Empresaria, pionera y al asalto de la élite
Fue capitana de la selección valenciana y ahora encabeza un proyecto que aspira a alcanzar la División de Honor en tres años
Alba Gallart siempre fue una chica deportista. Pero hasta los 25 años no había jugado a rugby. Empezó como una afición tardía de una universitaria con ganas y en la que se sintió tan cómoda que no sólo le sirvió para quemar el gusanillo de la actividad física, también llegó a ponerse el brazalete de capitana de la selección valenciana.
Ahora, además encabeza un proyecto surgido en plena pandemia. Una de esas iniciativas que son el resultado del trabajo y la apuesta firme del deporte femenino: «Es el RC Turia, apoyado por el Tatami y el Rugby Club Valencia, además de la empresa Teika, tiene una gestión independiente y liderada exclusivamente por mujeres», explica Gallart. Ambos clubes, cansados de ver cómo las mejores jugadoras se marchaban en busca de más competitividad en otros lugares, impulsaron un proyecto.
«Siempre he disfrutado mucho la Copa de la Reina, al ser rugby 7 aprovecho mis características y el hecho de jugarse a nivel nacional te hace crecer mucho también», afirma
El principal objetivo del Rugby Turia, presentado en sociedad el pasado mes de julio y que cuenta con el apoyo de la Fundación Trinidad Alfonso, además de apostar por la base, es evitar una fuga de talentos del rugby hacia otras regiones españolas: «Destinando a ellas todos los recursos que ya tienen y otros que puedan encontrar cuando más sponsors se interesen por la marca, es como esperan hacer que despunte un club al que quieren colocar en la élite».
El objetivo es, sin duda, el top del rugby nacional. Si todo va bien, sin prisa pero sin pausa, en tres años, el objetivo principal estará cumplido: «Si fuese bien, esta temporada que vamos por buen camino para División de Honor B, tres temporadas podemos lograr nuestro objetivo».
Gallart es licenciada en administración y dirección de empresas e ingeniera agrónoma, máster en economía agraria y del medio ambiente, especialista en RSC. En la actualidad dirige un centro de día para mayores y ayuda a domicilio y otro para personas con autismo. Hace malabares con el calendario y se organiza para que nunca falte ese espacio dedicado a un deporte que tiene ese «algo» que te engancha desde el principio. «Sin tus compañeras de equipo no eres capaz de hacer un buen juego, no sé cómo explicarlo. Es muy satisfactorio el resultado del trabajo de todo el grupo», concluye Gallart, quien también entrena y juega.