Foto de familia de los galardonados durante la gala de entrega de las Estrellas Michelín 2026, este martes en Málaga. EFE

El triunfo de Enigma no salva una gala Michelin sin nuevos tres estrellas

La guía congela la categoría reina, que se mantiene con 16 restaurantes, mientras concede 5 segundas estrellas y 25 primeras, la mayoría a jóvenes cocineros rurales

Martes, 25 de noviembre 2025

Se rumoreaba con cierta inocencia que Michelin iba a batir un récord concediendo, de una tacada, la tercera estrella hasta a tres restaurantes. Nada más lejos de la realidad. Esta vez la guía ha decidido dejar desierto el premio gordo, aunque sí mantiene las tres estrellas a los 16 restaurantes que las ostentaban hasta ahora. No es la primera vez que sucede: en 2015, 2016 y 2019 tampoco hubo ningún nuevo triestrellado, pero últimamente la cocina española se había malacostumbrado a recibir una o dos novedades por año. Tampoco se cumplieron las profecías de los agoreros que advertían de que una casa histórica podía ser degradada en la gala celebrada este martes en Málaga.

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Ni el marbellí Skina, de Marcos Granda, que lleva años sonando en todas las quinielas; ni el lujoso Deessa, de Quique Dacosta, en el hotel Mandarin Oriental Ritz, un proyecto de gran lujo que nació con la intención declarada de aspirar a lo más alto; ni el navarro Molino de Urdániz, de David Yárnoz, que algunos veían como el tapado de perfil discreto que tanto gusta a la firma francesa. Ni otros que sonaban, como Bardal, de Benito Gómez, o el mallorquín Voro, de Álvaro Salazar, que se había desplazado con su equipo hasta Málaga, alimentando rumores de que podría dar la sorpresa. Ni los ya eternos aspirantes Ricard Camarena, Mugaritz, Coque o Miramar. Todos se fueron de vacío en una gala extenuante, que se prolongó durante más de dos horas y media y terminó en un anticlímax.

El capítulo de dos estrellas sí trajo, al menos, jugosas novedades. El ascenso de Albert Adrià con Enigma era un clamor ya el año pasado: llega tarde, pero llega, y puso en pie al auditorio. Adrià tiró de ironía diciendo que se acababa de despertar de la siesta y que no se lo esperaba. Ramón Freixa recupera en el nuevo Atelier las dos estrellas que tenía en el hotel Único. Paulo Airaudo también tiene razones para celebrar: aunque la tercera para Amelia se le resiste —quizá el año que viene, cuando se mude al hotel María Cristina—, consigue la segunda en el barcelonés Casa Fuster, con Rafa de Bedoya como jefe de cocina. La nómina de nuevos biestrellados se completa con La Boscana, de Joel Castañé, en Bellvís (Lleida), y Mont Bar, de Francisco José Agudo, en Barcelona.

Más dos estrellas

Las novedades están en establecimientos «más sencillos, gestionados por parejas, que aportan cercanía y calidez»

Entre las primeras estrellas, 25 referencias. En Madrid ganan la primera Éter, de los hermanos Tofé, y Emi, del joven Rubén Hernández; y en Barcelona, Kamikaze y el japonés Scapar. Pero el grueso de las novedades está en entornos rurales o ciudades pequeñas, donde predominan «establecimientos más sencillos, gestionados por parejas, que aportan cercanía y calidez», reza el comunicado de Michelin, que parece abrirse por fin a reconocer otras formas de excelencia culinaria. Proyectos conectados con la memoria, la identidad local y el paisaje rural, como los vizcaínos Bakea y La Revelia; el manchego Ancestral; Miguel González, en Ourense; o Barahonda, en Yecla, nominado también hace unos días al premio Cocinero Revelación en Madrid Fusión.

Satisfacción andaluza

Comienza a ser tradición que la comunidad anfitriona salga contenta de la gala, y esta vez no ha sido una excepción: Andalucía tiene muchos motivos para celebrar. Cinco primeras estrellas para el malagueño Palodú; el gaditano Mare; el cordobés Recomiendo; el sevillano Ochando, y el granadino Faralá. Más novedades: en Bilbao, Julen Bergantiños logra la primera para Islares, mientras que Iñigo Lavado revalida la que ostentaba en su nuevo proyecto donostiarra, Itzuli. Nacho Solana suma a la que tiene en su casa familiar una nueva estrella en Pico Velasco.

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Los galardonados con dos estrellas Michelín durante la gala de entrega de las Estrellas Michelín 2026, EFE

La estrella verde, una distinción sobre la que se habían sembrado dudas en las últimas semanas, suma cinco novedades, cuatro de ellas vascas: Ama, en Tolosa; Bakea, en Mungia; Garena, en Dima; e Hika, en Villabona, además del mallorquín Terrae. ¿Casualidad? Más bien «se reconoce una forma particular de defender el territorio», dijo al recoger el premio Javier Rivero. Al margen de las estrellas, la edición 2026 suma 29 novedades en la categoría Bib Gourmand —hasta 204 en toda España—, que se entregarán en una ceremonia especial durante Madrid Fusión, y 128 novedades en la categoría de Recomendados, hasta un total de 784.

Premios personales

El mejor servicio en sala recayó en Abel Valverde, el mejor sumiller en Luis Baselgas, el joven talento para Juan Carlos García y el de mentor para Quique Dacosta

La gala ha servido también para otorgar una batería de premios personales. El galardón al mejor servicio en sala fue para Abel Valverde, del madrileño Desde 1911, y el de mejor sumiller para Luis Baselgas, de Smoked Room, también en Madrid. Además, el jurado distinguió en sus reconocimientos el joven talento de Juan Carlos García, de Vandelvira, mientras que el premio Mentor fue para Quique Dacosta.

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