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El talento valenciano copa los Jaume I
Los premios, que distinguen a tres profesionales de la región, insisten en el Pacto por la Ciencia | El empresario Enrique Silla, la doctora Dolores Corella y el químico Ramón Martínez-Máñez, reconocidos junto a María Vallet, Xavier Freixas e Íñigo Losada
Los Premios Rei Jaume I han vuelto a encumbrar el talento investigador y empresarial de la Comunitat. Después de varios años en los que sólo un profesional de la región era distinguido, en este 2018 tres expertos de la tierra ascienden al olimpo de los mejores científicos y emprendedores del país.
Los galardones mejor dotados del país señalaron ayer el trabajo del empresario valenciano Enrique Silla Vidal, del químico valenciano Ramón Martínez-Máñez y de la catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública, la castellonense Dolores Corella Piquer. El jurado, formado por 18 premios Nobel y representantes de la ciencia, la empresa y la vida civil y política de todo el país, eligió a estos tres expertos junto a otro trío de profesionales como la doctora en Ciencias Químicas María Vallet, galardonada en Investigación Básica; el matemático Xavier Freixas, en la modalidad de Economía; y el ingeniero Íñigo J. Losada, en Protección al Medio Ambiente.
El talento valenciano vuelve a abanderar unos galardones, cuyo importe es de 100.000 euros, que este año celebran tres décadas de reconocimiento a la ciencia y a los investigadores españoles. Así, el jurado destacó de Dolores Corella Piquer, reconocida con el Rei Jaume I de Investigación Médica, «su trabajo pionero en el nacimiento y desarrollo del campo de la Genómica nutricional y el estudio de las interacciones gen-dieta». Nacida en Castellón, es doctora en Farmacia y catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat de València. Actualmente es directora de la Unidad de Investigación de Epidemiología Genética y Molecular. Según los expertos, «es pionera en el campo de la nutrigenónica y ferviente defensora de la dieta mediterránea y sus ventajas en la prevención de la obesidad y el síndrome metabólico».
Boluda resalta la urgencia de dotar a la ciencia de «visión a largo plazo y presupuesto»
Por su parte, el valenciano Ramón Martínez-Máñez, director del Instituto Interuniversitario de Investigación y Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) obtuvo el Rei Jaume I de Nuevas Tecnologías por sus «contribuciones excepcionales en el desarrollo de nanosensores con aplicaciones en tecnologías de alimentos y medicinas». «La alta calidad científica de su trabajo se ha aplicado en diferentes ámbitos tecnológicos con impacto social», sostuvo el jurado.
El empresario y responsable de Jeanología SL, el valenciano Enrique Silla, se alzó con el galardón en la categoría de Emprendedor por su innovación «optimizando el proceso de envejecimiento de prendas vaqueras que originalmente era químico, evolucionándolo a otro más sostenible gracias a la tecnología láser que él desarrolla». De Silla se valora que es «un apasionado del trabajo» así como su esfuerzo y capacidad de sacrificio.
Por otra parte, el reconocimiento en la modalidad de Investigación Básica recayó en la doctora en Ciencias Químicas y fundadora del Grupo de Investigación de Biomateriales Inteligentes de la Universidad Complutense de Madrid, María Vallet, por «sus trabajos pioneros en el campo de los materiales cerámicos mesoporosos con aplicaciones biomédicas, particularmente en la regeneración del tejido óseo». En este sentido, el ingeniero bilbaíno Íñigo J. Losada Rodríguez recibió el reconocimiento en la modalidad de Protección al Medio Ambiente por unas investigaciones que han contribuido «a la mejora del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático». Finalmente, el catalán Xavier Freixas Dargallo, premio Rei Jaume I en Economía, ha sido elegido, según el jurado, por sus estudios del riesgo sistémico y el contagio financiero.
Puig reclama una «alianza sólida entre la ciencia y la política con un horizonte humanista»
Pacto por la Ciencia
En el acto, celebrado ayer en el Palau de la Generalitat, el vicepresidente de Fundación Premios Rei Jaume I, Vicente Boluda, reivindicó que estos galardones «contribuyen a demandar el apoyo a la ciencia, la investigación y el emprendimiento» y ponen de manifiesto que la sociedad civil valenciana es «viva, fuerte y comprometida». La misión de los galardones «es sencilla pero de calado», dijo e insistió en unos galardones que sirven para que «la ciencia, la investigación y el emprendimiento sean el alma y norte de la sociedad española». De lo contrario, afirmó, sería una sociedad «ramplona, conformista y de bajo nivel». Así, demandó de nuevo el impulso de un Pacto de Estado por la ciencia, la investigación y el emprendimiento e incidió en la necesidad de dotar a estas materias de «presupuesto y visión a largo plazo».
Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, reclamó una «alianza sólida entre la ciencia y la política con un horizonte humanista para generar oportunidades de inclusión y bienestar». «No hay progreso sin ciencia pero tampoco sin visión humanista», dijo el jefe del Consell. Asimismo, aseguró que es necesario «encontrar respuestas para evitar la precarización y la exclusión laboral crónica de muchas personas». Puig lamentó que en España aún no se ha alcanzado el objetivo comprometido ante la Unión Europea de invertir el 2% del PIB en I+D en el año 2020, una reclamación que ha copado el manifiesto de los Jaume I de este año y recordó que «entre los pactos pendientes se encuentra el Pacto por la Ciencia».
Todos los premiados
Dolores Corella, doctora
«En España hay muchas trabas administrativas y leyes restrictivas»
La catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat de València, Dolores Corella, recibió la noticia del premio camino a Zaragoza. En una conversación con LAS PROVINCIAS, aseguró que estaba «muy contenta» y que para los científicos «es un galardón del que sientes un gran orgullo». Corella, nacida en Castellón, es toda una eminencia en lo que en la actualidad se denomina medicina de precisión. «Nos ha reconocido por ser pioneros en la epidemiología genética y molecular. Hace unos años se estudiaban los factores de riesgo para prevenir enfermedades pero no se ahondaba en la información genética. Ahora, preguntamos a los pacientes no sólo lo que hace y si tiene algún tipo de antecedente familiar sino que investigamos su genoma. Así, podemos establecer los riesgos de cada persona», asevera la científica. No sólo se considera pionera en este tipo de estudios sino que, además, como mujer, ha tenido que pelear por su trabajo. Insiste en que en España hay una falta de recursos y que cuando se consigue el dinero, se choca con «muchas trabas administrativas y unas leyes muy restrictivas». Piensa en «revertir el premio en seguir investigando». «También vamos a intentar mejorar las condiciones de los científicos jóvenes, que trabajan en precario», cuenta.
Enrique Silla, empresario
«Vamos a crear una cátedra en la Politècnica con el premio»
«Tenemos que hablar aún con la Universitat Politècnica de València pero pretendemos impulsar una cátedra con el dinero del premio», asegura el empresario valenciano Enrique Silla, premio al Emprendedor. Responsable de la firma Jeanología SL, una empresa pionera en el tratamiento textil que no contamina, afirma que este reconocimiento «anima a seguir en la misma dirección».
«La ilusión ha sido tremenda. Ha sido un premio a todo un equipo a una trayectoria en el que nuestro modelo de negocio va encaminado a la sostenibilidad», dice Silla de una firma que pretende eliminar los químicos tóxicos derivados de la fabricación textil. En su caso, la empresa comenzó a hacerlo con los pantalones vaqueros y, en la actualidad, ya tiene 15 sedes operativas repartidas por todo el mundo. «Tras la industria alimenticia, la que más contamina las aguas es la textil. Nuestra intención es que en 2025 ningún vaquero se fabrique de forma tóxica», augura Silla.
Con una plantilla de más de 200 trabajadores, Jeanología pretende ser responsable de la primera cátedra de sostenibilidad en la Politècnica. «Eso nos va a obligar a establecer un compromiso a largo plazo con la universidad, porque queremos que eso sea un proyecto de futuro», insiste Silla a este periódico.
Ramón Martínez-Máñez, químico
«Los que investigamos no lo hacemos por dinero»
«He recibido el premio con mucha alegría», aseguró ayer el valenciano Ramón Martínez-Máñez a este periódico poco después de conocerse que recibirá el galardón en la modalidad de Nuevas Tecnologías. Director también del CIBER-BNN del Instituto de Salud Carlos III, el valenciano lleva «más de 20 años trabajando en las aplicaciones de los nanosensores para la detección de distintos comportamientos, entre ellos el cambio de color de los elementos», sostiene.
Su trabajo es «transversal» y lo mismo se orienta a detectar alimentos en mal estado como detectar el virus del papiloma o liberar de forma controlada productos activos contra la mosca mediterránea de la fruta. «No ha sido un camino de rosas pero hemos demostrado que las nuevas tecnologías se pueden aplicar a diversos campos como la medicina o el medio ambiente», asegura.
Su idea es invertir los 100.000 euros del reconocimiento en su trabajo de investigación o «en impulsar alguna beca». «Los que nos dedicamos a la ciencia no lo hacemos por dinero», argumenta. Para él, este Rei Jaume I también sirve como un toque de atención «a los políticos». «Para que sepan que la investigación sirve de algo. En los últimos años hemos sufrido muchos recortes», asevera.
María Vallet Regí, química
Pionera en los materiales cerámicos
La madrileña ha recibido el premio de Investigación Básica por su trabajo en el campo de los materiales cerámicos mesoporosos con aplicaciones biomédicas.
Xavier Freixas Dargallo, economista
Investigador centrado en la banca
Impulsor del estudio de las asimetrías informativas en el mercado de crédito, su libro 'Economía bancaria' se ha convertido en un texto de referencia.
Íñigo J. Losada Rodríguez, ingeniero
Lucha contra el cambio climático
El bilbaíno es fundador del Instituto de Hidráulica Ambiental. Un campo que conoce bien y cuyos trabajos han contribuido a la mejora del medio ambiente.