Una exdirectiva del IVAM: «No se votaba la compra de obras. Todo lo decidían Císcar y Tomás Llorens»

«La situación era delicada. Quería marcar una línea distinta a la anterior. Por eso elegí una serie de colaboradores para un nuevo proyecto artístico», ha justificado Cortés. También se cambia en aquel momento el procedimiento de adquisición de obras de arte. «Desde entonces, toda compra debía tener un informe de un conservador con su valor artístico y también económico», ha precisado.

El letrado de Císcar ha tratado de hacer un paralelismo entre las obras de Julio González y las de Gerardo Rueda porque ambos artistas tienen obras póstumas en el IVAM. El exdirector ha aclarado que él no es un experto en estas cuestiones, pero ha establecido una diferencia entre el arte de principios de siglo de González y el del final de centuria, con Gerardo Rueda. El proceso de compra desde que llega este director pasaba inevitablemente por el Consejo Rector, que analizaba un informe previo de un conservador donde establecía el precio adecuado para las piezas.

Raquel Gutiérrez ha sido la siguiente. Una testigo clave en la causa, que llegó a estar imputada en esta investigación. Fue técnica del IVAM y trabajó codo con codo con Consuelo Císcar como directora del área técnico artística. Era, además, vocal de la comisión de adquisiciones.

«No había periodicidad», ha señalado en referencia a las reuniones de este grupo. Cuando se recibían propuestas de adquisición, «las archivaba hasta que se celebrara la comisión». De ahí se elaboraba un documento de word, «pero muy básico, con los datos esenciales». Y entonces Císcar decidía que propuestas iban o se quedaban fuera de la comisión, según ha relatado. Pero las reuniones parecían más un paripé que algo realmente serio donde se decide el destino de millones de euros. «La comisión era un diálogo entre la directora y Tomás Llorens», uno de los hombres de confianza de la institución. «A nosotros no se nos pedía opinión de nada. No había votación», ha admitido rotunda.

La documentación que iba a la comisión no contaba con un informe de un conservador. «Eso era a posteriori, cuando se aprobaba la compra y se iba a llevar al Consejo Rector». Todo lo contrario que ocurre ahora cuando el informe es previo a la compra. Gutiérrez también ha desvelado que nunca se negociaba el precio de compra de las obras. La testigo ignoraba cómo se negociaron los precios y la aparición de descuentos en la compra de las piezas.

La propuesta de compra de obras de Rueda en 2006 no se llevó a la Comisión de Adquisición, ha subrayado la responsable. «Me ha llegado esta propuesta y considero que es interesante», ha recordado que le dijo Císcar en un encuentro fugaz e informal. Posteriormente, la testigo ha explicado que se dirige al directo financiero para que incluya la documentación. «Yo no elaboro el acta y tampoco la firmo», ha manifestado.

Raquel Gutiérrez ha admitido que no sabe quién negoció el precio con la fundación kapa, para la fundición de las obras de Gerardo Rueda. A raíz de los correos electrónicos que le envía José Luis Rueda ha dicho que entendió que fue él el artífice de la negociación con la fundición. «La directora sí tenía relación con Rueda», no supo precisar la intensidad de ese vínculo, si se podía considerar una amistad. Rueda estaba «omnipresente» en toda una serie de procesos que un comisario habitual no está, ha indicado. El IVAM hizo una tasación posterior en 2010 de las obras adquiridas. La testigo ha declarado que eso lo hizo por orden del propio hijo del artista.