Se despide una temporada televisiva tremendamente atípica, que sin duda va a tener consecuencias en el sector y en las parrillas de los próximos meses. La crisis en la publicidad y las restricciones a la hora de abordar proyectos tendrán consecuencias de las que el espectador será consciente. Se acaba un curso que no pasará a la historia por ningún hallazgo televisivo (siguen triunfado los 'realitys' en Telecinco, 'El Hormiguero' en Antena 3, los cocineros en TVE, la información machacona en La Sexta y nada en Cuatro) sino por el continuismo y por la capacidad de adaptación de las distintas emisoras para seguir adelante con su programación pese a la pandemia declarada y el estado de alarma decretado. Ha sido una prueba de fuego para profesionales y público y lo ideal sería que se quedase como un paréntesis y que no marcase un punto y aparte. ¿Conseguiremos recordar esta época, en cuanto a contenidos televisivos, más allá del coronavirus? Espero que sí. La ficción, por ejemplo, bien lo merece. En 2020 destaca la calidad y la diversidad temática de las series españolas. 'Perdida', 'El último show', 'La línea invisible' o 'Veneno' son un buen ejemplo entre lo nuevo. Y 'Vamos Juan', 'Mira lo que has hecho' y 'El Ministerio del Tiempo', ya veteranos, han vuelto aún mejor de lo que se habían ido. No olvidaremos tampoco el culebrón vivido a cuenta de los derechos para emitir 'Pasapalabra', que perdió Telecinco por una decisión judicial y fueron a parar a Antena 3, que lo recuperó para alegrar sus tardes. Aunque para culebrón, el de Estefanía y Christofer en una isla plagada de tentaciones que fue la comidilla en todas las conversaciones. No imaginábamos entonces lo que irrumpiría con fuerza unas semanas después.