«Mis padres duermen con la ropa puesta por si tienen que salir corriendo»

De los que llegaron entonces quedan dos familias. Una es la de Nina Samchuk, quien llegó hace veinte años junto con su hija, que ya está nacionalizada española. Aquí tuvo a su hijo, que actualmente tiene 12 años. En Ucrania dejó a sus padres (ella es hija única), tíos y primos.

Como todos sus compatriotas que residen en España, está viviendo con mucha inquietud el estado bélico en el que vive su país, a pesar de que su familia, de momento, se encuentra en una situación más tranquila y estable porque viven en Rivne, al noroeste de Ucrania, en la frontera con Bielorrusa y cerca de la de Polonia.

De momento Nina puede hablar diariamente con su madre porque las comunicaciones no se han visto afectadas. «Cada mañana lo primero que hace mi madre es mandarme un audio de whatsapp para informarme de que están bien», explica.

Asegura que «mis padres y todo el mundo duermen con la ropa puesta por si tienen que salir corriendo por el aviso de bombardeo, así como con toda la documentación y lo más elemental preparado».

Nina explica que «el problema está más en las ciudades cercanas a Rusia donde están matando muchos civiles», lamenta Nina, donde aseguran que los ciudadanos temen salir a por agua por temor a que los maten.

Si es difícil conseguir comida, lo que asegura que es más urgente son los medicamentos, porque hay muchos heridos, principalmente militares y las farmaceúticas están cerradas. Es por ello que desde el que considera su segundo pueblo, Navarrés, se ha iniciado una campaña, que se ha extendido por la comarca, para conseguir tanto medicinas de primera necesidad como productos no perecederos.

Son muchos los ucranianos que viven en la Comunitat y también españoles los que se están encargando de llevar todo ese material hasta la frontera ucraniana con Polonia, «lo están haciendo con sus propias furgonetas y vehículos y repartiéndolo por donde hace más falta», señala Nina.

Desde el Ayuntamiento, uno de los impulsores de la campaña, su alcaldesa, Estela Darocas subraya que los «buenos lazos y relaciones con la gente de Ucrania, ellos fueron los primeros emigrantes que vinieron aquí. Si bien es verdad que ya no quedan muchos de los que pasaron porque con la crisis tuvieron que buscarse la vida en otros lugares. Aún así, han sido ellos y las dos familias que aún quedan en el pueblo los que nos han pedido ayuda».

La mayoría de los que fueron vecinos de Navarrés eran residentes en Kiev, la principal ciudad que está siendo atacada por Rusia, por lo que, asegura Darocas que «están muy afectados y sensibles».

Así, se puso en una campaña de recogida de medicamentos y productos. El listado, elaborado por los propios vecinos ucranianos, se pasó a los establecimientos y farmacias para que las personas que lo deseen colaboren.

Pero la solidaridad de Navarrés no queda ahí. Dos navarresinos, Servanto Castelló y Francis Beltrán, van como voluntarios en un convoy humanitario que salió de Valencia este miércoles.

De la comarca se llevan una furgoneta con todos los productos que han recogido no solo en Navarrés, también en municipios de la comarca gracias a Cáritas Bolbaite. La intención no es solo hacerles llegar estos productos básicos, sino también, si hay posibilidad, traerse a algún refugiado.

En el pueblo vecino de Enguera además de la campaña de recogida de productos sanitarios, de higiene y alimentación, están haciendo un llamamiento a los vecinos que quieran colaborar cediendo sus viviendas para acoger a familias ucranianas o a acoger a menores que puedan llegar en los próximos días huyendo de la guerra.