Malestar entre funcionarios por la oposición «enciclopédica» para plaza de A-2 de la Generalitat
El sindicato Csif denuncia un examen sin tiempo y preguntas fuera de temario: «Casi nadie pudo llegar al final»
Manuel García
Valencia
Martes, 27 de mayo 2025, 13:32
«Una vez más, quienes aspiramos a un puesto en la Administración Pública Valenciana nos hemos enfrentado a una prueba que, más que para medir ... competencias, parece diseñada para frustrar voluntades». Desde el sindicato Csif no escatiman en críticas hacia el reciente examen del Cuerpo A2-01, que ha generado un profundo malestar entre los opositores, «no solo por su excesiva dificultad, sino por el tiempo absolutamente insuficiente concedido para completarlo».
Juan Carlos es uno de los aspirantes que se presentó a la prueba y aún está indignado por lo ocurrido. No concibe cómo se puede buscar la excelencia a través de una prueba que era una auténtica carrera de obstáculos y donde el razonamiento quedaba fuera en favor de la velocidad pura, como si se tratara de un concurso de la televisión.
La primera de las pruebas para aspirar a técnico de gestión, el segundo escalón entre los trabajadores de la Generalitat, se celebró hace algunos meses. Cien preguntas tipo test. De los 4.000 aspirantes iniciales pasaron la criba unos 700.
El segundo examen fue, en palabras de Juan Carlos, «uno de los más difíciles de toda la historia. Ni mi profesor de academia entendía muchas de las preguntas. Están jugando con la ilusión y el esfuerzo de mucha gente», se lamenta.
Este aspirante, que lleva alrededor de seis años de trabajo en busca de una plaza, asegura que el sufrimiento no le merece la pena y dará carpetazo a su aspiración: «Lo voy a dejar porque si no me va a costar el matrimonio, la paternidad…»
Había dos horas para contestar al examen. El plazo, que puede parecer apropiado, queda en casi nada cuando se detalla las características de la prueba. En primer lugar había 25 preguntas tipo test, muy enrevesadas y donde había mucho por leer y deducir. Además, cada error penalizaba como un tercio de acierto. Por tanto, cada tres errores se descontaba un acierto.
Pero no quedaba ni mucho menos ahí la cosa. Cinco preguntas de desarrollo, cada una de ellas con apartados, que hizo imposible que se pudiera llegar hasta el final: «Casi nadie pudo», se queja.
Lo que llenó ya el vaso de la indignación de los aspirantes fue el hecho de que hubiera dos preguntas sobre procedimientos de contratación, «que no están dentro del temario, por lo que van a tener que anularlas»
«El objetivo de cualquier proceso selectivo debería ser identificar el talento y la preparación de los aspirantes. Sin embargo, cuando los exámenes se convierten en auténticas carreras contrarreloj con un nivel de dificultad desproporcionado, se desvirtúa completamente el propósito de una oposición: no se premia al mejor preparado, sino al que, en un golpe de suerte, acierta más en menos tiempo», agregan desde el sindicato Csif.
«No podemos seguir permitiendo que los procesos selectivos de esta Administración se conviertan en trampas disfrazadas de meritocracia. Evaluar sí, exigir también, pero siempre con respeto, equilibrio y sentido común. De lo contrario, se pierde no solo talento, sino también la confianza de toda una generación de aspirantes», han concluido.
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