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Mariola Cubells y María Guerra. LP
Mariola Cubells y María Guerra: «Hay muchas mujeres brillantes que siguen amarradas a imbéciles»

Mariola Cubells y María Guerra: «Hay muchas mujeres brillantes que siguen amarradas a imbéciles»

Las periodistas atizarán al patriarcado con el show de humor 'Señoras y señoras' el 10 de mayo en el Teatro Talia

Viernes, 2 de mayo 2025, 09:00

Con una sola pregunta que les hagas, Mariola Cubells y María Guerra te montan una entrevista entera. Entre las dos dialogan que da gusto, y lo cierto es que tienen una visión muy punzante de la realidad. Son sumamente críticas con el sector audiovisual, con el machismo, con las élites patriarcales, con los artefactos que siempre han reprimido a su generación e incluso con el periodismo.

Estarán en el Teatro Talía de Valencia el sábado 10 de mayo con su espectáculo 'Señoras y señoras', que nace del libro de Cubells, 'Mejor que nunca', y que raya entre el humor, el coloquio, la crítica y, como ellas mismas acuñan, el 'meimportaunbledismo'.

-Decía Mariola que vuestra generación no ha sido contada y que la razón de ser de este espectáculo, en cierta manera, es esa. ¿Qué me pueden decir de esto?

-María Guerra: Trabajamos en el mundo audiovisual desde hace treinta años y solo se ven mujeres jóvenes que llegado un punto, desaparecen. Esa es la bandera roja que nos hizo decir: pero, oye, ¿qué pasa aquí?

-Mariola Cubells: Nuestra generación pasará a la historia por todo lo que supuso. No hay otra que se le parezca, que haya sido pionera en tantas cosas y haya roto tantos modes de manera intuitiva y casi sin saber que lo estaba haciendo. Queremos envalentonar a estas mujeres.

-G: Fuimos la primera generación que se casó con la posibilidad de divorciarse, la primera en ir a la universidad, la primera que va a cobrar una pensión. Tuvimos los hijos que queríamos tener. Y queremos compartirlo con mujeres más mayores y más jóvenes que nosotras.

-C: En el espectáculo hay un diálogo intergeneracional muy interesante. Hay algo que nos une a todas las mujeres, una forma de estar en el mundo que no tiene edad. A nuestra generación le faltó tener claro que había un universo común, como ocurre ahora, así que aquí estamos nosotras para crearlo. Somos más feministas y combativas que hace quince años.

-Han dicho en muchas ocasiones que las referentes de su generación dejaban mucho que desear. Desde princesas Disney dedicadas a fregar a tiempo completo, a mujeres prostituidas deseosas de que sus puteros las salven, como en Pretty Woman. ¿Qué huella les ha dejado esto?

-Primero fueron las princesas Disney y luego las pelis terribles de nuestra adolescencia. Todo eso se te queda en la retina. Imagínate la sorpresa cuando, a tus casi sesenta, te paras a pensar, a desmenuzar, a romper el artefacto y a gritar que todo lo malo que nos ha pasado en el amor romántico es, en gran parte, culpa de todos los truños audiovisuales que nos hemos comido. ¡Cállate, Paco! ¡Deja de contar el mundo bajo tu mirada! Si no conseguimos contar las cosas bajo nuestra óptica, no conseguiremos nada. Nuestra generación ha sido capaz de poner toda esa mierda en un paquete y mandarlo a tomar por culo (ríe).

-¿Ha cambiado esto, no? Ahora las mujeres tienen muchas referentes que se salen de la normatividad.

-G: Sí. Ahora se habla de los trastornos de la conducta alimentaria, de la gordofobia… Hace quince años era impensable que hubiera una sola presentadora que no tuviera una talla 36. La crítica audiovisual ha estado monopolizada por hombres, así que hay que reclamar credibilidad.

-C: Qué bien hablas, María, hostias.

-G: Y los referentes no se deben buscar solo arriba, sino también a los lados. Es cierto que nosotras somos burguesas y hablamos desde el cine y la tele de lo que nos afecta.

-C: Sí. Estamos en un estatus muy concreto. Siempre te acabas fijando en un segmento. Hay otra cosa a la que apelamos: nuestra generación tiene claro que puede estar sola, sin prejuicios, remilgos o problemas. ¿Por qué hay más mujeres solas que hombres en esta generación? Porque ellas se vuelven más exigentes y exquisitas, no aceptan a cualquier compañero.

-Me gustaría que lanzaran un consejo a esas mujeres que siguen atadas a matrimonios infelices por miedo a la soledad, a la falta de recursos o a decepcionar a sus hijos.

-C: Dos cosas: las mujeres que no tienen independencia económica ya son pocas. Nos hemos incorporado al mercado de trabajo. Y lo segundo: atrévete. Con eso puedes hacer mucho camino. El miedo es muy difícil de paliar, todas hemos sido miedosas. Envalentonarse es muy difícil. Por eso, di que no, alza la voz, no te calles. Eso te va subiendo. Y bueno, también abogo por el 'meimportaunbledismo'. Hay mujeres a las que nadie les ha dicho esto todavía. ¡No tienes que aguantar eso! Hay muchas mujeres brillantes que siguen amarradas a imbéciles.

-En el espectáculo contáis experiencias personales que os han ocurrido en vuestra carrera. ¿Podéis contar alguna de esas anécdotas?

-C: En la vida hay muchos destellos que te hacen ver que algo va mal. Yo, con doce años, era una niña pequeñoburguesa de cole de monjas. Mi padre, un día, le dijo a mi madre en medio de la comida que fuera a por la sal. Y entonces, yo le dije: oye, ¿y por qué no vas tú? Ese fue mi destello. Todas tienen un momento así. Hay que seguir esa senda.

-G: Nosotras hacemos una mirada a lo doméstico, porque en nuestra generación, nuestras madres no trabajaban. Por eso reflexionamos sobre lo doméstico.

-En el mundo audiovisual, ¿están cambiando las cosas? ¿O es todo fachada y detrás siguen estando los mismos tipos de siempre?

-G: El cambio es lentísimo, hay riesgo de involución y mucho paripé. La realidad es que sigue habiendo un 30% de mujeres directoras en España y que las grandes plataformas tienen consejos de dirección llenos de hombres que están cuestionando el feminismo. Hay que estar vigilantes.

-C: También hay mucho titular que dice que todo está cambiando, pero mira este dato: no hay ni una sola mujer mayor presentando informativos en la tele. En cambio tienes a Piqueras, a Matías Prats… Y tampoco hay mujeres feas. Las hay estrafalarias, pero no feas de manual o normales. No hay un Ferreras. Y hay muchas desmesuras, como la nueva película de Belén Rueda, 'Un funeral de locos'. Belén, a sus 60, hace de madre de Ernesto Alterio, ¡que tiene 54 años! Prácticamente nadie se ha llevado las manos a la cabeza por esto. ni el público, que se ha comido la peli con patatas (ha sido muy taquillera), ni la producción ejecutiva, la dirección de casting, los actores… Nadie ha dicho nada.

-G: Bueno, sí que habrán dicho cosas, pero manda quien manda.

-Parece que en el audiovisual, en prime-time, ha surgido hay un dualismo clarísimo, entre el pasado (con 'El Hormiguero') y el futuro (con 'La Revuelta'), hasta el punto de que ya todos consideramos a uno el programa de izquierdas y al otro el de derechas. ¿Qué es lo que está ocurriendo?

-C: Tiene mucho que ver con la polarización real que hay en España. Y luego con la manera en que se ha llevado a cabo todo. RTVE ha estado muy señalada por sectores de la ultraderecha. En cualquier caso, el Broncano de ahora no es diferente al anterior.

-G: El humor es político. Hay una mirada que quiere que no tenga ideología, pero no hay nada sin ideología. Los de antes también hacían humor con ideología. Está clarísimo que Pablo Motos es un señor machista, eso también es política.

-C: La única diferencia con respecto al pasado es que ahora se cuenta. Estamos aquí, diciéndolo. Tengo la libertad para decirte que eres un misógino y un facha a la cara. Tú sigue con lo tuyo, pero yo soy libre de decirlo. Cuando Miguel Bossé va a El Hormiguero y dice en prime-time que ahora no tenemos libertades y en la Transición sí, es para dinamitar el programa entero.

-G: El presentador podría debatirlo, pero no lo hace. Así que a las cosas se les llama por su nombre. RTVE utiliza el humor de forma política, a través de mensajes fáciles y simpáticos con otra orientación y otro marco mental. Porque ya no se trata de ser de izquierdas, sino que se ha inaugurado otra manera de estar en el mundo, otro lenguaje al margen del campo de nabos.

-Se supone que el periodismo debe ser veraz y relevante, y la realidad es que depende de un algoritmo, y eso lo pone en una situación crítica. ¿Qué opinan?

-C: Yo soy tremendamente pesimista en esto. Atravesamos un mal momento. Cuando empezamos nosotras, había buenas perspectivas, esperanza de poder prosperar en algún lugar, mejores rutinas y salarios. Ahora, la gente de treinta años, no tiene eso. A mí el periodismo me lo ha dado todo, pero, por desgracia, si algún joven me dice que va a escoger esa carrera, intento quitárselo de la cabeza.

-G: Yo no. Creo que tiene que seguir habiendo periodistas. Los ingenieros han llegado y han creado las cookies, que te cierran la visión, y eso es muy peligroso, pero debe haber periodistas.

-C: Junto al algoritmo, a mí me parece mucho más preocupante la precariedad, que es lo que hace que el algoritmo tenga prevalencia.

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