«Hemos visto niños deshidratados que llevaban tres días sin comer»

La función de Sara y Rosa ha sido cubrir los cuidados y atenciones del resto del grupo, formado por siete bomberos municipales y cinco forestales, que han trazado un itinerario que ha partido desde Valencia, pasando por la región polaca de Cracovia, hasta Ucrania con el único objetivo solidario de entregar material para bomberos de Kiev y para personas refugiadas que han dejado todo en sus hogares devastados por los bombardeos.

Sara Sbaa confiesa que es la primera misión humanitaria en la que se embarcan, «si bien es cierto que tenemos experiencia en el ámbito humanitario, como la inclusión social o el empoderamiento de la mujer». Las dos jóvenes colegiadas del Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (COENV) disponen de una amplia formación en voluntario enfocado a los servicios de socorro y emergencias, aunque su experiencia profesional es extensa en diversos servicios y departamentos, tanto en la Comunitat como en otras zonas.

La misión se ha trasladado en seis vehículos a la ciudad polaca de Przemysl, ubicada a 14 kilómetros de la frontera con Ucrania, y allí les han esperado miembros de la ONG valenciana Juntos por la Vida con 23 personas refugiadas, entre adultos y menores (ocho niños), que han sido ubicadas en varios puntos de España. De estas personas, 20 serán acogidas en el municipio zamorano de Villaralbo y en Salamanca, en una acción coordinada junto a la ONG Bomberos Acción Norte, y tres serán trasladas a Torrent.

Rosa Morant destaca que tuvo contacto con Bombers Pel Món y Bomberos Forestales «durante un servicio HEMS (Helycopter Emergency Medical Service) y a partir de ahí congeniamos muy bien». Rosa se describe como una persona muy inquieta y ya estaba en una asociación de formación sanitaria y «una cosa llevó a la otra, a través de esa asociación llegué a conocer a la ONG Bombers Pel Món, desde donde se me propuso la oportunidad de realizar la misión… y aquí estamos». Por su parte, Sara espera «volver a Polonia y a Ucrania, pero como turista, porque eso significará que la guerra ya habría acabado».

A las dos enfermeras les ha motivado mucho la experiencia y consideran que han abierto una puerta (o inquietud) para llevar a cabo otras «misiones humanitarias» en países en vías de desarrollo que necesiten ayuda: «Hemos sentido que es muy gratificante. Lo hemos visto el agradecimiento reflejado en los ojos de los niños y en las sonrisas de las personas que lo han perdido todo por la guerra», expone Sara. Por su parte, Rosa concreta que hace unos meses habían planteado viajar a Nicaragua con la intención de prestar ayuda, pero por motivos geopolíticos tuvieron que cancelar la misión: «Si todo va bien, en septiembre volveremos allí con Bombers pel Món que ya ha programado el viaje», según explican al Colegio de Enfermería de Valencia.

«Nos hemos encontrado situaciones muy dramáticas. Además de los horrores de la guerra hemos visto como muchas personas permanecen días y días en las estaciones a la espera conseguir billetes para poder salir del país», según Sara quien describe que «la situación es muy desesperada porque la gente quiere salir de su país y las personas que logran escapar, viven con la incertidumbre de lo que les ocurrirá a sus familiares. También hemos visto niños deshidratados que llevaban tres días sin comer».

La expedición se ha realizado con éxito gracias a la colaboración de la Jefatura de Bomberos de Valencia y a varias entidades y organizaciones, públicas y privadas, como el Ayuntamiento de Alberic; la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Provincia de Valencia; Bomberos Voluntarios de Cofrentes; Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Valencia; el Hospital IMED de Valencia; la Protectora de Animales de Cheste; las empresas Sumedex y Alival Formación, y la Falla Cádiz-Dénia.