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Sexo, mentiras y traiciones para un año sin Nobel de Literatura

El escándalo por agresiones sexuales y filtraciones obliga a la Academia sueca a aplazar la concesión del galardón | La institución, que aborda su crisis más grave desde la creación de los premios en 1901, se ve forzada a cambiar sus estatutos

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Viernes, 4 de mayo 2018, 09:08

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No habrá Nobel de Literatura en 2018. El escándalo por presuntas agresiones sexuales, filtraciones, engaños y juegos de poder que carcome a la Academia Sueca ha obligado a la institución a renunciar al fallo y aplazar la concesión del prestigioso galardón. Una circunstancia que no es nueva, pero que no se daba desde 1949. La academia confirmó en la mañana del viernes lo que se venía barruntado desde que la onda expansiva del escándalo conmovió los cimientos de la casa y salpicó incluso al círculo de la familia real sueca. Es la crisis más grave de los Premios Nobel desde su creación en 1901.

El galardón no queda desierto, ya que se otorgará junto al del año próximo. «El premio Nobel 2018 de Literatura se designará y anunciará al mismo tiempo que el galardonado de 2019», anunció la institución en un comunicado. Una circunstancia que no se había producido desde hacía casi siete décadas pero que no es una excepción.

El Nobel de Literatura solo quedó desierto en 1935, pero la academia había optado en varias ocasiones por suspender el fallo y la entrega del galardón, que no se concedió en 1914, 1918, 1940, 1941, 1942 y 1943 debido a las dos guerras mundiales. En otras siete ocasiones se pospuso en busca de un «candidato adecuado», -ocurrió en 1915, 1919, 1925, 1926, 1927, 1936 y 1949- aunque en la mayoría de los casos se otorgó con retraso. «En cinco de estas ocasiones, el premio fue aplazado y entregado al mismo tiempo que el galardón del año siguiente», precisó la academia en su comunicado.

Arnault, en el ojo del huracán

El escándalo que socava el prestigio y la esencia de la institución estalló en noviembre. En medio de un clima de extrema sensibilidad y rechazo mundial contra los abusos sexuales, el diario sueco Dagens Nyheter publicó los testimonios de 18 mujeres que afirmaban haber sido violadas, agredidas sexualmente o acosadas por Jean-Claude Arnault, fotógrafo e influyente figura de la escena cultura sueca, muy vinculado a la academia a través de su club literario y casado con una académica.

Los abusos se habrían cometidos entre 1997 y 2007 y, según la prensa sueca, en algún caso en dependencias de la academia o en uno de los exclusivos apartamentos que la institución mantiene en París y Estocolmo. La información publicada sugiere además que los supuestos abusos era conocidos en los más selectos círculos culturales suecos. Arnault, francés de nacimiento y marido de la poeta y académica Katarina Frostenson, ha negado las acusaciones. Pero las revelaciones del diario abrieron la espoleta de una discordia que no dejó de acrecentarse entre los 18 miembros de la academia, que discreparon sobre cómo se debía abordar el escabroso asunto.

La academia cortó la relación con Arnault y encargó una auditoría sobre sus relaciones con la institución, lo que no aplacó desacuerdos internos sobre las medidas a tomar y generó un cascada de renuncias, acusaciones y las salidas de seis académicos entre otros, de la secretaria permanente Sara Danius, encargada de leer el fallo y de la propia Frostenson. El informe interno descartó que Arnault hubiera influido en decisiones sobre la concesión del premios y ayudas, aunque admitía que el apoyo económico que ha recibido incumple las reglas de neutralidad e imparcialidad, al ser su esposa copropietaria de la sociedad que controla el club. Confirma además que el secreto sobre la identidad del ganador del Nobel fue violado en varias ocasiones.

Las seis dimisiones hacen imposible el quorum necesario para el fallo del premio y abocan además a una reforma de los estatutos de la academia que reconoce su propio «debilitamiento», tras la salida de ocho de sus dieciocho miembros, dos menos de los necesarios para la toma de decisiones. Las renuncias son simbólicas y suponen de facto no participar en votaciones y actividades, ya que la pertenencia a la institución es vitalicia y sólo se elige a nuevos miembros cuando fallece alguno.

Los diez miembros que permanecen en la institución celebraron el jueves una reunión para discutir la cuestión y coincidieron en la necesidad de desarrollar un nuevo marco normativo, una tarea que ya está en marcha y que incluye modernizar los estatutos y las normas sobre parcialidad y reforzar la traicionada confidencialidad.

«Los miembros activos de la Academia Sueca son plenamente conscientes de que la actual crisis de confianza representa un importante reto a largo plazo y requiere un trabajo sólido de reforma», afirmó Anders Olsson, presidente permanente interino citado en el comunicado. El proceso de selección de aspirantes para el Nobel de Literatura de este año transcurría, con todo, al ritmo habitual, pero la institución dice ahora que necesita «tiempo para recuperar su fuerza plena, involucrar a una cantidad mayor de miembros activos y restaurar la confianza publica perdida antes de que se pueda anunciar el próximo ganador».

La Fundación Nobel apoya la resolución de la academia, aún reconociendo que la gravísima crisis, la más grave desde la creación de los premios hace más de un siglo, afecta «de forma negativa» al galardón. Aventura, con todo, que «no afectará a los otro cinco premios Nobel». El rey Carlos XVI Gustavo, protector de la academia, anunció ya el mes pasado una reforma que permitiera la renuncia real y efectiva de sus miembros, ya fuera por deseo propio o tras dos años sin participación activa, abriendo así la posibilidad de que fueran reemplazados.

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