Así es el doble de Lamine Yamal: vive en un pueblo de 3.000 vecinos y se llama como un mito del Real Madrid
Raúl González ha adquirido una popularidad sin precedentes en una pequeña localidad de Ávila
Cebreros, una localidad de apenas 3.256 vecinos situada a poco menos de 50 kilómetros de Ávila era conocida por la estación de seguimiento de satélites de espacio profundo de la Agencia Espacial Europea y por un museo dedicado a la figura de Adolfo Suárez y la Transición. Pero desde la irrupción de Lamine Yamal como estrella del fútbol mundial muchos ojos se han puesto sobre un joven que vive en el municipio y que se ha convertido en el centro de atención de media España.
Se llama Raúl González, como el mítico exjugador del Real Madrid, tiene 17 años, como Lamine, y es un calco del futbolista del Barcelona. Su clon, su 'hermano gemelo'. Además, juega en el juvenil de la Cultural y Deportiva Cebrereña, 'La Cebre', el equipo local, y es una celebridad.
Lo de que el clon de Lamine Yamal sea el famoso Yamine Lamal que decían los comentaristas al principio me tiene loco JAJAJAJAJAJA
— 𝑺𝒂𝒏𝒛𝒊 (@SanziRM) September 4, 2024
Y encima se llama Raúl González ⚪️🏆pic.twitter.com/oCd6NuKzuK
Sus padres son dominicanos y saltó a la fama por un vídeo corto en redes sociales que dispararon su popularidad. Él está encantado. Por la calle le aclaman como a Lamine y él ya ha sido entrevistado por televisiones nacionales y ha acudido incluso a los platós de conocidos programas, como este jueves a 'El Hormiguero' de Pablo Motos.
Raúl se parece a Yamal físicamente como si fueran dos gotas de agua, pero también en los gestos, en la sonrisa e incluso en algunos detalles futbolísticos, salvando las distancias. Y los niños del pueblo le cantan y le vitorean. «Nos movemos igual en el campo», confesaba en 'El Chiringuito' hace unos días. «En los campos a los que voy siempre me cantan y me piden fotos». Ha triunfado en las fiestas del pueblo como nunca jamás y confiesa sin rubor que es del Barça y que su ídolo es, como no puede ser de otra manera, Lamine.
Gladis, su madre, no sale de su asombro. «Es increíble que se pueda parecer tanto a otra persona», dice con una sonrisa en la boca, y su entrenador se muestra sorprendido por su repentina popular: «El año pasado ya le pedían fotos». Y aunque no se ha estrenado como goleador, Raúl ya tiene preparada su celebración al más estilo Lamine para cuando llegue el esperado momento.