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La última convocatoria de los calendarios de paros en Metrovalencia y en la flota de taxis del área de prestación conjunta de Valencia, que ... ha coincidido este miércoles entre las 13 y las 15 horas, ha discurrido sin incidencias destacables y con una afectación menor en el servicio público. Básicamente más masificación de la habitual en las estaciones céntricas del metro, menores frecuencias en paradas de inicio y término de las líneas y alguna espera puntual, de pocos minutos en realidad, en la parada de taxis más concurrida de la ciudad, la de la estación de alta velocidad.
A Joaquín Sorolla ha llegado Helena Solís, residente en Madrid que aprovechará el puente para pasar unos días en Dénia. Debía recogerla un amigo en Valencia, pero por un imprevisto de este ha recurrido al taxi. Ha llegado a la ciudad en el tren Iryo de las 14.39 horas, que ha sido el momento de mayor concentración de pasajeros en la parada, pues sólo cinco minutos antes acababa de arribar un AVE. «Lógicamente no sabía nada de la huelga, pero como empiezan vacaciones me lo tomo con filosofía. Espero no tardar demasiado», ha explicado, ligeramente contrariada, tras situarse en la fila. Exactamente ha tardado seis minutos en tener un coche disponible, una demora que no ha sido tanto por la falta de vehículos como por la necesidad de que los taxis en espera cargaran maletas y pasajeros y fueran saliendo de la zona. De hecho, la parada se ha quedado vacía sólo en dos ocasiones y por espacio de menos de un minuto, pues enseguida llegaban más profesionales. El usuario que más ha tardado, hasta que toda la fila ha sido absorbida, lo ha hecho ocho minutos desde el momento de coger su turno.
Por el centro de Valencia el escenario ha sido más tranquilo si cabe, con taxis esperando servicios en paradas bastante concurridas, como la de la calle Xàtiva y la de la Estación del Norte. Y en cuanto a servicios de recogida a demanda, como el que presta la empresa Radio Taxi, en ningún momento del plazo de tiempo de espera previsto superaba los dos minutos.
El paro parcial forma parte de las convocatorias impulsadas por la Federación Sindical del Taxi, que reclama una revisión de las tarifas para evitar que se siga «ampliando la brecha» entre estas y los costes derivados de la prestación del servicio. Como explica el presidente, Fernando del Molino, el seguimiento ha oscilado entre el 70% y el 75% de los profesionales, y no se han establecido servicios mínimos considerando que había otras organizaciones del sector que no se han sumado al paro, por lo que funcionaban vehículos suficientes para atender la demanda.
«Las políticas tarifarias de los últimos diez años son perjudiciales para cualquier taxista. Mientras que los costes del sector han subido entre el 40% y el 50%, la mayoría de elementos que componen las tarifas se han mantenido prácticamente congelados. Para hacerse una idea, la mayor subida en alguno de estos ha sido del 14% en este periodo», argumenta Del Molino. Es decir, hay un desfase importante entre los precios que cobran los profesionales y los costes que tienen que asumir para prestarlo: vehículos, mantenimiento, repuestos o combustible, por ejemplo.
El calendario de paros se inició las pasadas Fallas y buscaba presionar a la Conselleria de Infraestructuras para abordar una nueva regulación tarifaria. De hecho, está prevista una mesa de negociación para el próximo lunes.
Casi de manera paralela se han ido celebrando paros parciales en el servicio de Metrovalencia, que también afectaron a la semana grande de las fiestas josefinas, aunque no siempre han sido coincidentes con los de los taxis, como sí ha sucedido este miércoles. En este caso los servicios mínimos se han fijado en el 80%, por lo que durante las dos horas de la convocatoria sólo se ha retirado de la circulación uno de cada cinco trenes. De ahí que la afección no haya sido especialmente elevada, al menos en el centro de la ciudad, aunque la incidencia suele notarse más en los puntos iniciales y finales de las líneas, en el sentido de que las frecuencias se espacian más.
En este caso, el comité de huelga reivindica un acuerdo que sustituya la modificación «unilateral» de las condiciones de trabajo fijadas tras la dana, así como de las disposiciones que a su juicio «vulneran la conciliación familiar» en relación al calendario laboral del 1 de enero de 2025, ya que no se ofreció la posibilidad de cubrir el servicio con personal voluntario. También se justificó en la negativa a constituir una comisión interna sobre los incidentes sufridos por el personal de FGV el 29 de octubre y para reclamar una partida presupuestaria extraordinaria para los que resultaron afectados por la riada.
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