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Las dudas y las protestas continúan en el proceso de cierre por reforma del hospital Doctor Moliner, y este martes sindicatos, sanitarios y pacientes se ... han concentrado en el propio centro de Porta Coeli para criticar la «improvisación» de Sanidad con esta situación, y sobre todo por la escasa información que se está dando a los afectados para el traslado de los enfermos al hospital Militar de Mislata. Los manifestantes han exigido «una solución ágil» para los enfermos y los 342 trabajadores del centro.
Ni los pacientes ni sus familiares saben aún cuándo y cómo se va a llevar a cabo el traslado a Mislata, ya que tampoco en el Moliner los trabajadores están informados de la hoja de ruta. Según anunció este lunes el conseller, los primeros pacientes ocuparán las camas de Mislata a partir de mitad de julio, pero no hay comunicación oficial, y mientras continúan las obras de reforma y ampliación en el Militar.
Allí sólo va a haber disponibles 78 camas, mientras que en estos momentos todavía queda cerca de un centenar de enfermos en Porta Coeli. No se están admitiendo nuevos pacientes desde abril, y conforme se van yendo enfermos, se vacían habitaciones. Pero si llegado el momento del traslado, hay más de 80 personas ingresadas, Sanidad les tendrá que buscar una solución, que va desde la atención domiciliaria en su casa hasta llevarlos al hospital de su departamento para que ocupen una cama allí.
Por eso este martes los sindicatos SATSE, UGT e Intersindical se han concentrado para denunciar que no se ha presentado un plan de reubicación adecuado a los trabajadores, algo que contempla la normativa. Y señalan que tampoco Sanidad ha elaborado una memoria justificativa, un análisis de la disponibilidad, necesidades del personal y un informe económico que contenga la previsión de indemnizaciones al personal afectado.
Víctor Rodríguez, delegado de UGT en el Moliner, es uno de los manifestantes. «De la noche a la mañana nos comunicaron que cerraban el hospital. Preguntamos por cómo se iba a hacer pero seguimos sin una respuesta de la hoja de ruta, sin nada claro», comenta. «Primero nos dijeron que iban a trasladar a la gente a los hospitales de Llíria, Arnau de Vilanova, a La Fe, al Padre Jofré, y ahora nos encontramos que se van a perder muchas camas, porque aquí hay 150 y pasamos a Mislata con 78, que estaban destinadas para crónicos de Manises», critica. «Y a esto hay que sumar las consecuencias de rehabilitación para la zona, porque aumentarán las listas de espera. No nos dicen cuándo van a empezar las obras ni cuánto van a durar exactamente. Están siendo muy opacos en la conselleria», lamenta Rodríguez.
Además, los sindicatos también expresan su indignación por que en los diferentes procesos selectivos que se están llevando a cabo en la conselleria se ha ofertado plazas vacantes en el Hospital Dr. Moliner. «Los profesionales que han escogido el Dr. Moliner como su destino laboral desconocían que el centro estará cerrado durante años, lo que ha generado un profundo malestar entre ellos ya que, al no existir garantías claras sobre su destino laboral, se sienten engañados por la Administración», destacan.
Por su parte el sindicato de enfermería Satse «muchas reubicaciones de personal y enfermos no son factibles, pese a que Sanidad nos dijo que sí lo iban a ser, en el Padre Jofré han tenido que quitar los sillones de los familiares para poner la otra cama para un nuevo enfermo y en el Militar no nos informan de nada, queremos que haya una comisión para hacer un seguimiento de las obras», explica Eguzkiñe Basterretxea, delegada en el departamento. «Lo que se ha ofrecido a los profesionales no es una movilidad voluntaria a otros centros, sino forzosa», añade. «Los pacientes siguen con incertidumbre de cómo va a ser el traslado, hay muchos cambios de rumbo en el proceso», indica.
Una de las empleadas es Marta, médico del centro durante 14 años. «Nos dijeron de repente que lo cerraban y que en agosto debía estar vacío. Hemos estado con incertidumbre, los trabajadores y los pacientes, se cerró la consulta externa de Rehabilitación, sólo podíamos ver revisiones y las primeras visitas se han ido derivando al hospital Arnau», cuenta la facultativa. «Eso supone un incremento de la lista de espera en el Arnau a un año y medio», denuncia.
Además, la especialista se pregunta "dónde están" los pacientes que desde abril no están llegando al Moliner, y que por tanto se deben de repartir en otros centros. "Abren 78 camas en el Militar y 30 que duplican en el Padre Jofré, pero no me salen las cuentas, porque aquí hay 150 camas y entre ambos son 108, faltan muchas camas", expone.
Precisamente por todo este proceso y la necesidad de aligerar el número de pacientes con vistas al traslado en julio, el hospital Doctor Moliner ha creado una comisión de altas para gestionar ese traslado en bloque al Militar. Hay muchos pacientes con daño cerebral, patologías muy largas de rehabilitar, neurológicas, que no van a poder irse a casa en una hospitalización domiciliaria.
Ante este panorama de incertidumbre, los sindicatos se han concentrado para exigir la convocatoria inmediata de la Mesa Sectorial de Sanidad para que la conselleria ofrezca las explicaciones pertinentes y las soluciones que tiene previsto adoptar para la reubicación de los trabajadores y para dar continuidad a la atención sanitaria de los pacientes durante el cierre del Hospital Dr. Moliner.
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