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José Calvo Poyato, autor de 'Dueños del Mundo', posa en la biblioteca del Monasterio del Escorial que mandó construir Felipe II. Isabel Permuy

José Calvo Poyato

Escritor
«Los españoles del siglo XVI se sentían dueños del mundo y tocados por Dios»

El autor cordobés novela en su último libro las intrigas en la corte de Felipe II, un rey muy poderoso «al que sus enemigos sólo pudieron combatir con la leyenda negra»

Miércoles, 6 de agosto 2025, 16:07

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José Calvo Poyato (Cabra, Córdoba, 73 años), uno de los escritores de novela histórica más prolíficos, ha publicado 'Dueños del Mundo' (Harper Collins), en la que recrea el poder de Felipe II a través de una vibrante trama donde el misterio de la alquimia se cruza con las intrigas políticas en la corte del rey que dominó un imperio donde no se ponía el Sol.

–¿Por qué gusta tanto recordar que en los dominios españoles nunca se ponía el Sol?

–Porque marca uno de los momentos más brillantes de nuestro pasado.

–En su libro habla de intrigas políticas, ¿un rey tan temido tenía que guardar las espaldas?

–No exactamente. Felipe II era un monarca de un poder amplio, absoluto. Hubo intrigas contra su entorno para crear un ambiente propicio a determinados intereses, pero nunca contra el rey.

–En la novela aparece la figura de Juan de Austria, hermanastro del rey. ¿Le tentó sucederle o fue siempre un hombre leal?

–Hubo intrigantes que trataron de enfrentar al rey con don Juan. Pero su lealtad fue absoluta.

–Los restos de don Juan reposan en una bellísima tumba que ocupa un lugar de honor en el Panteón de Infantes de El Escorial, ¿es un justo destino?

–Totalmente. Aunque bastardo, es miembro de la Familia Real. Añádase a ello que fue un gran soldado. Vencedor de los turcos en Lepanto y mucho más.

–También aparece en su libro la princesa de Éboli, que murió encarcelada por Felipe II. ¿Por qué una mujer de la que dicen que era altiva, bella y luchadora tiene su propia leyenda negra?

–Ana de Mendoza fue figura principal de la época de Felipe II. Fue mujer poderosa, bella e intrigante. Mantuvo amores con Antonio Pérez, el secretario de Felipe II. Eso y alguna otra razón de más peso político llevó al rey a ordenar su detención.

«En España nunca se ha combatido bien la propaganda extranjera contra nosotros»

–Hablando de Antonio Pérez, el secretario del rey que huyó a Inglaterra tras traicionarlo. ¿Es el culpable de esa imagen que 400 años después se sigue teniendo de Felipe II como personaje siniestro y cruel?

–Las relaciones de Antonio Pérez constituyen un pilar de la leyenda negra, pero ésta tiene otros fundamentos. Felipe II era el monarca más poderoso de su tiempo y la forma que tuvieron sus enemigos de combatirlo, al no poder hacerlo en el campo de batalla, fue la leyenda negra. Su principal impulsor fue Guillermo de Orange, verdadero personaje siniestro, al que llamaban el Taciturno.

–Aquella corte hispánica no supo imponer su relato a los bulos de holandeses, ingleses y franceses sobre Felipe II...

–Porque gobernaban el imperio más grande de la Tierra. Mucho trabajo, mucho esfuerzo en diferentes terrenos. Quizá no dieron la importancia que tenía a la leyenda negra que sus enemigos estaban construyendo. Los españoles nunca han combatido bien la propaganda que contra nosotros han llevado a cabo otros.

–¿Cómo era la vida de la gente corriente en la España del XVI?

–Era difícil para las clases populares. Los impuestos eran elevados, poca diferencia con hoy. Pero entonces se sentían elegidos. Orgullosos de ser la primera de las potencias de la época. Se sentían tocados por Dios.

–¿Por qué la época de Felipe II, la de mayor esplendor de nuestra historia, no ha sido contada como los franceses han contado la de Napoleón o los ingleses la de Churchill?

–Porque una buena parte de nuestra historia la han escrito quienes tejieron la leyenda negra. Muchos españoles la han creído y eso nos ha generado una especie de complejo, que estos países no tienen, por la que algunos piensan que hemos de pedir perdón. Entonces no se debe presumir de aquello que algunos creen que hemos de pedir perdón.

–Los ingentes recursos que llegaban de América permitieron levantar El Escorial. ¿Fue una de las mejores inversiones de Felipe II?

–Sin duda. El Escorial, además de monasterio y Panteón Real, es un centro de estudios, su biblioteca fue de las más importantes del mundo en su época. Tiene ejemplares únicos. Fue un centro de enseñanza y un monumento conmemorativo, el más importante de un tiempo brillante de nuestra historia.

–Una de las tramas de 'Dueños del Mundo' gira precisamente en torno a las fórmulas alquímicas en poder de un boticario asesinado. ¿Ha imaginado que entra las páginas de algún libro de la Biblioteca de El Escorial puede encontrarse algún misterio que no se haya descubierto aún?

–La imaginación es libre. ¿Por qué no hay algún misterio no descubierto en las páginas de esos libros? Piense que algunos libros de esa biblioteca están dedicados a las llamadas ciencias ocultas...

«Felipe II no heredó los genes guerreros de su padre, esos los heredó Juan de Austria, su hermanastro»

–Hay un cuadro en El Prado de Felipe II pintado por Sofonisba Anguissola con su semblante serio y su indumentaria negra. ¿Lo ha visto, qué le inspira?

–Lo he visto y me inspira mucho respeto. Y sobre la indumentaria negra decirle que era el color de moda. Un negro brillante. Por el que pugnaban en Europa. En España se tenía gracias al uso de tintes procedentes de América. Los enemigos de Felipe II utilizaron esa indumentaria para añadir un elemento más de negatividad a su personalidad. Difundían una mentira.

–A diferencia de su padre que combatió en Mühlberg, Felipe II no fue un rey aguerrido, aunque se embarcó en muchas guerras. ¿Era parte de su carácter el no comandar sus ejércitos exponiéndose a la muerte?

–Que el rey se pusiera al frente de su ejército y entrara en combate era habitual en la Edad Media. Todavía ocurría en la primera mitad del siglo XVI. Carlos I, efectivamente, estaba en Mühlberg, como recogió un cuadro de Tiziano. También estaba Francisco I de Francia en Pavía, donde lo hicieron prisionero los españoles. Pero es poco frecuente en la segunda mitad del siglo XVI. Felipe II no heredó los genes guerreros de Carlos I. Eso genes los heredó Juan de Austria, que era un guerrero, mientras que Felipe II era más burócrata.

–Lo tenemos por un hombre austero y culto. ¿lo era?

–Sin duda. En la Navidad de 1576, que celebró en el monasterio de Guadalupe, comió dos huevos pasados por agua y un poco de turrón. Y en el campo de la cultura, además de la espléndida biblioteca que reunió en El Escorial, su pintor favorito, El Bosco, nos permite tener en El Prado la mejor colección de este autor.

–Cuando Felipe II regresa de Lisboa coronado como rey de Portugal y de todos sus territorios se acuña una moneda con el lema 'El mundo no es suficiente'. ¿Nos podíamos permitir esas 'chulerías'?

–Ese lema respondía al ambiente de la época. Los españoles se consideraban dueños del mundo.

–¿España y Portugal conformarían un gran país juntos, o eso si que es pura alquimia?

–España y Portugal son grandes países por sí mismos. Juntos, sin duda, serían más grandes y tendrían una mayor influencia en el mundo. Muchos han abogado por la unidad ibérica. Una idea que hay que intentar hacer realidad, pero sin imposición de un país sobre otro.

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