«Hay mucha picaresca entre los menores para colarse en los bous al carrer»
Colaboradores. Los voluntarios que controlan el acceso a la plaza de los bous a la mar de Xàbia están en constante alerta
R. González
Sábado, 3 de septiembre 2022, 00:12
Una labor en los bous a la mar de gran responsabilidad y en la que hay que andar con cien ojos. Así se podría definir ... el trabajo que desempeñan los colabores voluntarios, como Jaime Escudero, de los actos taurinos que se están celebrando estos días en Xàbia. Y es que él y sus compañeros han de estar alerta para controlar que ningún menor de 16 años intente entrar en la ratera. Trabajo tienen porque, como reconoce Jaime, «hay mucha picaresca entre los menores para colarse».
Muchos vecinos y visitantes quieren disfrutar de estos actos taurinos desde muy cerca, incluso vivirlos en primera persona. Pero no todos pueden hacerlo desde las rateras o desde el coso, ya que hay que cumplir requisitos, como la edad, no acceder con botellas de vidrio y no presentar síntomas de ebriedad.
Antes de que comience la sesión, a Jaime Escudero le toca comprobar que no haya ningún niño o adolescente con menos edad de la permitida. En total son diez los colaboradores destinados en cada actuación taurina.
Noticia Relacionada
Herido por asta de toro un joven de 25 años en los bous a la mar de Xàbia
Jaime lleva un cuarto de siglo vinculado a los toros, forma parte de la Asociación Cultural Taurina y ha presidido la Comisión de Fogueres. Su labor de control de los accesos es muy estricta. En los primeros minutos ya ha tenido que frenar a un padre que intentaba acceder con su hijo en brazos que quería ver a la vaquilla. Casos similares se repiten durante el resto de sesión.
El goteo de personas que entran y salen de la ratera no cesa. «Son muy pillos», insiste este colaborador. Lleva toda la razón, sin lugar a dudas. De hecho, no tarda mucho en acercarse otro grupo de tres chicos. Ellos aseguran que ya tienen 16 años, pero no llevan encima el documento de identidad que lo acredite porque, según dicen, se les puede perder al salir a la plaza y al saltar al agua. Tampoco este argumento funciona. «Aunque pueda ser verdad, no hay que jugársela» y es que a veces sus caras pueden confundir respecto a sus edades.
Aunque no siempre se les pueda achacar a ellos el intentar acceder. A veces son los padres los que, acompañados de sus hijos, se encaminan hacia esa zona con toda la tranquilidad del mundo. Entonces, el colaborador les hace ver que no se puede. «Con niños hay que ver los toros desde arriba», explica señalando el camino para ir a la zona de gradas. Muchas veces responden que lo desconocían. La misma contestación que habían proporcionado unos jóvenes poco antes a uno de los compañeros de Jaime.También se encuentran con la presencia de numerosos turistas extranjeros.
Otro de los aspectos en el que deben centrar su a tención radica en las botellas. Junto a la plaza está instalado el Baret dels bous y hay personas que adquieren un quinto de cerveza. Desde allí se acercan a la ratera botella en mano. Una vez más entran en juego los colaboradores, que impiden que el vidrio pase el punto de acceso. Como mucho, se les permite traspasar la bebida a un vaso de plástico.
Puede que algunas personas hayan cruzado ese punto portando alcohol al no llevarlo en vidrio, sin embargo los voluntarios están alerta para detectar a cualquiera que presente síntomas de estar ebrio para sacarle y evitar toda situación de peligro. No quieren correr riesgos.
Mientras esto ocurre en la zona de acceso a la parte inferior, en la plaza los p articipantes no dejan de incitar a la vaquilla para que vaya a por ellos. Llaman al animal, intentan captar su atención mostrándoles coloridos flotadores y lanzándole pelotas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión