El supervisor de las llamadas al 112: «La sensación era que estábamos ante un diluvio universal»
El supervisor confirma a la jueza de la dana los problemas en las comunicaciones y que Argüeso acudió a la sala para que se gestionaran un par de incidentes que había recibido en su móvil
Una de las declaraciones más esperadas de las últimas semanas era la del responsable de sala de Emergencias. La titular de Instrucción 3 de Catarroja no ha secundado el paro de sus compañeros ... contra las medidas del Gobierno y ha mantenido la fecha de la comparecencia para este martes.
El turno en el 112 ya estaba reforzado cuando él llegó a las dependencias, ha aclarado el testigo. Era el supervisor de atención de llamadas aquella fatídica tarde. El declarante reconoció, como el resto de profesionales, los problemas telefónicos en la atención de las incidencias que se iban produciendo. De hecho, cuando esto sucede, se suele 'colocar' un mensaje grabado en el que se comenta el problema a los comunicantes. Estos textos ya se encuentran seleccionados. Por ejemplo, existe uno por intensas lluvias. En aquella jornada se hizo en dos ocasiones.
Algunas comunicaciones, por otra parte, no se escuchaban de manera correcta o directamente no se oía nada. Fue consciente, según admitió, que a algunos ciudadanos les aparecería la locución «este número no existe» en esa situación de aparente colapso con un numerosísimo número de llamadas entrantes.
El responsable relató el avance geográfico de las llamadas a medida que avanzaba su turno. Al principio, todo era de Requena-Utiel. Más tarde, sobre las 17 horas, de la zona de La Ribera y Chiva y Cheste, a partir de las 19 horas, todo se concentra ya en el barranco del Poyo. Se habló directamente con Guardia Civil -recordó- para que no se devolvieran los casos al 112 y que los gestionaran directamente.
El supervisor -cuando se incorporó al centro había dos fallecidos en Utiel- señaló la presencia de Emilio Argüeso, el secretariao autonómico de Emergencias en la sala de atención de llamadas. Una circusntancia que, en su momento, también confirmó el propio Argüeso. Lo hizo ante los mensajes de auxilio que estaba recibiendo directamente en su móvil y que no se llegaban a gestionar. En concreto, eran policías locales de Picanya que pedían auxilio al no poder dirigir el tráfico tras desbordarse el barranco. La sensación que tuvo este responsable es que estaban frente a un «diluvio universal».
El hombre declaró que no vio a nadie de los integrantes del Cecopi al margen del caso de Argüeso, pero que él tampoco salió de la sala en la que desarrolla su labor.
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