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El retablo del Centenar de la Ploma, que se exhibe en el Victoria and Albert Museum de Londres, es una de las joyas del arte valenciano y reproduce la conquista de Valencia por parte de Jaume I. LP
El Consell anuncia que traerá una parte del Centenar de la Ploma a Valencia

El Consell anuncia que traerá una parte del Centenar de la Ploma a Valencia

La Generalitat afirma que el Victoria and Albert de Londres permitirá que viaje a la ciudad la pieza inferior del retablo del siglo XV

NOELIA CAMACHO

VALENCIA.

Martes, 11 de diciembre 2018, 00:53

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Han sido años de negociaciones. Los últimos gobiernos de la Generalitat Valenciana habían intentado que el valioso retablo del siglo XV conocido como el Centenar de la Ploma regresara a la ciudad. Lo hicieron en 2003, cuando el presidente de aquel momento, Francisco Camps, negoció con el Victoria and Albert Museum de Londres la cesión de la obra. Años más tarde, en 2008, también se volvió a intentar, sobre todo con motivo de la celebración del 'Any Jaume I' -la pieza reproduce con maestría la conquista de Valencia por parte del Jaume I-.

El actual Consell de Ximo Puig también lo estaba haciendo. Incluso el conseller de Cultura, Vicent Marzà, anunció hace unos meses que se estaba negociando el viaje de la obra a Valencia. Parece que al fin se ha logrado. El presidente del Ejecutivo valenciano visitó ayer el centro londinense para cerrar el acuerdo que permitirá que el Centenar de la Ploma regrese a la capital. Tras años de reticencias, la grandiosa obra tornará a la ciudad. Aunque el acuerdo es agridulce. El Centenar de la Ploma viajará a Valencia, pero no lo hará de forma completa. Sólo la parte inferior de la pieza, es decir, la predela, en la que se recoge la representación de la Pasión de Cristo, será lo que viaje a la ciudad.

Desde el Ejecutivo valenciano sostienen a LAS PROVINCIAS que, en la restauración de la zona de arriba del retablo que se realizó en el centro londinense hace años, la parte trasera se cubrió con una cera que impide que pueda moverse de su ubicación actual. No obstante, la inferior, no se tocó.

La cesión no tiene fecha y el Ejecutivo tampoco concreta el tiempo que se podrá ver en la capital

Los técnicos del Instituto Valenciano de Restauración y Conservación, según el acuerdo firmado ayer, podrán investigar la obra y colaborar en su restauración. Es más, ya en 2017, profesionales de este departamento viajaron a Londres para conocer el estado de esta creación. Ahora, según el acuerdo, colaborarán en la mejora de la pieza. Es más, esta es la única parte que podrá regresar a la ciudad. No obstante, no hay una fecha concreta, se desconoce dónde y cómo se exhibirá y el tiempo que podrá ser visitada por los valencianos.

Todo dependerá, aseguran estas mismas fuentes, del tiempo en que se tarde en restaurar la pieza para que pueda aterrizar en la región.

La obra de Miquel Alcanyís, conocido como Marçal de Sax, es una de las joyas del arte gótico valenciano datada del año 1420. A mediados del siglo XIX, debido a las desamortizaciones, llegó a las manos de la pinacoteca inglesa. Nunca ha salido de allí y en ese enclave se exhibe desde hace años. Tiene unas dimensiones de 6,60 por 5,50 metros y está formado por cinco calles, donde la central expone la lucha de san Jorge contra el dragón ante la princesa; encima, la batalla del Puig del 1237, y en la superior, la coronación de Nuestra Señora y Cristo. En los calles laterales se sitúan dieciséis escenas alusivas a la leyenda de san Jorge, coronadas por las cuatro figuras de los evangelistas. En las mediacañas se disponen 24 profetas, la mayoría identificados por una cartela, y al guardapolvo los doce apóstoles, alternados con el emblema de la cruz de san Jorge y una ballesta. Finalmente, en la predela se representan diez escenas de la Pasión de Cristo, a falta de una parte central desaparecida.

El retablo debe su nombre a la milicia urbana creada el año 1365 por Pedro IV el Ceremonioso, que era conocida como el Centenar de la Ploma porque los cien ballesteros encargados de la salvaguardia de la ciudad de Valencia iban con trajes de color blanco y con una cruz de San Jorge. Además, ornamentaban a su jefe con una pluma de garza.

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