El eterno SOS de la Albufera: cañas, basura y barro tres meses después de la dana

Pero no sólo las cañas. También la basura continúa sin ser retirada de muchos puntos pese a los esfuerzos realizados en las últimas semanas en los que también han colaborado voluntarios. Precisamente el próximo 2 de febrero, coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales, organizaciones ecologistas (Acció Ecologista-Agró, Ecologistes en Acció del País Valencià, Per l'Horta i Xúquer Viu) han organizado una jornada en la que una de las actividades será la recogida de basura presente en el parque por parte de los asistentes.

Basta un breve recorrido por el parque para comprobar su estado. En las zonas del sur, donde los efectos de la dana fueron menos agresivos, la situación está más o menos normalizada. Pero en la parte norte las cicatrices provocadas por el temporal todavía continúan abiertas. El barro y el lodo siguen presentes en muchos puntos dificultando la circulación por los caminos que recorren el parque.

La situación es especialmente complicada en aquellos puntos cercanos al barranco del Poyo donde los efectos del temporal fueron más sobresalientes. En el puerto de Catarroja la situación ha mejorado algo respecto a como se encontraba los primeros días tras la tormenta pero las señales de la dana siguen presentes con acumulaciones de cañas, basuras y lodos. Algunas tuberías, que suelen estar enterradas, han quedado al descubierto por el paso del agua y los arrastres y el barro está presente por todas partes. Incluso se puede ver en las inmediaciones del puerto un vehículo destrozado por las inundaciones que todavía no ha sido recogido.

Los campos, como es habitual en esta época del año, permanecen todavía inundados pero tendrán que empezar a sacar el agua a partir del mes de marzo. Y los agricultores están temerosos por lo que se puedan encontrar. Especialmente delicada es el estado de las motas (tramos de tierra que separan los campos) ya que muchas de ellas pueden haber podido quedar destrozadas.

Los arroceros se muestran temerosos ante esta situación ya que hay que empezar a trabajar los campos para prepararlos para la siembra del arroz. Algunos temen, sobre todo los de los tancats al sur de la laguna, no poder empezar a trabajar por el estado en el que la dana ha dejado las parcelas y han advertido que la siembra puede estar en peligro en el caso de que no se tomen medidas de forma inmediata.

Hay que tener en cuenta que devolver el parque a la situación previa a la dana es un trabajo que va para largo. Las labores de restauración del paraje se prolongarán durante 2025 y más allá. Son palabras del subdirector general de Espacios Naturales de la Conselleria de Medio Ambiente, Carlos Borrás Pla, que pronunció durante la segunda sesión de la comisión no permanente para la recuperación de las zonas afectadas por el temporal en la ciudad de Valencia.

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Uno de los peligros de esta situación es la presencia de residuos tóxicos. No se trata únicamente de troncos de madera y árboles casi completos, pedazos de parachoques, plásticos de todo tipo, ruedas y arrastres producidos por la riada y llegados a las playas. También se pueden ver restos de productos farmacéuticos y otros artículos químicos que pueden elevar los niveles de contaminación.

A pesar de que en los primeros días se detectaron niveles muy altos de amonio (un indició de la presencia de aguas residuales no tratadas), desde mitad del pasado diciembre ya no se han encontrado. De hecho, los resultados de contaminación fecal y de bacterias se concentran en el barranco del Poyo, lugar que los expertos han instado a que se limpie en el plazo de tiempo más breve posible.

Pescadores y agricultores se han quejado de la acumulación de lodos y sedimentos que están dificultando su trabajo. Por ello se plantea la posibilidad de acometer dragados puntuales pero los expertos aconsejan previamente realizar una batimetría del lago para comprobar la situación en la que se encuentra.

Por otro lado. los expertos también aconsejan ser prudentes en las labores de limpieza ya que se considera que algunos restos son beneficiosos para el parque y se pueden descomponer de forma natural.