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Gareth Southgate pide cabeza a sus jugadores. Reuters
Vuelve el peligro inglés a balón parado

Vuelve el peligro inglés a balón parado

Southgate, emulando el conocimiento de técnicos incluso de otros deportes, ha optimizado la estrategia y así han llegado ocho de sus 11 goles

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Moscú

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Martes, 10 de julio 2018, 22:39

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El refranero popular futbolístico dice que en Inglaterra un córner es medio gol. Pero estos últimos años era más un dicho que una realidad. Al menos cuando jugaba la selección inglesa. Desde que Upson batió a Neuer en los octavos del Mundial de Sudáfrica 2010 durante la era de Fabio Capello, no se había gritado un gol llegado desde el córner. Entre la Eurocopa 2012, el Mundial 2014 y la Eurocopa 2016, Inglaterra dispuso de 72 saques de esquina. No marcó ni un solo gol. En el último torneo, el disputado en suelo francés y en el que Islandia les apeó de octavos con un gol de saque de banda, hubo una imagen que se le quedó marcada a muchos aficionados: Harry Kane, goleador y referencia ofensiva, sacó los últimos tres córners sin generar ningún tipo de peligro. A Roy Hodgson, que dimitió minutos después de la eliminación, le reclamaron una razón que explicase la ausencia del goleador en el área y si no había otro plan para botar los córners.

Meticuloso como es Gareth Southgate, tomó nota de lo sucedido. En su etapa en la sub-21 había tenido buenos resultados en la estrategia. No tenía por qué ser distinto en la absoluta, donde no citó a un solo futbolista que jugara fuera de la Premier. El balón parado podría ser un gran aliado, como toda la vida. Y los penaltis, esa histórica pesadilla (él falló uno ante Alemania en las semifinales de la Eurocopa 1996) se podía trabajar hasta «adueñarse del proceso» y poder quebrar el mal fario desde los once metros. «Identificamos que las jugadas a balón parado son clave en las Copas del Mundo y sentimos que era un elemento que debíamos mejorar», confesó hace unas semanas. Y su plan funcionó: ocho de los 11 goles (cuatro de córner, uno de falta y tres de penalti) han sido a balón parado, cinco de ellos de cabeza (los dos contra los gigantes suecos fueron así, de Maguire y Alli). Nadie ha metido más goles que ellos. ¿Cómo se explica ese cambio?

Southgate pensó que las estrategias de otros deportes (bloqueos, distracciones y desmarques) como la NBA, aunque en la rueda de prensa previa negó ser un gran fan, y el fútbol americano -estuvo en la Superbowl-, se podrían adoptar para su plan. «Me fascina la estrategia de la NFL en la parcela ofensiva y defensiva», reconoce. Reclutó para ello a Allan Russell, actual técnico de delanteros del cuerpo técnico inglés que pasó por Carolina RailHawks y los Orange County Blues tras trabajar prestando especial atención a la NFL, para tener todo detallado. «Un día nos subimos a un tren para ver a los Minnesota Timberwolves. Me dijo que quería hablar con el entrenador sobre algunos de los mecanismos defensivos», reconoce Darren Fletcher, amigo de Southgate y que sigue en activo tras su glorioso paso por el Manchester United.

Alguna de las estrategias han generado sorpresa, como el denominado 'tren del amor', que consiste en colocar varios de los jugadores en fila en los córners. «Trabajamos el balón parado al detalle», reconoce Ruben Loftus-Cheek. «Ayuda también tener lanzadores sobresalientes (Young o Henderson) y grandes rematadores (Stones, Maguire o Kane). Le prestamos atención y somos una auténtica amenaza», dice humildemente pensando en jugadores como Ashley Young. El veterano del United no oculta que la estrategia ha sido «muy importante» en los entrenamientos de la selección, pero que también preparan otros aspectos como el ataque y la defensa del rival.

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