La cantante irlandesa Sinéad O'Connor no quiere pasar tiempo con «gente blanca» tras su conversión al islam

La cantante irlandesa ha asegurado que no quiere «pasar más tiempo» con «gente blanca» porque «es asquerosa».

Esto es lo que ha sentenciado Sinéad O'Connor. O también Shuhada' Davitt. Dos maneras de referirse a la misma persona. Y es que la artista, mundialmente conocida por 'Nothing compares 2 U', ha cambiado su nombre y se ha abierto una nueva cuenta de Twitter tras su conversión al islam.

En una serie de mensajes publicados en su perfil, Shuhada' Davitt, pide «perdón» por lo que dice, pues reconoce que puede ser «racista», pero asegura que «el Señor» necesita «trabajadores para hacer el trabajo sucio».

«Lo que voy a decir es tan racista que nunca creí que mi alma podría sentirse así. Pero de verdad nunca voy a pasar más tiempo con gente blanca (si así es como se llama a los no musulmanes). Ni un minuto más, por ningún motivo. Son asquerosos», ha escrito la dublinesa.

En los mensajes, la artista de 51 años también critica a los teólogos cristianos y judíos que atacan su nueva fe. Además, en sus tuits también dedica palabras al presidente estadounidense, Donald Trump, al cuestionarse si Twitter le censurará sus comentarios, mientras que al mandatario republicano le «permite vomitar inmundicia satánica incluso sobre mi país».

«Todo el mundo dice que los pobres americanos son víctimas de Trump. Pero vosotros le contratasteis. Así que despedidle. Si no, seréis cómplices. Pasa lo mismo con todo lo relacionado con el llamado Terrorismo Islámico. Que es exactamente lo que el diablo quiere y ama», ha dicho Davitt.

En su último mensaje al respecto, la cantante justifica su controvertido hilo en la red social: «Si es de locos preocuparse. Entonces azotadme el trasero y llamadme loca».

La vida de la cantante no ha estado aislada de controversia. No solo alcanzó la fama con el tema que Prince compuso y que con su voz personificó, sino por los varios episodios polémicos que han protagonizado su trayectoria. Es recordada, por ejemplo, por romper en 1992 en una cadena de televisión estadounidense una fotografía del entonces papa Juan Pablo II, en protesta por los abusos sexuales cometidos contra menores.

Además, siete años después, se ordenó sacerdote de la orden católica disidente de los tridentinos en una ceremonia celebrada en Lourdes (Francia), tras la que adoptó el nombre de Madre Bernadette Mary.

En los últimos años, la cantante también ha declarado que lucha contra la depresión y un trastorno bipolar y que ha tenido a menudo pensamientos suicidas, tras confesar que ella misma fue víctima de abusos en su infancia.