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Nassio Bayarri, el escultor que creó el cosmoismo, el artista que sembró Valencia de arte, se muestra en Bancaja. Ochenta piezas revisan la trayectoria de ... uno de los artistas más originales de la reciente historia del arte valenciano con gran proyección internacional. Esculpió los sueños y en una búsqueda constante de respuestas a las grandes preguntas que definen a la humanidad, encontró en el cosmos las respuestas. Figura "imprescindible" del arte moderno, una mirada "peculiar", así se le ha descrito esta mañana durante la presentación de 'Nassio Bayarri'.
La muestra, que para titularse sólo -que es mucho- ha necesitado el nombre del artista, pone ante los ojos del espectador un recorrido por piezas que cada una en sí misma relata a Nassio. 'Adán y Eva Cósmicos' (2018-2019), pero también 'Adán y Eva' de 1969 descubren la evolución del artista que hasta el final de su vida estuvo activo mostrando no sólo que estaba vivo y trabajaba, sino que no se puede dejar de lado el entusiasmo.
Acceder a la sala de la exposición comisariada por la catedrática de Escultura Amparo Carbonell y el arquitecto Javier Domíngez, permite el encuentro con el espíritu del artista que modernizó las vanguardias y revitalizó la función del arte como elemento transformador. Para Nassio no hubo límites. Moldeó el barro, pero también el acero sin dejar de lado la madera. Prueba de su relación con los materiales más diversos se encuentra también en Fundación Bancaja que con la propuesta "ayuda a descubrir y disfrutar la respuesta plástica de Nassio Bayarri, un creador incansable que en alguna ocasión afirmó 'si paro me muero' y sólo la muerte le paró. Pero su arte seguirá al alcance de todos", ha apuntado Rafael Alcón presidente de Fundación Bancaja en la presentación de la muestra.
La presentación a los medios de la exposición, el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, acompañado por los comisarios de la muestra, el arquitecto Javier Domínguez y la escultora Amparo Carbonell, ha resaltado que este trabajo tiene el "objetivo común" de "dar a conocer en profundidad la obra de una figura imprescindible del arte contemporáneo" y "acercar al visitante el universo creativo peculiar de Bayarri quien siempre estuvo centrado en los dilemas existenciales del ser humano".
Si hay una constante en un viaje creativo de setenta años, es la búsqueda de respuestas o lo que sería lo mismo el planteamiento de preguntas, clave sin duda en los procesos de creación. Nassio se interrogaba por las cuestiones esenciales del ser humano: "¿Qué somos, de dónde venimos, adónde vamos", y así llegó su manifiesto cosmopista en 1967 que le llevó a renovar el arte ofreciendo una obra que sustentada "en una fabulación de mundos mágicos en alusión al origen y el futuro del hombre", destacan los comisarios de la exposición. No sorprende entonces que entre las piezas se descubran esas llamadas al origen del hombre con Adán y Eva, los juegos que mezclan figuras humanas y animales o los extraterrestres que incluyó en su universo creativo.
En Nassio anidaba el compromiso que empujaba su deseo de transformar la sociedad para mejorarla, de ahí que sus ojos fijaran la atención en el ser humano y su posición en el mundo: "Era capaz de emprender proyectos que transformaran la sociedad, porque estaba convencido de que a través de la escultura podía cambiar la sociedad y crear mundos distintos", ha remarcado Carbonell. De hecho, esta convicción le condujo a integrarse en colectivos de gran relevancia en el contexto español de la posguerra, como el Grupo Parpalló.
Contemplar las ochenta obras que recorren la sala se convierte en un ejercicio apasionante de encuentro con líneas curvas y rectas, y con objetos geométricos con los que da forma a las ideas que convierte en cuerpos escultóricos repletos de tanta sensibilidad que invitan a acercarse a ellos para disfrutar de su textura porque parecen llamar a ser acariciados porque rezuman humanidad.
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La apuesta por el cosmoismo pone en el escenario artístico de Nassio su pregunta en torno a la existencia del más allá. Ante ello hay que tener en cuenta que el artista, como ha señalado Domínguez, procedía de una familia "tremendamente católica", pero él "quiso acabar con los dogmatismos" y tuvo "una mente mucho más abierta" que le llevó a "bucear en todas partes", desde la tradición de la cultura grecolatina hasta Goya y de este a Picasso.
Una gran oportunidad para encontrarse con la obra del creador que acercó el arte a la sociedad valenciana desde las calles de la capital y de otras localidades de la Comunitat. El autor de la cruz de término de la Avenida de les Corts Valencianes, el busto de Blasco Ibáñez de la plaza del Porxets, el Ausiàs Marcha que recibe en Valencia por su entrada sur o el del mosaico que da la bienvenida en el aeropuerto de Manises, ahora recibe y espera en Fundación Bancaja.
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