Si hace unos años nos llegan a decir que Cristina Cifuentes se convertiría en personaje de 'Sálvame' nos hubiéramos sorprendido. O tal vez no, porque apuntaba maneras a decir verdad. Pero se le presuponía una carrera política mucho más larga y exitosa que no le iba a dejar tiempo para estos menesteres. Luego se cruzaron los másteres y cremas en su vida y eso precipitó el que podría haber sido su destino natural. Lo cierto es que de momento la expresidenta de Madrid solo ha acudido al programa vespertino de Telecinco como invitada (para dar una sorpresa a la presentadora escritora que lo conduce algunos días) pero no es descartable que en algún momento termine formando parte de una sección, teniendo en cuenta lo ecléctico que es.
Lo que sí visitará regularmente es el plató de Ana Rosa, en el que participará en la tertulia política. Es un primer acercamiento al universo Mediaset. Uno sabe cómo entra en esa casa pero no lo que termina haciendo. Y si no que se lo pregunten a María Teresa Campos, que de fichaje estrella en los 90 pasó a protagonista de un 'reality'. Pero ese es otro tema.
Los integrantes de 'Sálvame' se felicitaban de que una figura política pisase su estudio, porque alegan que normalmente les suele dar miedo acercarse a este formato. En los últimos años se ha impuesto la opinión de que los políticos deberían acudir a todo tipo de espacios, da igual que sean de debate, de cocina o de canto. Se ha extendido esa idea de que es conveniente ver a los representantes públicos en escenarios diferentes, menos encorsetados. ¿Pero qué puede aportar un político a 'Sálvame'? Y sobre todo ¿qué puede aportarle a él esta visita?
Cada programa tiene sus reglas, sus temas, sus personajes. Y no es necesario que todo el mundo encaje en todos. Ni tampoco es meritorio. Dicho esto siempre hubiese creído que Esperanza Aguirre tenía un futuro televisivo más claro que cualquier otro del PP (a excepción de Celia Villalobos claro). Se le ha adelantado Cifuentes. Ese terreno, dado su perfil multidisciplinar, también se le daría bien a Rufián (es un Kiko Hernández), Rafael Hernando (me recuerda a Matamoros), Cayetana Álvarez de Toledo (en plan María Patiño) o Begoña Villacís (que se da un aire a Gema López).