Desorientación en el PSPV de Valencia

El PSPV no es un partido de gobierno en la ciudad de Valencia, es una mera comparsa de Compromís. Y eso se nota. Carece de un criterio propio y se limita a seguir el camino trazado por los nacionalistas, que son quienes marcan la agenda, con alguna que otra bronca en la que finalmente se acaba imponiendo el criterio de la mayoría. Los errores, los fracasos, son también sus errores y sus fracasos pero los aciertos (de haberlos) los capitaliza el partido dominante, el que tiene la Alcaldía. Ideológicamente, la formación se debate entre mantener el tono moderado de la socialdemocracia o competir con el populismo que en la ciudad encarna Compromís, una vez la marca blanca podemista (València en Comú) desapareció del mapa víctima de extravagancias, radicalismos y representantes tan desconocidos como prescindibles. Todo ello con el añadido de la siempre complaciente actitud hacia el nacionalismo procatalanista tan característico de la izquierda valenciana. Esta desorientación en la que se encuentra sumido el PSPV de Valencia ciudad es la que nos puede ayudar a entender las razones por las que sin venir a cuento y dos días antes de que los Reyes de España visiten la ciudad, la vicealcaldesa y secretaria general del PSPV de Valencia, Sandra Gómez, se haya lanzado a publicar en un medio digital amigo una carta dirigida a la militancia en la que pide «normalizar» el debate sobre la monarquía, una iniciativa que sería perfectamente entendible en cualquier cargo de Compromís o de Podemos pero que chirría en un partido que en estos momentos tiene la responsabilidad del Gobierno de España. Es posible que simplemente se trate de una forma de conseguir eco mediático o de desviar la atención sobre el evidente fracaso de no lograr que la gala de los Goya se vaya a celebrar en Valencia, una apuesta de la fracasada aspirante a alcaldesa, pero mucho me temo que más allá de estas interpretaciones se encuentra la que puede aportar la auténtica clave del asunto. Que no es otra que la desorientación, el haberse quedado sin sitio, el estar fuera del primer plano. El partido que gobernó la ciudad de Valencia entre 1979 y 1991 y que lideró la oposición a Rita Barberá entre 1991 y 2015 es hoy un actor secundario. Y a veces, ni eso. Casi un figurante, el niño que hacía de árbol en la representación teatral de Navidad en el colegio. Aquí hay dos modelos de ciudad frente a frente, la cutreValencia.com de Ribó-Grezzi, los maceteros, la pintura verde, el mercadillo en la plaza y los arbustos en los alcorques o la que debe liderar María José Catalá. Y en tierra de nadie se encuentra Sandra Gómez y su ofensiva contra la monarquía.