La arquitectura sin burbuja

«El arquitecto-artista que «hace arquitectura» debería ser excluido de la intervención sobre patrimonio histórico artístico y arquitectónico. Nadie admitiría que Miquel Barceló «restaurara» a su gusto la Capilla Sixtina, alterando a placer la obra de Miguel Ángel». Con este ejemplo Daniel Benito Goerlich, editor de 'La piel de los edificio', simplifica la importancia de acometer una intervención en un edificio histórico. Resguardar y embellecer el patrimonio cultural de las ciudades está ligado al conocimiento histórico de los edificios y a la investigación de las técnicas. Cualquier otro aderezo sobre la rehabilitación de la arquitectura que nació antes que la 'burbuja' (de los arquitectos estrella, de los edificios emblemático a golpe de talonario, etcétera) entorpece la labor.

El tema de la conservación y gestión del patrimonio histórico artístico es una cuestión compleja. «Cada vez está más clara la urgente necesidad de reflexionar sobre lo que se ha hecho hasta ahora, par evitar repetir errores en el futuro, al actuar sobre un material que nunca ha de ser entendido como un bien fungible sino como precioso en su irrepetibilidad; y sobre todo limitado. Hay que reflexionar sobre los discursos inteligentes que surgen del compromiso y del conocimiento. Los plantearán arquitectos, historiadores, arqueólogos, etc... pero también otros agentes sociales, y además hay que atender a los ciudadanos», escribe Daniel Benito Goerlich. Y este es el objetivo del libro: ser un punto de intercambio para abordar la historia de edificios singulares de Valencia, como la Plaza Redonda, el teatro Escalante o el Colegio Mayor Luis Vives.

En 'La piel de los edificios' escriben especialistas del mayor nivel que participaron en el congreso internacional 'Universidad y legado artístico', celebrado en la Universitat el pasado noviembre.