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Morante y roca Rey, más cortesía que fiesta. Aplausos

Gloria y tragedia, el toro no hace distingos

La cornada de Morante, la remontada de Roca Rey y el grave percance de Artazo I Los pronósticos mejoran, el alumno de la Escuela de Valencia empieza a recuperar la movilidad

Domingo, 17 de agosto 2025, 00:20

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Sube el suflé peruano. Tras una rachita de infortunio, se esperaba la remontada y llegó. Santander, Puerto de Santa María, Huesca, Dax… El cóndor no ... se rinde, esa es la diferencia que marca grandezas. Nada es fácil. Un toro que no embiste, otro que te cambia el paso, tú que no andas lúcido, el día raro del público o de ti o de la prensa… Son tantos los lances que se interponen en el camino de los toreros... Y ante eso unos se achican y otros se crecen. Unos esperan y otros atacan. En lo más cruento de la guerra, unos aprietan los dientes y sacan lo mejor, y otros esperan que escampe. Cuestión de carácter, de raza, de bemoles. Roca Rey como ejemplo a seguir. Quien pueda, claro. Mientras, Morante, otro ejemplo, otro modelo de grandeza, distinta pero igualmente brava, desde Portugal, donde convalece, mantiene en ascuas a la afición y a los empresarios a la espera de que anuncie su vuelta. Málaga parece el objetivo, luego Bilbao, puertos de gran dificultad que en teoría no son los más apropiados para volver tras una cornada. Aunque ya nada extraña, él, tantos años acomodado en los jardines de la lírica, en esta su segunda juventud ¡quién lo iba a decir! se ha matriculado, curso acelerado, en el territorio de la épica. Los años le han afilado el valor hasta límites insospechados. Y tras el feliz desenlace, el pulso entre ambos, Morante-Roca, tiene asegurado la continuidad ya mismo a mayor gloria. El resto, que no se moleste nadie, siendo muy buenos, siendo importantes cuentan menos.

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