Visitas rápidas al cementerio en un día de Todos los Santos envuelto en la tragedia
Vecinos de Guadassuar acuden al camposanto a depositar las flores compradas antes de que el barro arrasara la población
A. Talavera
Guadassuar
Viernes, 1 de noviembre 2024, 15:10
El aparcamiento prácticamente vacío y tan sólo una decena de personas en el interior del cementerio de Guadassuar. Una imagen nada habitual en el día de Todos los Santos. Y es que en este 1 de noviembre el recuerdo a los difuntos se tiene mientras se retira el barro de las casas. No hay tiempo para mucho más.
«Me voy corriendo, he venido a poner las flores porque ya las había comprado», comenta Amparo mientras sale a toda prisa del camposanto con las botas llenas de barro.
Como ella el resto de vecinos que se han acercado a cumplir con la tradición y han llevado unas flores que habían encargado antes de que la tragedia se cebara con Valencia y, en concreto, con su pueblo.
«Teníamos que venir pero es un día horrible», señala Vicen mientras junto a su marido limpia la lápida de un familiar. «En mi casa no ha entrado el agua pero en el de mis hermanas, cuñadas… es un no parar de sacar barro«, relata mientras le brotan las lágrimas.
El silencio de este lugar sólo se rompe cuando se encuentran unos vecinos con otros y se preguntan en qué estado ha quedado su casa. Pocos se han librado pero los que tienen la vivienda llena de fango al menos tienen el consuelo de que no han sufrido daños personales. Y es que Guadassuar ha registrado una víctima mortal, una mujer mayor que vivía en una planta baja y no pudo salir ni subir cuando comenzó a entrar el agua.
Mientras unos llegan con cuenta gotas en coche otras se acercan a pie al cementerio, situado en la entrada del pueblo, ya que se han quedado sin vehículos a causa de la riada. Con las flores en la mano y cabizbajos acceden hasta los nichos.
Incluso hay gente que no ha podido comprar flores al estar todo cerrado y ha puesto vegetación de los alrededores para dejar su recuerdo en la lápida de su ser querido fallecido.
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Habitualmente el día 1 de noviembre se celebra en la capilla una multitudinaria misa que se ha suspendido, no hay tiempo, las prioridades ahora son ayudar en el pueblo. «Los que están aquí ya no nos necesitan, la faena la tenemos en las casas», subraya Fina que ha ido a acompañar a su madre.
Guadassuar ha podido abrir en este día señalado el cementerio pero otras localidades ni si quiera han podido prestar este servicio al estar desbordados por la emergencia. Es el caso de Algemesí donde todo permanece cerrado.
