Los valencianos hacen acopio de leña este verano por temor a la subida de la luz y el gas

Lo de que la subida del precio de la luz estaba empujando a la búsqueda desesperada de alternativas ya viene de lejos. El año pasado se notó el incremento en la compra de leña en la región un 20%. Este verano ha aumentado un 60%. Lo confirman en el sector. Carmelo Serratea, profesional cortador y repartidor de leñas en Bétera, asegura que está desbordado estas semanas por la acumulación de pedidos. «No tenemos bastantes manos ni camiones para atenderlo todo a la vez».

Adolfo, de Leñas Torrent, explica que «de hacer dos repartos al día por estas fechas hace un año, hemos pasado a seis en pleno julio. En su almacén están a pleno rendimiento. Porque el miedo que deja intranquilos a los hogares valencianos ahora es otro; es el de que cuando llegue el frío se presente también la escasez, es el de verse en un racionamiento y sin margen de maniobra. Es ese temor lo que ha disparado la demanda de estufas y de leña fuera de temporada. Adolfo relata cómo cada vez se escucha más eso de 'que viene el lobo'. «Tu vas a hacer un reparto y la gente te lo dice, que está con miedo de que corten el grifo del gas, porque no es sólo por el precio o por ahorrar dinero, es que tienen miedo de no tener nada en invierno».

La principal señal de que algo está cambiando se repite en el sector: «No es temporada, otros años hemos tenido que hacer ofertas para vender en verano y ahora no dejamos de recibir llamadas cada día preguntando por presupuestos para estufas», dice Antonio, dueño de Chimeneas Hergar, en La Pobla de Vallbona. Reconoce que es una solución más primitiva y que puede resultar extraña para muchos, pero es una salida, y asegura que este año «hay una fiebre por las estufas y la leña».

Para Juan, propietario de Estufas Legua, todo viene por el confinamiento y la pandemia. Cree que las segundas residencias fueron el primer filón donde se instalaron nuevas estufas, también en viviendas de obra nueva. Pero poco a poco se fue consolidando como alternativa a la subida de los precios. «El gas está caro y, sinceramente, esto de la leña puede que también empiece a subir con tanta demanda; de hecho, pellet no hay, se lo están quedando todo en el norte de Europa y en los países más ricos», comenta. Hace 70 años que abrió esta empresa familiar, pero nunca antes habían notado un cambio tan potente en el sector. «Algo está pasando, no sabría decir muy bien de dónde viene o por qué, pero estamos a tope, sin parar, instalando ahora estufas que vendimos hace cuatro meses por la cantidad de faena; la gente es previsora y tenemos la tienda llena de clientes».

Nacho, director comercial de Leñas Huma, también en la Pobla de Vallbona, se plantea lo mismo: «En julio esto no es normal, con estos calores». Lo achaca también a la obsesión por hacer acopio. «Pienso que creen que se van a quedar sin leña, aunque es verdad que ahora mismo no tenemos ese problema, al menos no aquí».

El clima suave de Valencia hace que la calefacción sea prescindible hasta bien entrado el invierno; con lo que unos 1.000 o 1.500 kilos de leña son suficientes para que pasar en una casa la temporada de frío. El coste, no más de 300 euros, «400 si se trata de carrasca, la leña más cara», apostilla Nacho.

Repartir leña en pleno verano «es complicado con este calor», reconoce Adolfo. La duda que les asalta ahora es: «¿Cómo acabará esta fiebre desatada por el gas?».