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Ayer las calles de Mislata se convirtieron en un concierto de visitantes, camisetas merchandising y groopies se hicieron con sus calles. Confluyeron en ellas ... los miles de asistentes al multitudinario concierto de La Raíz y el Mislata Art al Carrer (MAC). Este municipio de l'Horta Sud, que cuenta con poco más de 45.000 habitantes, se convirtió en capital del área metropolitana. Un incesante ir y venir de gente, fiesta y música recorría cada rincón de la localidad. La hostelería agradecía la jornada, aunque algunos propietarios de bares aseguraban sentirse bastante agobiados: «hemos tenido que decir que no a muchas reservas porque se nos ha juntado todo, había incluso un campeonato». Tras ser el centro logístico comarcal de apoyo a los municipios afectados por la dana, Mislata se reinventó anoche en el centro cultural y musical del territorio.
La banda de Gandia hacía escala, por fin, en su gira de reencuentro en su provincia. Una viaje que inauguraron el pasado diciembre en el Wizink Center de Madrid con un 'sold out' en cuestión de minutos y que les ha llevado por los escenarios de toda España: Bilbao, A Coruña, Barcelona, Málaga, Alicante, Valladolid, Avilés, Villarrobledo, Zaragoza y Rivas. Todos ellos, con todas las localidades venidas casi al 100%.
Y es que su público tenía ganas de que se cumpliese aquella promesa de «nos volveremos a ver» que lanzaron al final de su proyecto musical. Un reencuentro que se anunció a través de las redes sociales en febrero del año pasado tras su despedida en 2018 en La Marina ante casi 20.000 asistentes. Tras ello, llegaron Ciudad Jara liderada por Pablo Sánchez, cantante de La Raíz, y Zoo por su hermano Toni Sánchez, conocido como Panxo, que consiguieron crear su fiel público en muy poco tiempo. Pablo hizo una «parada temporal» este agosto y por su parte, Zoo lanzó el comunicado de su despedida este propio enero y cerró el festival Pirata Beach de Gandia en un concierto multitudinario este verano frente a más de 30.000 personas.
Sin embargo, durante esta nueva travesía, no todo ha sido un camino de rosas, pues Pablo Sánchez anunció en febrero que padecía una «enfermedad grave y crónica» que le obligaba a no participar en la gira, pero que el grupo ha decidido llevar adelante: «no será fácil hacerlo sin la persona que nos ha llevado hasta aquí, pero él nos ha pedido que sigamos y lo intentaremos con todas las fuerzas», anunciaron.
Los asistentes al evento de ayer compraron las entradas el pasado agosto y se agotaron todas en diez minutos. Y no defraudaron. Amenizaron la tornada desde las seis de la tarde Pep de la Tona, que es el nuevo proyecto musical de algunos componentes de la Gossa Sorda, Obrint Pas, El Diluvi y Aspencat, y el grupo de música de pop electrónico vaco, Zetak.
Pero el plato fuerte se hizo esperar. El grupo de Gandia se comió el escenario pasadas las nueve y media de la noche con un público entregado.
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La Raíz abrió con 'A la sombra de la sierra' con Pablo cantando. La Raíz y todo su público enloqueció. Un escenario enorme, pero tan pequeño para la cantidad de gente que había en el recinto ferial de Mislata. Acceder al baño o a la barra era un travesía de mínimo media hora. Panxo, el líder de Zoo, apareció en la segunda canción, 'Jilgueros' y levantó a todo el público, un hermano pequeño que estuvo acompañando a Pablo en su casa. «Dana», «Ventorro», «Palestina libre» o «no pasarán», fueron consignas que resonaron entre el público y el escenario en diversas ocasiones. Nada intenso, todo muy disperso y comedido, pero aplaudido entre el público asistente. Reivindicaron lo común y lo colectivo, defendieron los servicios públicos de calidad y pidieron que no se dejara atrás a nadie, «ni a los mayores en el COVID ni a los vecinos en las danas». Y tras los versos de Miguel Hernández, la velada acabó con 'Entre poetas y presos' tras el cordial parón en el que, como siempre, todos piden «una más».
No hubo nada fuera de guión, más allá de la aparición de Pablo, que ya lo ha hecho en ocasiones anteriores donde sólo las dos pantallas laterales gigantes permitieron a los miles de asistentes ver lo que sobre las tablas acontecía. El grupo se ha hecho grande ante la adversidad y la no aparición del cantante en numerosos temas no hizo decaer ni un segundo el concierto. El buen tiempo acompañó y la ausencia de gradas hizo que todo el público fuese a una. Se sintieron en casa, cómodos y se notó. Una noche que, sin duda, para ellos ya es «inolvidable» como dijeron y que la hicieron posible casi 500 trabajadores.
Y aunque la próxima parada de este tren huracán les espera en Mallorca, les queda todavía un largo camino por delante en todo el territorio nacional en ciudades como Vic, Sevilla, Aranda del Duero o Villena. Volverán a la Comunitat en tres ocasiones más: en el Avant Fest de Castelló, el Pirata Beach Festival de Gandia y en el Rabolagartija de Villena. Finalmente, salvo nuevo anuncio por parte de la banda, este maravilloso reencuentro llegará a su fin en Iruña, en el Navarra Arena, aunque esperemos que sea de nuevo un hasta luego y nos volvamos a ver.
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