El peligroso aumento del maquillaje en las niñas
Dermatólogos y psicólogos alertan de un reciente incremento de menores valencianas de entre 8 y 12 años con adicción a la cosmética, lo que les crea problemas en la piel y también de autoestima
Tiene sólo nueve años y cada día ve vídeos en las redes sociales de niñas de su edad que se maquillan de forma rutinaria. Por ... eso ella también empieza a usar cosméticos pese a su temprana edad. Es un ejemplo de cientos de casos reales que ya hay en la Comunitat, entre niñas de 8 y 12 años, y que ha motivado que dermatólogos y psicólogos infantiles den la voz de alerta. Se trata de un fenómeno que empezó a crecer en Estados Unidos pero que hace unos meses ha llegado a España y cada día los profesionales se encuentran más en sus consultas.
Y les preocupa fundamentalmente por dos motivos. Por los daños físicos que crea, ya que los productos cosméticos no están diseñados para niños y les provocan problemas en la piel, y también las secuelas mentales y emocionales que deja, al querer parecerse a un estereotipo que no es natural y obsesionarse con la imagen exterior, lo que puede derivar en ansiedad o trastornos alimentarios. Los expertos apuntan a los niños influencers de redes sociales como los que han disparado esta peligrosa moda, que es tan reciente que todavía no se han realizado estudios y datos sobre la cantidad de afectados en España.
Lo que sí está claro es su nombre. Se llama cosmeticorexia y es la obsesión por el cuidado de la piel mediante el uso excesivo de productos de belleza, especialmente en niñas y adolescentes. El dermatólogo Miguel Lasheras, residente del hospital La Fe de Valencia, ha realizado diversos trabajos específicos sobre este problema y alerta de que usan «sustancias agresivas que en pieles inmaduras provocan quemaduras y manchas y sin embargo no obtienen ningún beneficio», indica.
El experto cuenta que, de casi no tener casos de este tipo hace un año, ahora ve más de diez al mes en su consulta, y como él, también sus compañeros. Es algo general que está aumentando claramente. «Sobre todo utilizan limpiadores faciales, cremas anti edad con retinol, antioxidantes como vitamina C, sérum anti manchas, que a esta edad no tienen manchas, pero es más por imitación», explica Lasheras. «Vienen a la consulta niñas a partir de 8 años que han usado productos muy abrasivos y el daño lo ven inmediato, notan que les quema la cara. Les pueden salir granos, sufrir acné cosmético, que se diferencia del normal porque ha sido inducido por la crema», señala. «Y otra cosa es su salud mental y la falta de seguridad que les puede acarrear a lo largo de los años», añade el facultativo.
Obsesiones
Precisamente sobre este último asunto abunda Sefa Mulet, asesora educativa del Colegio de Psicología de Valencia. «Es importante saber cómo les afecta a los menores estos comportamientos, cómo prevenir para ayudarles a que mantengan una imagen saludable y que estos comportamientos no les lleven a desarrollar otras obsesiones en torno a la imagen corporal, la perfección, la estética, y lleguen a ese uso desmesurado del maquillaje o a consecuencias que afecten a problemas de autoestima y trastornos de conducta alimentaria derivados de ese exceso por la imagen física», destaca.
Además, Víctor Navalón, psiquiatra de Vithas Valencia 9 de Octubre, dice que este trastorno «no solo está relacionado con la preocupación excesiva por el aspecto físico, sino que también implica comportamientos peligrosos, como la obsesión con los tratamientos cosméticos, el uso excesivo de productos de belleza, e incluso la búsqueda constante de cirugías estéticas», por eso avisa de que «en muchos casos, esta obsesión se convierte en una forma de escape de inseguridades emocionales o problemas de autoestima, lo que agrava aún más el trastorno».
Lo curioso es que la visita al médico no suele ser directamente por este motivo, lo que refleja que los padres aún no lo ven como un problema real. «Suelen acudir los padres con las niñas por otro motivo, como una revisión de pecas, algún eccema, y al final de la consulta nos preguntan qué deberíamos recomendar sobre esos productos de cosmética. Ahí es cuando nosotros les decimos que a esa edad no necesita cosméticos, sino solamente protector solar, que es la mayor causa de envejecimiento, a esas edades no necesitan otra cosa», apunta Lasheras.
El dermatólogo cree que estas preocupación corporal «ha llegado para quedarse» y la fiebre por los productos cosméticos «van a seguir ese mismo auge, y en niños también, a no ser que se les eduque, por eso hay que hacer un esfuerzo de profesores, padres, médicos, colegios, para no preocuparse tanto por la imagen personal, y hacer ver que son productos peligrosos. No son inocuos, producen efectos adversos», matiza el facultativo.
La psicóloga Mulet añade que además de problemas físicos como «obstruir los poros y llevar a brotes de acné en edades muy tempranas, está el problema de la salud emocional, la percepción negativa de la imagen, de la apariencia, a no encontrar aceptación del propio cuerpo», explica. «Les crea presión por cumplir los estereotipos de belleza, la obsesión por la imagen, una distorsión de la belleza y la sensación de crecer demasiado rápido. Si se exponen de manera temprana a un contexto adulto pueden saltarse etapas del desarrollo y eso no es saludable», establece.
Según los expertos, estos pequeños influencers han creado unos estándares de belleza poco realistas que promueven la idea de que la apariencia es lo más importante y quien no tenga esa apariencia, no va a encajar ni a ser popular. Una presión social tóxica que puede ser crucial en una edad en la que se está formando la personalidad. «Las familias pueden prevenir con estrategias para fomentar la autoestima, la aceptación personal, el valor interior. Y limitar el uso de la tecnología y de las redes sociales, que hagan un control los padres para ver a partir de qué edad se puede acceder a redes sociales y algunos contenidos», destaca Mulet.
Además es muy importante, según la psicóloga, «fomentar el juego acorde a su edad, no la imitación del mundo adulto», añade. «Las niñas de entre 8 y 12 años están incrementando el gasto en cosméticos, que los padres muchas veces consienten, llegando a surgir el concepto de cosmeticorexia. Hay riesgos para la salud física, ya que muchos maquillajes no están diseñados para la piel de los menores de edad y puede provocarles irritaciones, alergias o reacciones cutáneas graves», sostiene.
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