Bartoli y su mundo
Crítica ·
La mezzosoprano conserva un muy buen estado de forma pero presentar esta actuación como un homenaje a Farinelli es forzadoA lo largo de 35 años Cecilia Bartoli ha construido una carrera única. Ha conseguido ser una estrella de la ópera e incluso transcender sus ... fronteras centrándose en la música del siglo XVIII y no en el XIX como suele ocurrir con las estrellas al uso. Siempre me ha parecido increíble la manera en la que el público enloquecía en sus conciertos con obras desconocidas de compositores del barroco, o de autores poco programados como Porpora o Steffani. Ese mismo milagro se repitió el pasado jueves en su debut en el Palau de les Arts en el que logró que el público se levantase de sus butacas.
En esta ocasión se presentó con un espectáculo que se titulaba 'Farinelli y su tiempo', pero que poco tenía de Farinelli y mucho de Bartoli. Pero eso lo desarrollaré más adelante. El espectáculo en sí es una propuesta semiescénica con proyecciones en el que la cantante se caracteriza para cada uno de los papeles, interactúa con los músicos e incluso baila. Cuenta con el auxilio de un actor y bailarín (Nicolas Payan) y la verdad es que el espectáculo resulta dinámico y atractivo. Pero vayamos al canto: la mezzo conserva un muy buen estado de forma. No es, eso sí, aquel delirio vocal de hace pocos años en el que las agilidades se sucedían frenéticamente en infinitas frases sostenidas sobre un fiato sobrehumano, pero conserva buena parte de la agilidad aún, una voz sin el mínimo atisbo de vibrato, toda su pureza tímbrica, además de un impecable fraseo y emisión. Es decir, la Bartoli sigue siendo la Bartoli. Destacó especialmente en los números más líricos, no faltó la ineludible 'Lascia la spina', pero también encarnó una exquisita Cleopatra en 'V'adoro pupile' o encantó a la audiencia con 'Augeletti, che cantante'. Muy emotiva resultó su intervención con la que cerraba el programa: 'What passion cannot Music raise' de la 'Oda a Santa Cecilia' de Händel, antes de los tres bises que regaló a la audiencia. Magnífico trabajo el de Les Musiciens du Prince y su director Gianluca Capuano. Destacaron especialmente los solistas de viento: trompeta, oboe y flauta.
CONCIERTO
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Música. Obras de Händel, Porpora, Hasse, Telemann y Vivaldi. C. Bartoli, Les Musiciens du Prince-Monaco, G. Capuano. 3 de noviembre de 2022. Palau de les Arts
Ahora bien, presentar esto como un homenaje a Farinelli me parece forzado, sinceramente, casi una tomadura de pelo. Proyectar una imagen del San Carlo, retratos de Farinelli o una pieza de Porpora, no es suficiente. Tampoco tiene sentido presentarlo como un retrato de su tiempo cuando en las proyecciones se 'colaron' cuadros del siglo XIX o el XVI. Pero, además, en el programa no solo no se presentó ninguna aria de Farinelli, sino que la mayor parte estaba compuesto por obras de Händel. En ese sentido, conviene recordar que Farinelli en su estancia en Londres se puso del lado de la competencia al compositor alemán. Además, la mezzo interpretó algunas páginas escritas no para castrato sino para soprano y, en ese sentido, recordar que Farinelli interpretaba personajes masculinos. Tampoco hubo la mínima referencia a la estancia española del cantante, algo que da para un recital en sí mismo… En definitiva, un despropósito conceptual que usa el nombre de Farinelli en beneficio propio a modo de promoción y sin contenido musicológico. Es, simplemente, un show.
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