Una Volta para dos colosos

La Volta confía en sus dos colosos. La organización ha diseñado un recorrido grandioso para la edición 71 de la ronda a la Comunitat, que vuelve a discurrir por las tres provincias y estrena categoría, UCI Proseries. Ángel Casero y su equipo siguen el ejemplo fallero, el de disfrutar el fin de fiesta en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, descansar y, al día siguiente, pensar ya en el año siguiente. Y de momento, les va bien. De la tormenta de ideas de 2019 -se pensó en una cronoescalada que se ha dejado para otra ocasión- ha surgido una carrera de cinco etapas, tres destinadas a decidirse al esprint y dos a obligar a los ciclistas a retorcerse en los últimos kilómetros hasta la meta. Pero como sabe Casero y cualquier aficionado al deporte, una competición no la convierte en atractiva la carretera, sino los protagonistas.

Y por ello, el exciclista fía en parte la suerte de la Volta a sus dos colosos. Uno, Alejandro Valverde, el hombre que más veces ha triunfado en la carrera y que encara, en teoría, su último año de competición. Su sueño está en Tokio, pero no va a venir de paseo. No forma parte de su ADN. Por ese compromiso eterno, Casero quiere prepararle un homenaje que dará brillo al epílogo de la Volta. «Estamos viendo qué podemos hacer en Valencia», señaló. De lo que no habla es de las conversaciones para que venga Froome.

Casero lleva meses pendiente del sudafricano. Semanas y semanas de contactos, preguntando por cómo va su lesión, pero no tiene aún amarrado su gran anhelo: que la reaparición mundial del hombre que ha dominado el Tour con mano de hierro sea en la Volta. Viene el Ineos, pero los equipos tienen hasta 72 horas antes de que el pelotón eche a rodar en Castellón para cambiar a alguno o todos de los siete ciclistas que pondrá en las carreteras de la Comunitat Valenciana.

En el pelotón que compita del 5 al 7 de febrero por las tres provincias habrá hombres de la importancia de Doumolin, Van Avermaaet, Soler o Pogacar. Doce equipos World Tour, siete Continental Pro y dos Continental. Mejor, imposible para el estreno de la nueva categoría, la segunda división de la UCI. «Queda el escalón del World Tour, pero lo dejaremos para más adelante», apunta Casero. Pero lo cierto es que la carrera crece y crece, siempre tratando de innovar con etapas sumamente atractivas.

Como la cuarta, la reina, la que decidirá el maillot amarillo. Los cinco kilómetros de ascenso a la sierra de Bernia, asfixiantes, de rampas de hasta el 20%, son el gran desconocido para el público general pero auguran espectáculo. Cuando a Paco Benítez, director técnico de la Volta, desde el CC Altea le hablaron de esta subida quiso constatar que realmente había una joya escondida en el corazón de Alicante. «En cuando lo vi, llamé a Casero y le dije: ‘Tenemos la bomba’», afirma.

El sábado 8, con salida en Calpe, es la etapa reina. Pero ojo a la segunda, entre Torrent y Cullera. Que cualquiera diría que, tras los kilómetros rompepiernas por la Canal de Navarrés, el final de etapa puede ser plácido. Y más tras haber quitado un puerto -10 kilómetros-, que no puede subirse por unas obras. Pero no. Si la subida a Bernia es dura, el ascenso la Bola de Cullera es corto pero terrorífico. Cuesta subir a pie, por lo que corriendo o en bicicleta, en competición, puede convertirse en una penitencia para quienes lleguen justos.

Hay terreno para los esprinters, el primer día, el tercero -el del homenaje a los afectados por el temporal en la Vega Baja- y la última. Esa jornada, entre Paterna y Valencia, se celebrará la segunda edición de la Vuelta CV Féminas. Con los mismos premios para las ciclistas, la carrera sigue en crecimiento y la organización tiene más solicitudes de equipos. Como Ángel Casero, que acumula peticiones de localidades que quieren ser inicio o final de etapa para 2021. Porque, al fin y al cabo, ha logrado una carrera colosal.