Los expertos priorizan las obras hídricas antes que el escudo verde de Valencia
Reconocen que los parques antiinundaciones son necesarios pero que es necesario comenzar por lo más urgente
Todas son obras necesarias. Así lo reconocen los expertos. Y tienen que hacerse. Pero unas son más importantes y tienen que ejecutarse con ... prioridad sobre las demás. Esto es lo que opinan la mayoría de expertos consultados por este periódico sobre la necesidad de anteponer las actuaciones hídricas antirriadas previstas desde hace años (como la presa de Vilamarxant o la de Cheste, los encauzamientos del barranco del Poyo o la Saleta) al escudo verde que quiere construir el Consell en l'Horta Sud, siguiendo el curso del barranco del Poyo, y en la ribera del Turia en un proyecto que el martes presentó el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.
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El decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en la Comunitat Valenciana, Javier Machí, ha indicado que en primer lugar se debería actuar para prevenir el peligro, el riesgo que se corre.
En este sentido, Machí ha recalcado que las propuestas de reforestación y protección frente a la erosión, hidrotecnias y zonas de retención de fangos y escorrentías o de áreas de laminación deberían ser prioritarias. A continuación se pueden hacer las actuaciones para acercar a las personas.
El representante de los ingenieros de Caminos ha manifestado que una vez las obras que son prioritarias se pueden ejecutar las que tienen elementos de interconexión cultural, paisajística y de movilidad verde.
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«Entiendo que todo es posible y la idea deberá progresar hacia unas soluciones que respeten el patrimonio arquitectónico, las zonas residenciales afectadas por efectos de las infraestructuras lineales y las consolidadas que puedan protegerse mediante actuaciones estructurales», ha resaltado Machí.
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Pero, el ingeniero resalta, que atendiendo al plan de reconstrucción del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) sólo existe una presa prevista en la zona afectada por las pasadas inundaciones de octubre. Se trata del pantano de Montesa en el curso del río Canyoles.
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En opinión de Machí, se deberían estudiar posibles presas de mayor o menor entidad en la cuenca del Magro (aguas arriba de Forata, río Buñol o barrancos de Montroy y Turís). Además, considera el decano de los ingenieros de caminos, también habría que plantearse la construcción, si no se ha hecho ya, de la presa de Vilamarxant o alguna otra en la cuenca del Turia.
En el mismo sentido, se ha pronunciado Manuel Miñes, actualmente gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat, pero en su calidad de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y con experiencia durante su trayectoria laboral en obras hídricas, que ha resaltado la prioridad de poner en marcha en primer lugar las obras hídricas pendientes en la Comunitat desde hace muchos años.
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Miñés considera «acertado» que el gobierno valenciano haya lanzado la intención de crear ese corredor verde «amortiguador de los efectos perniciosos de las riadas. No quiero pensar que sea un sueño de verano casi irrealizable o un intento de complacer a esa izquierda antipresas ecologista irredenta».
Considera que los 150 millones es una cantidad insuficiente, sobre todo teniendo en cuenta el coste de las expropiaciones y en este sentido recuerda el presupuesto de las que se acometieron para ampliar la V-21 y las obras se pospusieron diez años. Por otro lado, entiende que no se ha tenido en cuenta el importe de mantener toda esta nueva infraestructura en perfecto estado con su componente lúdico, recreativo y cultivable.
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Por otra parte, considera que se echa en falta en el documento una petición al Estado de acometer las obras previstas en cabecera y en las zonas medias de las minicuencas. «La prevención en cabecera es previa y tanto o más necesaria que las zonas verdes o zonas de amortiguación», ha aclarado y ha añadido que deben ir acompañadas de medidas estructurales.
También se ha pronunciado Eduardo Rojas, ingeniero de Montes y director del equipo que está redactando el proyecto. En este sentido, ha reconocido que más prioritarias son las obras antirriadas, las infraestructuras. Pero ha matizado que son actuaciones complementarias.
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En esta línea, ha recordado que la Confederación del Júcar tenía obras aprobadas en 2011 que no se hicieron y señala que también hubo que tener en cuenta las entonces críticas ecologistas. Rojas ha indicado que para las confederaciones el tema de las inundaciones no era en ese momento prioritario, algo que ha cambiado. En cuanto a las obras ha resaltado que no tienen porque oponerse entre sí y es necesario coordinarse unas con otras.
Por su lado, el arquitecto Julio Gómez-Perretta considera que ambas obras son complementarias y recuerda que en las comisiones de investigación del Senado y Les Corts se ha insistido en la necesidad de crear zonas inundables «también en los barrancos que están más arriba».
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