Los fineses sí saben hacer bailar

La sintonía del pasado jueves no tenía nada que ver con películas francesas pese a que los protagonistas las evocaran desde su bautizo. Y es que los fineses French Films volvían a la ciudad con ese puñado de hits del White Orchid que editaban a finales del año pasado. Una segunda visita a nuestra ciudad en menos de 9 meses en la que volvían a compartir escenario con Gatomidi. Dos formas distintas de acercarse al prefijo post apellidado punk y rock respectivamente.

Los valencianos Gatomidi conseguían la rotundidad que el Enclosed Spaces requería desde que lo presentaran en directo hace poco menos de un año. Un recorrido por el que han ido avanzando y puliendo temas como The light is you, A.M.E.N., Land of sun o White clouds transformando los cortes del disco sobre el escenario. Poco tiene que ver lo que subieron al escenario en la presentación de este mismo trabajo y lo que bajó de él en esta ocasión. Más ruidosos y amalgamados entre reverbs y efectos y todavía a la espera de que terminen de empastar voces. Nolasco Contreras (voz, guitarra), Jimena Quejigo (bajo, voz) y Julián Dolado (batería) devoraron casi todos los platos de su menú (solo se dejaron fuera Lady of the stars). Un setlist que ha recorrido con ellos un verano de festivales y que tenía que levantar la primera hornada de electores. Acabarían con un guiño a Lou Reed, como posteriormente lo harían French Films.

De la densa nube de Gatomidi al post-punk de French Films en forma de canciones para bailar sin caer en los modismos fáciles para atraer al público. Johannes Leppänen (guitarra, voz), Santtu Vainio (teclado), Antti Inkiläinen (batería), Tuomas Asanti (bajo) y Max Salonen (guitarra) son los responsables de ese ramillete de canciones de buena digestión y de diversión sin estridencias. Correctos en su puesta en escena y mucho más entregados a medida que las canciones se dsuvedía., repasaron los temas del escueto White Orchid. Si bien es cierto que tiran mano de coros a los que fácilmente podemos sumarnos, las composiciones fescas, también demuestran conocer perfectamente de dónde beben y qué destilan.

Así sonaron cortes como Juveniles, Latte days, 99 o Ridin On, a medio camino entre el oscuro legado postulado por los ingleses Joy Division y la luminosidad que dan los momentos más surf. Ahí estaba ese Special Shades, uno de los temas que terminó por activar a los presentes. Golden Sea, terminaba de rematar esas bases rítmicas repetitivas y machaconas, rápidas y con la voz de Johannes distorsionada. Efectivos, los fineses jugaron una mano que ya sabíamos iban a ganar, y en ese conformismo escénico desarrollaron un corto setlist de buenas intenciones.

Y para finalizar la primera noche del fin de semana, el homenaje por parte de las dos bandas a Lou Reed compartiendo canciones, covers y vivencias Un I'm waiting for the man que uniría a los 8 músicos sonbre el escenario de la Sala Wah Wah. Un concierto irregular por lo que a cartel se refiere pero que acabó volando por los aires en cuanto cogió forma.