Horas decisivas para el conflicto entre el Cor y Cultura

El conflicto entre el Cor de la Generalitat y el Institut Valencià de Cultura (IVC) viene de lejos. El tiempo no ha curado las heridas, es decir, los años no han servido para dar una solución acorde a las peticiones de la formación musical y a la normativa que aplica la entidad pública que dirige Abel Guarinos. El Cor no es un organismo que dependa o gestione el Palau de les Arts aunque los paros de los cantantes han afectado prncipalmente a la programación del coliseo.

El Cor de la Generalitat celebró ayer una asamblea telemática. Su contenido no trascendió a la espera de cesiones e implicaciones de ambas partes. En pleno conflicto, se acercan horas decisivas que marcarán la evolución de la negociación. En estos momentos, la situación es de bloqueo.

Estas horas clave, no obstante, no evitaron que el Cor de la Generalitat volviera ayer a protestar a las puertas del edificio diseñado por Calatrava. De nuevo repartió octavillas entre el público. A diferencia del pasado viernes, jornada en la que a los miembros de la formación musical se les desactivó las tarjetas de acceso al edificio, los músicos de la Orquesta de la Comunitat no lucieron ayer chapas reivindicativas (con el lema «Som un cor de cors» sobre un corazón rojo).

¿Por qué protesta el Cor? La formación musical critica la falta de soluciones a su situación laboral, sobre todo tras conocerse que la Conselleria de Cultura publicó hace unos meses que 22 plazas de la agrupación, formada por 59 miembros, salen finalmente a oposición. Esta Oferta Pública de Empleo (OPE) llega después de que hayan sido infructuosas las negociaciones entre la formación y los responsables del departamento que dirige Vicent Marzà. «Con una temporalidad del 100%, la Administración ha decidido consolidar los puestos de trabajo, pero no las personas, y en vez de subsanar el fraude de ley, obliga a los integrantes actuales del Cor arealizar nuevos exámenes», según la entidad coral.