«Los padres no pueden hacer lo que quieran con los niños. Tienen derechos»
Jorge Cardona, presidente del Comité de Unicef de la Comunitat Valenciana
Jorge Cardona es presidente del comité de Unicef en la Comunitat Valenciana. Además, es catedrático de Derecho Internacional Público de la Universitat de València y es un experto sobre los derechos de los niños.
–¿Cómo trabaja Unicef?
–Depende de si es una nación desarrollada o no. En los países no avanzados Unicef actúa como fondo de Naciones Unidas en materia de sanidad, educación, saneamientos. Pero en las naciones desarrolladas, como España, se trabaja a través de asociaciones nacionales.
–¿Qué trabajo realizan en un país como España?
–En los países desarrollados el trabajo es distinto. En el caso del fondo de Naciones Unidas lo que hace Unicef es sustituir al Estado en lo que este no llega. En los desarrollados, su misión es hacer que el que tiene que hacer haga y defiende los derechos de los niños a través de la incidencia política ante las administraciones públicas para que se respeten y garanticen. Por otro lado, recauda fondos para allí donde trabaja directamente. Unicef realiza su labor en 190 estados, de ellos en 170 se actúa con el fondo y en los otros, con comités nacionales.
–¿Cómo actúa en la Comunitat?
–Trabajamos para que haya cada vez más ciudades amigas de la infancia. Esto implica tener un plan de infancia con consignación presupuestaria y contar con consejos de participación de los niños. También ayudamos a la Generalitat con asistencia técnica para que se respeten los derechos de los niños. Estuvimos colaborando con la Ley de Infancia. Formamos parte del pacto por la infancia y hemos ayudado en la elaboración de la Estrategia de la Infancia o en la creación del Consejo de Participación de Infancia de la Generalitat. Es un trabajo de incidencia que se ve poco pero cuyo resultado es que los derechos de los niños se ven mejor respetados.
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Cuenta para ayudar a Unicef en Ucrania
ES89-2100-2874-83-0210078532
–¿Cuántas ciudades amigas de la infancia hay en la Comunitat?
–Son 21. Es un proceso que se va multiplicando. Empezamos con cuatro, pasamos a ocho y luego a 16 y hay gran número de ciudades candidatas. El procedimiento para optar es complejo porque se tarda dos años para prepararse.
–¿Cuál es el papel de Unicef en la crisis ucraniana?
–Unicef lleva mucho tiempo en Ucrania. Lo primero que hicimos al estallar la guerra fue sacar a las familias de la zona peligrosa y dejar a trabajadores. Ninguno se movió sino que han aumentado. Hemos identificado las necesidades y hemos ido reaccionando con programas en materia de agua y saneamiento. A fecha de hoy tenemos una crisis con más de un millón de niños que han salido del país, pero dentro quedan muchos millones que están siendo asesinados, heridos, y que se encuentran traumatizados.
–¿Cómo realizan su labor?
–Hay unidades móviles más locales que se establecen para atender a los niños. Estamos trabajando en las ciudades como en el camino de los que van saliendo de esas zonas. Hay muchos niños en movimiento yéndose a otras poblaciones que necesitan atención psicológica, de salud y educativa. Utilizamos cada vez más el sistema de puntos azules que son lugares donde madres y niños pueden entrar a descansar y para identificar a los menores que no van acompañados.
–¿Qué le parece el aluvión de donaciones?
–El 5 de marzo ya habíamos llevado una gran cantidad de material y seguimos haciéndolo. Unicef tiene el mayor almacén del mundo en Copenhague con material apto para estas zonas. Unicef lo que pide es que aporten dinero. Entiendo la solidaridad que lleva a dar suministros pero no es eficaz porque primero hay que clasificarlo, transportarlo y puede ser lo que no se necesita. Nosotros sí tenemos preparadas las cosas necesarias y es mejor dar dinero para que podamos reponerlo. Lo que pedimos es financiación. Para la crisis de Ucrania necesitamos 350 millones.
–¿A qué retos se enfrenta Unicef en la Comunitat?
–Se han dado grandes pasos como la ley de Infancia, la Estrategia de Infancia, o la creación del consejo de participación autonómico. Ahora hay que ponerlo en práctica. Hay que conseguir que los niños reciban una educación de calidad y dejen oír su voz en los temas que les conciernen. Seguimos teniendo niveles de pobreza infantil inadmisibles. Es necesario políticas para evitar que el 20-21% esté en riesgo de pobreza. Son 300.000 niños en riesgo de exclusión. Pedimos una ayuda por hijo universal más allá del ingreso mínimo vital. Las políticas fiscales de desgravación por hijo no sirven porque el pobre no paga impuestos y por ello tienen que ser ayudas directas.
–¿Se respetan los derechos de los niños?
–Los niños se ven limitados en sus derechos por lo que hacen otras personas. El derecho es del niño no de los mayores. Que un padre no pague impuestos no puede hacer que el niño deje de recibir una ayuda. La sociedad está obligada a garantizarlos. Un dato estremecedor es que el 73% del abuso sexual infantil se produce en el ámbito familiar sin diferencia de clase social. Hay que seguir trabajando porque los niveles de violencia contra la infancia son inasumibles. Además, seguimos con una mentalidad de que los niños pertenecen a los padres y pueden hacer con ellos lo que quieran. Pero tienen sus derechos. Nos sigue quedando mucho por avanzar en este campo y la tarea no sólo es proteger sino también promover a los niños como ciudadanos con sus propios derechos.
