Pablo Gil: «Se han adaptado muy bien, habría que vernos a nosotros hablando ucraniano»
El Cónsul honorario de Ucrania en Valencia pone en valor la buena relación entre la comunidad de Europa del Este y los valencianos: «Tenemos muchas cosas en común»
ÁLEX SERRANO
Jueves, 25 de agosto 2022, 00:01
Pablo Gil es el cónsul honorario de Ucrania en Valencia. Es el encargado, por tanto, de que la adaptación de los refugiados que han cruzado ... Europa mientras huían de una guerra que se les echó encima. El balance de los primeros seis meses de un conflicto que temen largo evidencia que la relación entre las dos comunidades ha sido más que adecuado, pese al retraso de las administraciones. Los ciudadanos, una vez más, parece que han estado por encima de sus gobernantes.
-Es la primera celebración de la independencia del país en tiempo de guerra.
-Somos muchos más que antes de la guerra, casi 20.000 más. Además, es especial porque se cumplen seis meses de la resistencia al invasor ruso. Otto von Bismarck decía que una nación es aquella que se defiende y nada ha fortalecido más el sentimiento ucraniano que esta resistencia contra Moscú.
-¿Los refugiados ven la victoria más cerca?
-Sí, pero son seis meses fuera del hogar. Son seis meses de deterioro del país: resiste pero la economía se resiente. Muchas familias están temporalmente rotas: los maridos y los hijos mayores están allí. Hay una sensación generalizada de que se va a conseguir resistir pero los últimos acontecimientos, en los que hemos visto que ha perdido fuelle el ejército ruso, nos llevan a pensar a una guerra de desgaste e intuimos que puede durar más tiempo. El objetivo es recuperar los territorios ocupados. Se entiende que va a llevar tiempo.
-¿Y consiguen mantener la moral alta?
-Me ha sorprendido el sentimiento de unidad que veo en todos. Hay mucho patriotismo. Ucania tiene 900.000 hombres disponibles para luchar. Cuando empezó la guerra, entraban y salían de Polonia el mismo número de personas: salían los refugiados y entraban los trabajadores ucranianos para luchar. Eso se mantiene en el tiempo. El problema es el deterioro. El 70% de producción ucraniana salía por vía marítima y ahora este comercio está muy limitado por la evolución de la guerra. Pero están absolutamente convencidos en lo justo de defender su nación. Incluso los que están aquí lo tienen claro.
-¿Ha habido buena relación entre las comunidades ucraniana y valenciana?
-Desde que ha empezado todo esto, no ha habido un solo conflicto. Hubo alguna agresión por parte de la comunidad rusa a personas de la comunidad ucraniana, pero ha sido anecdótico. El encaje ha sido muy bueno. El perfil es mujeres jóvenes con hijos. Eso ha facilitado mucho la integración. No ha habido conflictividad de ninguna clase. Tenían una cultura europea, eso les ayuda a encajar: cierto control de las tecnologías, facilidad para aprender idiomas, se comparten lazos religiosos. La gente encaja bien. Pasados seis meses ya no hay barrera del idioma. Si fuera al revés habría que vernos hablar ucraniano.
-Algunos llevan ya varios meses en Valencia, pero el deseo de todos ellos será, evidentemente, volver a su país.
-Sí, han venido pocas personas mayores porque prefieren morir en sus casas, pero los que han venido están como locos por volver. Son familias que quieren reunificarse: una parte de la familia se ha quedado allí. Hay muchos que están teletrabajando y tienen sus viviendas allí en propiedad. Putin utilizó a los refugiados como un arma de guerra: le dijo a Europa que venían 11 millones de refugiados. Hemos conseguido concebirlos como un arma contra Putin: están trabajando, están integrando, no hay conflictividad... cuando vuelvan, van impregnados de una cultura europea y de una forma de hacer las cosas que les enriquece. Va a ser un éxito y eso acelerará la entrada del país a la Unión Europea.
-La integración de los más pequeños también ha sido buena.
-Hay cosas en las que hay que mejorar, como el acceso a la vivienda, pero la escolarización ha sido impecable. Es muy difícil escolarizar a alguien que no entiende absolutamente nada. Los alumnos valencianos los han acogido bien, los han protegido, los han cuidado... Son 9.000 escolarizados, que no es cualquier cosa. Cuando vuelvan nunca se van a olvidar de la gran experiencia que han tenido en España: van a tener amigos del cole, de las familias, de los vecinos... Es como los españoles que durante la guerra estuvieron en Francia o en México, se crean lazos que no se romperán nunca.
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