El atípico verano de los museos valencianos

Que este ha sido un verano atípico para los museos valencianos no sólo lo ejemplifica la instalación de geles hidroalcohólicos en las salas, las líneas y flechas instaladas en el suelo, la reducción del aforo o las mamparas colocadas en la entrada de las pinacotecas. Las cifras de visitantes a los centros artísticos de la capital del Turia entre los meses de junio y agosto, un periodo en el que la ciudad se llena de turistas, pone de relieve que la cultura vive un momento complicado.

Los instituciones de la ciudad intentan reinventarse para atraer al público en plena crisis sanitaria. Pero un verano sin público extranjero, con unos ciudadanos ávidos de terrazas y playas, y recelo ante los espacios cerrados, han provocado que, pese a los esfuerzos por reabrir tras el Estado de alarma, las cifras arrojen datos difíciles de asimilar en comparación con otros ejercicios.

El caso más paradigmático es el del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, instalado en la Ciudad de las artes y las Ciencias de Valencia y el centro expositivo más visitado de la ciudad. Desde que logró reabrir sus puertas el 1 de junio ha contabilizado 119.000 personas que han accedido al espacio –56.000 en junio; 20.000 en julio; y 33.000 en agosto–. Es apenas un 13% del total de público que pisó el enclave en 2019, cuando se alcanzó la cifra de 891.000 entradas vendidas. Es más, este año, y como señalan fuentes del museo, hay que tener en cuenta no sólo los casi tres meses que el enclave estuvo clausurado sino también que, pese a las restricciones, los primeros quince días de junio, donde la entrada era gratuita, el centro completó todo su aforo.

Pero si los datos de la pinacoteca científica son reveladores los del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí tampoco se quedan atrás. Desde que volvió a estar accesible el pasado 9 de junio hasta el pasado 31 de agosto, por el centro pasaron 15.618 personas, según datos facilitados por la institución. En el periodo del año pasado, el número de curiosos que se dejaron caer por el museo instalado en el Palacio del Marqués de Dos Aguas superaba los 40.000. Cabe destacar que, en el caso de esta pinacoteca, la afluencia de público ha ido aumentando tras la reapertura. Si en los 20 días que estuvo accesible en junio apenas concentró 2.369 personas, en julio y agosto ha superado los 6.600.

En esta misma línea se mueve el Museo de Bellas Artes de Valencia. Cuando reabrió en mayo, sorprendió con los cambios que había realizado en su entrada para facilitar que se cumplieran las medidas de seguridad, distancia e higiene que han llegado para quedarse en las instituciones culturales. El San Pío V, que suele nutrirse de turistas, presenta este atípico verano cultural unos datos que nada tienen que ver con las cifras que alcanzó el pasado ejercicio, cuando en el museo se exhibía la exposición 'Sorolla y su tiempo'.

En estos tres meses, 15.000 personas han pisado las salas del espacio artístico (2.811 en junio; 5.609 en julio y 6.643 en agosto). Por contra, en 2019, fueron 42.000 las que lo visitaron durante este mismo periodo de tiempo.

Asimismo, otro de los espacios que han conseguido situarse entre los más solicitados de la ciudad en los últimos años gracias al aumento de sus cifras de público como es el Centro del Carmen ha seguido la tendencia del resto de espacios museísticos de la ciudad. Si el ejercicio pasado concentró 54.690 asistentes a sus actividades entre junio y agosto de 2019, según las cifras facilitadas por la institución cultural, en este raro verano de 2020 se ha conformado con 21.403 asistentes (5.542 personas en junio; 9.586 en julio; y 6.275 en agosto).

Finalmente, en el IVAM no facilitan datos de visitantes hasta final de año. Por ello, y aunque se niegan a revelar la información, celebran que en estos tres meses el visitante local ha redescubierto la pinacoteca de arte moderno valenciano.