ValenciaPhoto, en cinco flashes
El festival ofrece una intensa programación durante todo septiembre al servicio de la intención principal de sus promotores: agitar la conciencia ciudadana y la escena cultural valenciana desde la fotografía
Llevar la fotografía a las plazas y espacios públicos de Valencia para devolverla a la ciudadanía y favorecer un encuentro directo. Sobre este postulado central ... debe entenderse ValenciaPhoto, la propuesta inaugurada este martes que aspira según sus promotores a ejercer como conciencia crítica: no se trata sólo de un intenso programa de actividades forjado alrededor de esta disciplina, sino que la organización confía en que su propuesta vaya un poco más lejos, hasta esa frontera donde la fotografía «se convierte en una forma de pensamiento crítico y de debate social, lejos de la imagen engañosa y vacía que circula en redes sociales». En resumen, que «ValenciaPhoto no solo difunde fotografía, sino que promueve reflexión, conciencia y transformación cultural, haciendo de la ciudad un espacio de ideas y otorgando a la fotografía un papel central».
Son palabras de Nicolás Llorens, infatigable director del festival, que dibujan la línea argumenta de una programación que durante todo septiembre recorrerá con exposiciones y otras actividades una larga serie de puntos de la geografía de Valencia y que él resume, en un alarde de síntesis, en cinco flashes. Cinco hitos que descuellan sobre el resto según su parecer: las cinco entradas del programa que nadie debería perderse. La primera, cita en El Almudín, «que reúne en un mismo espacio a tres autores fundamentales con planteamientos muy distintos pero complementarios», como señala Llorens. Se trata de Karl Blossfeldt, «con su mirada vinculada a la Nueva Objetividad»; Danny Lyon, «representante del nuevo fotoperiodismo», cercano, humano y personal; y Jordi Bernadó, «que nos propone reflexionar sobre el concepto de sujeto contemporáneo». «Tres maneras de entender el mundo que dialogan entre sí», observa el director del festival.
Segundo argumento. La exposición de Jürgen Schadeberg, «un autor clave que entendió la cámara como una herramienta de transformación social, rompiendo las barreras entre negros y blancos en la Sudáfrica de los años 50 y 60». Tercera sugerencia, «la labor de recuperación del patrimonio local con la obra de Juan Piris, otorgando un enorme valor a nuestra cultura y memoria fotográfica». La cuarta recomendación que enarbola Llorens apunta hacia las exposiciones dedicadas a Fluxus, «que nos recuerdan la relación inseparable entre arte, política e instituciones, y la necesidad de seguir cuestionando sus límites». Y quinto, ese factor de divulgación que enmarca toda la programación, el elemento de sentimentalidad que une al festival con la ciudadanía: las exposiciones en la calle, «que me parecen extraordinarias porque transforman la ciudad, acercan la fotografía a un gran número de personas y despiertan el interés por recorrer el resto del festival».
Llorens recuerda además que el festival se nutre con una propuesta igualmente densa de conversaciones y conferencias, que profundizan en ese elemento primordial de salir al contacto con el público y que sellan el rasgo diferencial del festival: la apuesta por el debate. «Me resulta apasionante, porque abre mundos y posibilidades, como decía Heidegger», señala. Y añade: «ValenciaPhoto significa la posibilidad de abrir la ciudad a un diálogo colectivo a través de la fotografía». «Nuestro objetivo», prosigue, «no es la imagen superficial, sino la fotografía que piensa, que interpela, que dialoga con la sociedad y con su tiempo». Un discurso donde reivindica «la tradición crítica» propia de los pensadores de la Escuela de Frankfurt, «para quienes el arte no debía ser un mero objeto estético, sino un instrumento de cuestionamiento social y cultural», y que anima a entender como una vía para entender esta disciplina artística «como herramienta de crítica a las instituciones y a los sistemas políticos y económicos dominantes».
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