Carlos Sobera habla de su sorprendente sueldo como actor secundario en 'Al salir de clase' que le cambió la vida
El actor y presentador dejó la universidad, donde daba clases de Derecho, para dedicarse a la televisión
La exitosa carrera de Carlos Sobera en televisión, al frente de concursos como 'Quién quiere ser millonario', First Dates o Supervivientes, le ha convertido en uno de los presentadores más queridos por los espectadores. Sin embargo, antes de convertirse en una de las caras más populares de la pequeña pantalla, Sobera dedicó diez años de su vida a la enseñanza, una etapa que abandonó con un impactante salto económico al aceptar un papel en la icónica serie juvenil Al Salir de Clase.
Sobera, originario de Barakaldo, estudió Derecho en la Universidad de Deusto. Lejos de suspender asignaturas —algo que un vasco no haría, bromea—, se licenció con Matrícula de Honor, gracias a ser «super trabajador» y «super estudioso» que disfrutaba de la materia, según explicó en 'Escapando Palante', el podcast de Pablo Ibáñez, recordado como 'El hombre de negro' de El Hormiguero.
Su vocación, sin embargo, siempre fue la interpretación. Tras terminar la carrera a principios de los 80, la falta de oportunidades oficiales para el teatro en Euskadi y el miedo a un futuro precario en Madrid lo llevaron a buscar un trabajo estable. Así fue como se convirtió en profesor universitario, una labor que desempeñó durante una década, de tal forma que dio clases de Derecho de la Publicidad en la Universidad del País Vasco entre 1987 y 1997. Sobera describe sus clases como extremadamente divertidas, similares a hacer «un monólogo en el teatro», donde disfrutaba forzando la participación del alumnado y se convirtió en un precursor de Robin Williams en 'El club de los poetas muertos'.
La satisfacción personal durante su etapa como profesor era de «plenitud absoluta,» comparable al éxito de sus programas televisivos, pero con una diferencia abismal: el anonimato y, sobre todo, la compensación económica. En 1996 o 1997, cuando tomó la decisión de dejar la academia, su sueldo como profesor de universidad era de 230.000 pesetas al mes. Unos 1.382 € de la época, que en la actualidad sería el equivalente a algo más de 2.650 €.
La oferta que lo cambió todo
El salto a la fama llegó con su contratación para Al Salir de Clase. Sobera relata con detalle la tensa reunión inicial con el director de producción, Rapalo, un hombre conocido por ser «un tipo duro negociando».
Rapalo fue directo, advirtiéndole a Sobera que no negociaría la cantidad: «Te pongas como te pongas, yo tengo el dinero que tengo y no te voy a poder dar más». Acto seguido, reveló la cifra que cambiaría su vida: 850.000 pesetas al mes por un contrato de actor secundario.
La reacción de Sobera fue una mezcla de asombro y cálculo rápido: internamente, la cifra representaba casi cuatro veces su salario universitario. «El tío este ha dicho 850.000. Si aguanto tres meses en la serie es como un año entero en la universidad y esto empieza a ser rentable, amigos» pensó.
Para mantener las formas, el actor sintió que debía «hacer un esfuerzo por por por mostrarme ofendido» ante la oferta cerrada. Pero el rigor profesional se disipó apenas cruzó la puerta de la productora. Su celebración fue eufórica, recurriendo a su himno natal: «Y cuando salí ahí dije, pío pío, soy de Barakaldo», en referencia a una canción local que .
Cuatro años de sueldo como profesor
Afortunadamente para él, aquella «rentabilidad» se multiplicó, pues en lugar de durar solo unos meses, Sobera permaneció un año entero en la serie, lo que fue equivalente a «4 años enteros de universidad ganando a nivel económico». Como él mismo sentencia, con esa entrada triunfal en la televisión, «era solo el principio». Un comienzo que, además, demuestra lo mucho que ha cambiado la industria, pues Sobera lamenta que hoy en día los sueldos de actores secundarios ya no son comparables a los de aquella época dorada.