Una quincena de pluviómetros de la red de vigilancia de la CHJ fallaron el día de la dana
Un informe del ente de la cuenca reconoce que cuatro de los medidores inoperativos el 29-O estaban situados en cuencas afectadas por la riada
La dana del pasado 29 de octubre puso en entredicho la fiabilidad de la red de vigilancia de lluvias y caudales con la que ... la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) controla los cauces de los ríos y barrancos de la demarcación. Casi once meses después del 29-O se siguen conociendo datos demoledores que ponen en la picota el papel desempeñado por el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH). Un informe del propio organismo de la cuenca evidencia que una quincena de pluviómetros fallaron el día de la tragedia imposibilitando así la transmisión de información para armar la respuesta a la emergencia provocada por las inundaciones.
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El estudio del episodio de lluvias que azotó la demarcación de la CHJ al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS aborda un periodo de tiempo comprendido entre las 8:00 del día 29 de octubre y la misma hora del 30. El documento demuestra que hasta 14 pluviómetros dejaron de funcionar esa jornada «debido a una anomalía en el sistema», por lo que «no existen datos» de sus mediciones. Concretamente, los sensores pluviales que estuvieron inoperativos el día de autos fueron los de Albacete, Borriol, el barranco del Carraixet, Cárcer, Castelfrío, el aforo en la acequia Real, el embalse de Loriguilla, la laguna del Marquesado, Mutxamiel, Requena, Serra Grossa, Torrijas, Tragacete y Remedio de Utiel.
La ubicación de estos pluviómetros afectados por los fallos tampoco es casual, pues una parte de ellos estaban situados en cuencas que se vieron afectadas por las riadas y barrancadas el día de la dana. Este es el caso de cuatro de ellos: el de Cárcer en el río Barxeta, el del embalse de Loriguilla en el Turia o los de Requena y Remedio de Utiel en el Magro.
Desde el organismo presidido por Miguel Polo reconocen a consultas de este diario que la nota que se adjunta en sus informes sobre la incidencia de las precipitaciones alertando de la citada «anomalía en el sistema» se incluye «cuando un pluviómetro no funciona o ha transmitido datos erróneos debido a la tormenta». Es decir, admiten que en algún momento del 29-O estos pluviómetros dejaron de transmitir información. Esta teoría fue sostenida por el investigador y extrabajador de la Confederación Juan Soria quien aseguró en una entrevista con este periódico que los sistemas de telecomunicaciones cayeron porque «había demasiada agua, era imposible que (el SAIH) enviara los mensajes».
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Una buena muestra de que el día de la dana la CHJ no dispuso de la mejor de la mejor información posible para alertar de las inundaciones fue la firma del convenio de colaboración del organismo de la cuenca con la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet) para acceder e incorporar al SAIH los datos de los 600 pluviómetros que componen la red de la organización de meteorólogos aficionados. De hecho, fue el propio Polo quien rubricó el acuerdo a mediados del pasado mes de abril. Cabe recordar también que la propia Confederación ha admitido que el mejor sistema de alerta temprana antirriadas, que sí opera en el Ebro, tardará tres años en implementarse en la demarcación del Júcar.
El informe remitido por la CHJ a la comisión de investigación de Les Corts aporta algunas claves sobre el papel del organismo de la cuenca con el seguimiento de precipitaciones en la demarcación. «Se trata de proporcionar al Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat, a través del SAIH, datos en tiempo real de las precipitaciones que se produzcan en la red de pluviógrafos, desde el momento en que se declare la Preemergencia», apunta la Confederación antes de señalar que «de manera específica, la CHJ transmite avisos automáticos cuando se dan registros superiores a 30 l/m2 en 1 hora y 50 l/m2 en 4 horas».
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Dichos avisos, según la explicación aportada por la CHJ, se remiten por correo electrónico a los organismos competentes en materia de Protección Civil, tanto de las comunidades autónomas como de sus respectivas Delegaciones de Gobierno. «Cabe, además, señalar que el teléfono del SAIH se atiende 24 horas al día durante los 365 días al año, por lo que por vía telefónica también se aporta información, si así se requiere por parte de otras Administraciones», indica el informe que se encuentra en el haber del parlamento valenciano. Eso sí, tal y como publicó esta cabecera, el número del sistema de vigilancia falló la mañana del 29-O y desde la CHJ tuvieron que remitirle otro contacto telefónico a Emergencias.
Falsa alerta roja
Cabe recordar que el reciente temporal que afectó principalmente a la provincia de Alicante sembró más dudas sobre el grado de fiabilidad del SAIH después de que el sistema decretase una falsa alarma de nivel rojo en el único medidor de caudal que vigila la rambla del Poyo durante cuatro horas. A tenor de este aviso, el flujo de agua que debía estar pasando por dicho punto de control, situado en un puente junto a la A-3 a la altura de Riba-roja, tenía que ser equivalente a un torrente de más de 150 metros cúbicos por segundo.
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La realidad es que esta circunstancia no podía darse dado que no había llovido ni una gota en toda la cuenca y, en consecuencia, el cauce se encontraba seco como demostró LAS PROVINCIAS mediante una fotografía. La delegada del Gobierno en la Comunitat, Pilar Bernabé, desveló que el motivo que desencadenó esta pifia fue que el sensor de caudal detectó la presencia de un camión e interpretó que se trataba de una riada.
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