Los padres deberán prometer por escrito el curso que viene que ayudan a los hijos con los estudios
Las familias tendránuna copia de la carta de compromiso, cuyo contenido decidirá el centro y aprobará el consejo escolar
El pleno del Consell aprobó ayer los nuevos Reglamentos de Organización y Funcionamiento (ROF) de los colegios públicos de Primaria y los institutos de Secundaria, que incluyen importantes novedades respecto a la normativa actual, que data de los años 90. Por ejemplo, será necesario, a partir del curso que viene, que los padres firmen una carta de compromiso elaborada por el centro que busca fomentar la implicación de las familias en el proceso de aprendizaje de los hijos.
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El contenido de esta especie de contrato simbólico será elaborado por la escuela y aprobado por su consejo escolar, y debe servir para «garantizar la cooperación entre las acciones educativas de las familias y el centro en un entorno de convivencia, respeto y responsabilidad en el desarrollo de las actividades educativas», tal y como recoge el borrador de ambos reglamentos que, previsiblemente, serán oficiales hoy.
La redacción es ambigua y da pie a cantidad de aplicaciones por parte de los centros, que podrán hacer valer su autonomía en la concreción de la carta. Desde buscar el compromiso de las familias a la hora de supervisar la realización de deberes o del tiempo de estudio hasta fomentar la responsabilidad de sus hijos en el seguimiento de estas tareas, como encargarse de llevar los libros a clase o de anotar los ejercicios que deben hacer en casa.
También se puede hablar del fomento de las buenas prácticas en el uso de nuevas tecnologías -que existe en los centros pero no siempre en el ámbito familiar- e incluso de ser parte activa en el respeto al diferente, al maestro o a las instalaciones. Sucede lo mismo: son cuestiones más que reguladas a nivel normativo, por lo que el compromiso debe servir para que desde las familias también se tengan en cuenta y se potencien.
La carta será de aplicación tanto en Primaria como en Secundaria, se formulará por escrito, con una copia para la dirección y otra para la familia, y tendrá vigencia a partir del curso que viene, así como la gran mayoría de disposiciones de los nuevos reglamentos, que al fin y al cabo regulan todos los aspectos que influyen en la organización escolar.
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Otra actualización llamativa es que los centros (se entiende que los equipos directivos) «podrán proponer requisitos de titulación y capacitación profesional respecto a puestos de trabajo determinados de acuerdo con los límites que establezca la conselleria». Es algo que suena mucho a lo recogido en la Lomce del PP y que puede servir para que un colegio establezca perfiles docentes para cubrir una vacante, desde formación en determinados idiomas hasta en nuevas tecnologías o en atención a la diversidad. Será la única capacidad de decisión de un director o directora en relación a nuevas incorporaciones a la plantilla.
Los reglamentos también regulan la figura del voluntario para ayudar en las aulas o en proyectos del centro, y avanzan en la autonomía en cuanto a permitir el nombramiento de nuevos coordinadores (como el de la biblioteca). También exigen que tanto en 1º de Primaria como en 1º de la ESO los tutores, siempre que sea posible, tengan la condición de funcionario con destino definitivo en el centro.
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