«Hay que hacer que los jueces puedan acceder al registro de medidas cautelares»

–Pero, ¿podría volver a ocurrir?

–Es muy fácil cuando ha ocurrido un hecho tan terrible creer que se podría haber evitado. Desde el Observatorio estamos intentando poner en marcha una serie de protocolos y medidas en colaboración con todas las instituciones para que los juzgados estén conectados y todos los operadores jurídicos conozcan las circunstancias por las que pasa una mujer con el objetivo de que no vuelva a ocurrir un hecho tan execrable.

–¿Se ha implementado ya alguna medida?

–Algunas. Hemos comunicado a los presidentes de los TSJ la necesidad de que los juzgados de familia y los de violencia e instrucción estén comunicados de alguna forma. Hay que hacer que los jueces puedan acceder a los registros en los que constan las medidas cautelares que se conceden para las mujeres y sus hijos. Nos hemos puesto en comunicación con el centro de documentación (Cendoc) del CGPJ así como el propio Ministerio del Interior para que esta coordinación sea posible.

–El Consejo ha propuesto medidas para evitar estas situaciones. ¿Ve factible que se apliquen?

–Hemos visto gran preocupación en todos los operadores jurídicos y parte de las instituciones y de las comunidades para poner en marcha estos mecanismos. Es factible aplicarlas y estamos convencidos de que en los próximos meses podrán estar en marcha.

–¿Es complicado que los jueces consulten el Siraj? ¿Se han dado pasos en esta dirección?

–No es complicado como tampoco lo es poner en marcha el sistema de alertas que ya está integrado en el propio sistema. Se han dado pasos en esa dirección: se ha comunicado al Ministerio de Justicia, a la comunidades y a los tribunales superiores para que todos los jueces puedan tener acceso a los sistemas integrados y puedan conocer en todo momento las medidas cautelares impuestas por otros órganos judiciales.

–¿Las comunidades están poniendo los medios?

–Estamos convencidos de que las comunidades tienen una especial preocupación por estos hechos que afectan a las personas más vulnerables. Y desde luego están poniendo en marcha todos los mecanismos para que la conexión sea eficaz.

–¿Son frecuentes los casos de violencia vicaria?

–Los casos de lo que para nosotros es la violencia que se ejerce sobre los hijos de las afectadas por la violencia de género con el fin de seguir maltratando a las propias madres no están aumentando en los últimos meses. Sí que vemos que han crecido las medidas de protección dirigidas a tejer esa red de seguridad al entorno de la víctima. Desde la última modificación legislativa, han aumentado hasta un 500% las medidas de suspensión del régimen de visitas y la retirada de la patria potestad. El sistema judicial está funcionando correctamente y los niños están protegidos de esta violencia machista.

–¿Cuántos juzgados de violencia de género hace falta crear en España?

–En España es necesario hacer un esfuerzo de creación de nuevos juzgados con carácter exclusivo sobre todo en algunos partidos judiciales donde todavía existen los mixtos que ejercen esa competencia pero carecen de medios como para poder proteger a las mujeres con la misma calidad y cantidad de recursos que existen en las capitales donde suele haber juzgados de violencia de la mujer exclusivos y especializados, En cada partido judicial tendría que haber uno especializado y es lo que venimos pidiendo desde el Observatorio.

–¿Están las mujeres protegidas con la actual legislación?

–La actual legislación ha sido premiada por organismos internacionales como ONU Mujeres. Desde luego la forma integral en la que se está protegiendo a las mujeres víctimas de violencia de género en España es una manera que ha sido imitada y que es modelo para otras legislaciones de nuestro entorno. Hay que seguir avanzando y el Pacto de Estado contra la Violencia Machista supuso modificaciones legislativas que vemos que están siendo muy efectivas para esa protección. No hay que bajar la guardia.

–¿Están creciendo las denuncias?

–El hecho de que aumenten, por un lado, nos alerta de la necesidad de seguir trabajando y no bajar la guardia en la protección de las víctimas porque sigue existiendo violencia machista en nuestro país. Por otro lado, tiene una lectura positiva porque este delito que no se denunciaba, está empezando a visibilizarse y a salir de la intimidad familiar.