es muy corta».

Comenzando por lo imprescindible, se requiere una tabla. «El tamaño no es un problema pues las hay de diversas medidas». Estas tablas están confeccionadas con un material realmente duro y muy resistente que a su vez es muy resbaladizo.

«Nadie quiere caerse de la tabla» afirma en tono jocoso. Para poder mantener el equilibrio y no caer de la tabla es necesario contar con un cera especial que se vende en las tiendas especializadas llamada parafina que se aplica sobre la superficie de dicha tabla. Esta cera no es imprescindible. Se puede sustituir por lo que en la comunidad surfera se conoce como grip, una especie de goma que se pega a la parte superior de la tabla que facilita la adherencia.

Si se es friolero resulta casi obligatorio llevar un traje de neopreno, y ya no solo porque mantiene el calor corporal, sino porque también protege ante posibles agresiones como la incidencia del sol, roces con la tabla o con la propia arena.

El leash o «invento» es otro de los elementos que nadie debe olvidar llevar si va a surfear. Se trata de una cuerda que une la tabla al cuerpo del deportista que tiene como fin que no se pierda con la fuerza de una ola traicionera.

La quilla, por su parte, cumple la misma función que el timón en una embarcación. Se coloca en la parte inferior trasera de la tabla y sirve para efectuar giros y mantener la estabilidad. Los veteranos también recomiendan el uso de escarpines, gorro y guantes.

Con varios años más de experiencia está Marta Puig, quien desde los 17 años se ha estado subiendo a las tablas. «Desde pequeña me llamó la atención el surf. Me fui a un campamento en Asturias y allí tuve mi primera experiencia». cuenta.

Marta siempre se ha sentido ligada al mar y una vez probó esta actividad, descubrió lo que ahora es una de sus pasiones. Para ella, el surf es mucho más que surcar una ola. «El surf es una conexión con la naturaleza muy interesante y muy terapéutica». Defiende que hace que uno esté consigo mismo. «Que se sienta vivo». Además, Marta asegura que enseña valores como la paciencia o a priorizar, pues no todas las olas son iguales… A saber esperar el momento adecuado.

Por su parte, Fran, profesor de surf en 'La mar de bien', en El Perelló, Valencia, dice que surfear es una experiencia que te permite conocer cosas que antes no podías ni imaginar. Defiende que el surf es algo para todo el mundo. Aunque no lo parezca, es un deporte accesible para la mayoría de las personas.

«Hay muchas formas de hacer surf. Igual que hay surf tradicional, existen otras modalidades dentro del surf adaptado que permiten a las personas que viven con determinada complicación disfrutar del agua», asegura el monitor de surf. Cita a varios padres que le han agradecido darle la oportunidad a su hijo/a de sentir lo que es la velocidad a pesar de tener que usar una silla de ruedas.

«Hay casos como el de Mireia Cabanyes que requieren especialmente una preparación increíble. Es un esfuerzo muy grande el que hacen, pero luego merece la pena al ver que puedes practicar este deporte igual que cualquier otra persona».

Mireia siempre sintió una gran conexión con el agua, sin embargo, a los siete años fue diagnosticada con un cáncer óseo que le arrebató la pierna izquierda. Cuenta que cuando veía las playas repletas de surfistas ella también quería probar, pero todos le decían que no podía, que estaba coja.

Durante un tiempo desechó la idea, aunque no se olvidó de ella, pues siendo adolescente tuvo sus primeros contactos con las tablas. Años más tarde, la escuela Mediterranean Surf, de la mano de la ONG Kind Surf la invitaron a participar en un programa de continuidad con una beca. Con pesar, la rechazó en pos de una oferta de trabajo, pero esto no significó un adiós a su sueño, pues posteriormente se decidió a probar a surcar las olas y comprobó que su condición no era ningún impedimento para alcanzar su aspiración.

Actualmente Mireia disfruta del agua salada argumentando que no solo hace deporte, sino que también conoce mucha gente con historias inspiradoras que practican surf de una forma diferente.

En múltiples ocasiones ha mencionado que le gustaría participar en las paraolimpiadas de 2024 o 2028, y al preguntarle si aun lo ve factible, ella contesta lo siguiente con una sonrisa y carisma contagiosos: «Más que nunca». Afirma que se está preparando para el mundial de surf, y ahora que sabe que será en California en diciembre demuestra estar más que motivada.

Cuando se le pregunta a todas las fuentes sobre las mejores playas para hacer surf en Valencia, todas coinciden en las mismas, aunque Fran detalla que influye mucho el tipo de olas que estés buscando, «No cabe duda de que las mejores zonas aquí en Valencia son la playa de Sagunto, Port Saplaya, o El Saler». A esta lista Marta añade la de Cullera. Una playa ubicada a menos de 50 minutos en coche de Valencia que, según aclara Marta, «presenta en su mayor parte surfistas con nivel, cosa que aparta un poco a los aficionados y no les permite disfrutar tanto la experiencia».