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Nacho Giménez corre en el Jardín del Turia con la equipación de su nuevo club. lp
El atleta esculpido por el Turia

El atleta esculpido por el Turia

El valenciano Nacho Giménez ficha por el Cárnicas Serrano en un viraje para tratar los problemas de flato que le condicionan y pelear por la mínima olímpica en 5.000

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Viernes, 18 de diciembre 2020, 00:35

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Nacho Giménez ha seguido el curso del Turia para plantarse, a sus 26 años, como la primera gran realidad acunada en el movimiento de Valencia como ciudad del running. Natural de Tuéjar, localidad que comparte nombre con uno de los afluentes del río desemboca en Valencia, ha esculpido su carrera como atleta en ese entorno fluvial. Se encuentra en el momento de su vida deportiva más caudaloso en cuanto a posibilidades de éxito, pero también ante un riesgo que le ha llevado a dar un viraje: un misterioso flato que le atenaza a partir de entre el kilómetro 3 y el 7 cuando compite. Ha cambiado de club –ficha para 2021 por el Cárnicas Serrano– y desde hace unos meses se entrena bajo la supervisión de Pepe Mareca tras cuatro años con José Antonio Redolat. «Es un amigo para mí», destaca, despejando cualquier duda sobre un posible desencuentro.

Todo con dos objetivos: ampliar su abanico de marcas autonómicas –posee la de 10K (28:38) desde hace un año– y sellar un boleto de lotería para los Juegos Olímpicos en forma de mínima. «Lo primero sería hacerla, que yo me veo capaz, y luego tener la posibilidad de jugarme la presencia en Tokio en el Campeonato de España», afirma. Nacho Giménez habla de este reto con cautela y en condicional, ya que la pandemia tiene en vilo a todos los atletas del mundo.

Se sobreentiende que el sistema de ránking no se va a aplicar, ya que las competiciones nacionales se celebrarán de forma distinta en cada país. Se establecería una mínima que, en el caso de los 5.000, se considera que estará en la órbita del 13.20. «Yo tengo 13.33, que es la tercera mejor marca autonómica tras la de Albentosa y la de Redo, y estoy para 13.25», argumenta Nacho Giménez: «Por mis características, me iría casi mejor los 10.000, pero he de solucionar ese problema».

El flato. El maldito flato que ha lastrado a un deportista que descubrió el atletismo en una carrera de montaña. «Tendría 14 años y jugaba a fútbol sala en Tuéjar. El entrenador nos propuso correr un trail que había en el pueblo de 25 kilómetros. Yo lo hice con unas zapatillas de taekwondo, que casi no tenían suela», recuerda. Sacó media hora a un amigo que salía habitualmente a trotar. Una semana más tarde, participó en otro trail en Sot de Chera, esta vez con calzado de fútbol sala y, tanto tentar a la suerte, le fue peor: «Me caí varias veces».

Después de aquellas aventuras, siguió a lo suyo hasta que le llegó la edad de ir al instituto. Le hubiese tocado desplazarse cada día hasta Villar del Arzobispo y su cuñada, que trabajaba en el centro de Cheste, le animó a presentarse a las pruebas de atletismo. Las pasó y allí conoció a Raquel Landín. Empezó a participar en algunas carreras del circuito de Valencia.

Tras los primeros meses federado, Nacho Giménez ya estaba en competiciones nacionales. Hace cuatro años empezó a ejercitarse bajo la supervisión de José Antonio Redolat y ha defendido las camisetas de Fent Camí y, la temporada pasada, el Barcelona. Sigue entrenándose en el Jardín el Turia, en el epicentro del movimiento Valencia Ciudad del Running, o en su Tuéjar natal.

Pero apareció ese flato que, por ejemplo, le impidió asaltar el récord autonómico de medio maratón el pasado 6 de diciembre. Ha decidido dar un viraje. «Cárnicas Serrano se ha volcado con todo. Ayudas en los viajes, concentraciones, va a estar conmigo un punto más que cualquier club. Me van a apoyar con médicos y fisios para encontrar una solución», afirma el atleta.

Con Mareca empezó a trabajar tras el confinamiento a raíz de que Toni Abadía se viniese a vivir a Valencia. Junto a él y Chiki, ha hallado un grupo con un programa de entrenamiento similar al suyo. «Con Redo he estado muy bien. Con el grupo de fondo, perfecto, pero cuando llegaba la preparación específica para la pista me quedaba solo y así es imposible», señala Giménez, que trata de encauzar su carrera para que desemboque en unos Juegos.

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