Será el día 11 de enero cuando la empresa Nautalia haga públicos los carteles del abono de Fallas. Pero nuestro compañero José Luis Benlloch ya ... los adelantó el día de Nochebuena. Buen trabajo de investigación. Así que para decirle adiós a este año que tantas cosas buenas ha traído para el mundo del toro, entre todas ellas esa cátedra de arte, valor y compromiso de Morante, se impone poner el acento en lo que consideramos son claras deficiencias de unas combinaciones que a buen seguro en nada variaran, vamos que, como dice la aseveración popular, estas van a misa.
Te pones a mirar los carteles y, siendo objetivos y obviando gustos y afectos, hay poco margen para hacerle hueco a las ausencias. Lo que sí merece una reflexión son las exigencias de algunas figuras, y las que no lo son tanto. Ves la combinación del día 15, Ureña y los jóvenes Ángel Tellez y Francisco de Manuel, que tienen entre sus méritos dos puertas grandes en Las Ventas, lo que no es poca cosa, y a continuación te vas al día siguiente, el 16, en el que se anuncian juntitos, el reaparecido Castella, Manzanares y Talavante, ¡ojo!, entre los tres suman sesenta y cuatro años de alternativa, y salta a la vista que algo no se está haciendo bien.
Que uno de los mayores atractivos que tiene la fiesta brava es el constante estímulo a los jóvenes. De no poner remedio a este abuso, y mirando la acertada oferta de novilleros que se hace en este abono, cabe preguntarse qué futuro les espera. Por eso aplaudimos el gesto de El Juli, de exigir que le ponga en sus carteles al joven Tomás Rufo, porque de lo contrario estaría en la cola de la caridad que supone esperar una oportunidad en Las Ventas. Hay excesos que lastran, y el de hurtar un puesto en la siempre atractiva corrida de Victorino, el día de San José -mano a mano Ureña y Luque-, se nos antoja que es otro desmán que viene a darle la razón a quienes opinan que es incompatible la gestión mancomunada con Madrid. Ojalá que estén equivocados.
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