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Los Emmy han dado pistas ya sobre por dónde discurrirán sus preferencias a la hora de otorgar los premios de este año. Tenían dos caminos y al parecer, salvo sorpresas, van a optar por el más convencional. Lo de arriesgar no va con ellos. Y esto no deja de ser extraño teniendo en cuenta que si hay un campo en el que se está innovando hoy en día ese es precisamente en el seriéfilo.

De momento los miembros de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión han comenzado a repartir estatuillas en Invernalia. Los de 'Juego de Tronos' recibieron diez distinciones el fin de semana, así que parten con ventaja de cara al próximo domingo, que es cuando se celebra la gala oficial de los Emmy. No es que los académicos hayan decidido conceder ventaja al formato de HBO, sino que los americanos para evitar galas interminables adelantan el reparto de las categorías técnicas, y ahí Daenerys y los suyos no han encontrado rival. Falta por ver si cuando toque juzgar los guiones, la dirección y las interpretaciones mantienen la preferencia.

Lo de la ausencia de riesgos se ha percibido también en la elección del mejor título animado, donde han salido victoriosos Los Simpson. Han cumplido 30 años y todavía se alzan como referentes en su género, por encima de propuestas novísimas como 'Big Mouth', 'Bob's Burgers' o 'BoJack Horseman', que se han visto derrotadas una vez más. Y en el caso de la última de las citadas tiene delito. Posiblemente sea uno de los mejores títulos estrenados en los últimos años y que se puede medir cara a cara con otros relevantes como 'Breaking Bad' o 'Dexter', por citar dos de los más emblemáticos con antihéroes como protagonistas. En el caso que nos ocupa el personaje principal es un caballo (cabe recordar que habitan en un mundo donde humanos y animales antropomorfos conviven con naturalidad), que protagonizó en los años 80 una telecomedia de éxito y después cayó en el olvido. Es una producción ingeniosa, mordaz, valiente. Y se atreve a abordar un tema como el de la depresión que aún es tabú incluso en la tele. Si en vez de un caballo al frente estuviese un Don Draper no dejaríamos de hablar de esta serie.

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