José Manuel Soto: «Me encanta que me llamen facha»
El cantante sevillano, que este 20 de mayo actúa en el Teatro Olympia, asegura que «en España es muy complicado. Los de izquierdas no te contratan y los de derechas tampoco porque les da miedo el qué dirán»
El cantante sevillano José Manuel Soto lleva cuarenta años en los escenarios. Sus letras han encandilado a varias generaciones de españoles. Es una voz muy ... aplaudida. Es una voz, que no sólo canta, tamién habla y opina de lo que sucede a su alrededor. José Manuel Soto se muestra muy comprometido allá donde le piden opinión, o en las redes sociales, que utiñliza para manifestar sus criterios «a contracoriente». Este martes 20 de mayo estará en Valencia, a las 20 horas actuará en el Teatro Olympia. Con motivo de esta visita ha conversado con LAS PROVINCIAS. El artista confiesa: «Me encanta que me llamen facha» y ofrece algún detalle de su actuación, habla también de la España que le duele.
-¿Qué concierto nos trae a Valencia?
-Un repaso por mi trayectoria, con los temas más antiguos y los nuevos. También un poquito de soy español y viva España. Viene mi hija Rocío, que canta algún tema. Será un concierto entretenido.
-¿Cómo es el público de la capital del Turia, le responde bien?
-Hace tiempo que no estoy en Valencia. Hay mucha afición a la música, es un público que sabe lo que escucha. No es fácil, es exigente.
-¿Cómo ha visto la situación de la dana y la respuesta que se le ha dado?
-Me ha parecido indignante. Mazón porque demostró falta de liderazgo, pero lo de Sánchez fue peor. Actuó de mala fe, no mandó al Ejército hasta cinco días después. Vieron una oportunidad para desgastar al gobierno de Mazón y sacar rédito electoral. Lo viví con una indignación que me subía por las paredes.
-Lleva muchos años sobre los escenarios, ¿por qué se hizo cantante?
-No tengo ni idea, la verdad. Yo no venía para esto, pero empecé a escribir canciones y me di cuenta de que había emoción, la gente se emocionaba al escucharlas. Se pasaban de unos a otros los cassettes de aquellos tiempos y las letras. Descubrí que había algo y quise explorar ese camino. Llevo más de cuarenta años, siempre se puede estar mejor, pero estoy bien.
-¿Piensa en jubilarse?
-De momento, no. Tampoco creo que dure mucho más, yo no soy de los cantantes que sueñan con morir en el escenario. Me gusta el escenario mientras me vea con fuerzas y ganas, pero medio muerto, no.
-Ha comentado que al concierto de Valencia también trae algo de «viva España y soy español». ¿Es necesario reivindicar estas cuestiones?
-Me veo como un cantante de canción protesta de los años sesenta, cuando cantaban temas de Miguel Hernández y los poetas republicanos, como el caso de Machado. Ahora reivindicar la españolidad es un acto de rebeldía porque va contracorriente. La corriente oficial es el sanchismo, el independentismo y Bildu. Los que reivindicamos la españolidad y la hispanidad somos gente que estamos fuera de lo correcto. Ponerme a contracorriente me encanta y lo que hago es un acto de rebeldía.
-¿Ser artista y ser de derechas es compatible?
-En España es muy complicado. Los de izquierdas no te contratan y los de derechas tampoco porque les da miedo el qué dirán, que les digan que son unos fachas. Los artistas de derechas nos tenemos que buscar la vida nosotros alquilando los teatros porque no te contrata nadie.
-¿Si a uno le llaman facha, cómo tiene que responder?
-A mí me encanta que me llamen facha. Hoy en día ser facha es un signo de rebeldía, de ir en contra de lo políticamente correcto. A mi me lo dicen todos los días; si facha es querer a tu país y amar tu bandera, pues facha lo que tú quieras.
-También dicen que José Manuel Soto es cantante de pijos, ¿ser pijo es malo?
-Nunca he sido cantante de pijos. Canto a quien me llame. He actuado toda mi vida en pueblecitos pequeños y no había ningún pijo; He tenido una vocación popular. Pero, bueno, los pijos también tienen derecho a escucharme cantar. No discrimino a nadie.
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-¿Alguna vez se va a dedicar a la política, piensa dar el paso?
-No. Me lo han ofrecido, pero no me divierte nada. Menos en esta época en la que todos los que no valen para otra cosa acaban en la política y yo no tengo necesidad. Me interesa, pero para dedicarme, no.
-¿Si tiene un presidente y se entera de que se ríe de usted a través de WatsApp, qué piensa de su presidente?
-¿Qué voy a pensar? Que no es un tío claro, que es alguien que por un lado dice una cosa y por detrás, otra. No tiene escrúpulos. Con este no va a haber forma de que dimita porque no tiene conciencia de daño. Es gente psicópata de la política, que nadie los va a querer en ningún sitio. Saben que es la única escapatoria que tienen, la única forma de ganarse la vida, y en la política hoy en día cabe todo eso. Es una vergüenza tremenda para España, un tío que no tiene palabra, que le da igual hoy decir una cosa y mañana la contraria. Es alguien que pacta con los enemigos de nuestro país: con Bildu, con Esquerra, con Junts, con Marruecos… Con todo aquel que le permita seguir gobernando un tiempo más. Entonces, pues, es muy peligroso.
-¿Habla de Sánchez?
-Sí, claro, ¿de quién voy a hablar, de Torrebruno?
-¿Por dónde pasa la solución de España?
-Primero porque se vaya Sánchez. Y luego que llegue gente que ame a su país. Esto es una cuestión de amor.
-Usted es de los que no se callan, ¿qué piensa de los que nunca hablan?
-Que son unos cobardes. Lo fácil en la vida es callarse. Bueno, no te metas en nada como me decía a mí mi madre. A mí me duele mi país, me duele el futuro de mis hijos. He gozado de un país maravilloso en los años ochenta y noventa, había respeto y tolerancia, una convivencia maravillosa. Y se lo van a cargar todo: la democracia y la separación de poderes; les da igual todo. Contra eso, no me pienso callar.
-¿Los artistas deberían hablar más?
-Mucho más, pero no se atreven porque pierden contratos.
-¿Por qué hay que defender los toros?
-Porque son cultura española, porque dan de comer a mucha gente y porque el toro bravo no existiría si no hubiera corridas. Se han extinguido en todo el mundo menos en España porque hay corridas de toros. Son un motor económico y cultural en muchos sitios: en España, en Portugal, Francia y América.
-Soto es muy activo en redes sociales, ¿cree que son una oportunidad o qué pasa con ellas?
-Las redes sociales son un coñazo, pero te dan una oportunidad para opinar. No me interesa nada enseñar el plato que me estoy comiendo ni la ropa que me pongo, ni mío ni de nadie. Me interesan las opiniones, el compromiso de las personas y la gente que se pone en contra de la corriente. Las utilizo, sobre todo para mostrar mi disconformidad con lo que no me gusta.
-¿Cómo ve el panorama musical actual en España?
-No escucho nada, no me interesa prácticamente nada de lo que hay. Me interesa la música de hace treinta y cuarenta años. Ahora hay una invasión de reguetón y músicas chabacanas. La gente ha perdido la cultura musical.
-Sus hijos también se dedican a la música, ¿quería que fuera así?
-Lo último que yo quería, pero no me han hecho caso. Son muy buenos, gente joven, guapos y simpáticos que componen y cantan muy bien. Pero esto es una profesión muy complicada.
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