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Participantes en una escuela de verano, en una imagen de archivo. LP
Así serán las escuelas de verano

Así serán las escuelas de verano

Los padres tomarán la temperatura al niño antes de llevarlo, lo dejarán al menos a dos metros de la entrada y las actividades se harán en grupos de diez

Joaquín Batista

Valencia

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Sábado, 6 de junio 2020, 00:31

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Las escuelas de verano, fundamentales para la conciliación laboral y familiar, llegarán en la fase 3 de la desescalada, y como es lógico estarán muy condicionadas por la crisis. La Conselleria de Sanidad ya ha remitido a los ayuntamientos el protocolo que se debe seguir para garantizar la seguridad, que implica limitaciones de aforos y normas estrictas de gestión y para las familias que matriculen a sus hijos. Lógicamente las directrices serán de obligado cumplimiento para las empresas que opten a su organización a través de concursos impulsados por los municipios -suelen desarrollarlas en los centros escolares tras el periodo lectivo- así como para las organizaciones sociales que las quieran impulsar.

En cuanto al aforo, dependerá mucho de dónde se desarrolle la actividad. Si es al aire libre, como se recomienda, tendrá que limitarse al 50% de la capacidad máxima en una situación normal, estableciendo como límite los 200 usuarios. En el caso de que se utilicen instalaciones cerradas se reducirá drásticamente, pues sólo se podrá acoger a un tercio del aforo tope, y siempre sin pasar del centenar de participantes.

En cualquier caso, los juegos o actividades que se vayan a realizar se tendrán que organizar en grupos de diez niños o jóvenes, atendidos cada uno por un monitor. Además, se contempla la posibilidad de establecer turnos, y se fija que la jornada diaria de la escuela de verano tenga una duración de seis horas.

El protocolo, facilitado por la conselleria a LAS PROVINCIAS, establece que las familias deberán tomar la temperatura de los niños a diario, antes de llevarlos. Además, tendrán que presentar una declaración responsable en el sentido de que los hijos no han estado «en contacto estrecho» con alguna persona con síntomas de Covid-19 en los 14 días previos al inicio de la escuela.

También se recomienda ventilar las instalaciones diariamente, mientras que la limpieza y desinfección deberá realizarse dos veces durante la jornada, una de ellas al finalizar, prestando especial atención a las superficies de contacto. Para los aseos, si no son individuales, sólo se podrá utilizar la mitad de urinarios y respetando la distancia de dos metros. En cuanto a las entradas y salidas se prevén zonas diferenciadas, y para los menores que acudan acompañados por sus familiares «se señalará una distancia de dos o más metros hasta la entrada al recinto donde poder dejar a los niños».

Respecto a las mascarillas, se deberán emplear en mayores de seis años cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad, salvo que estén contraindicadas. Además, el protocolo señala que no es recomendable el uso de guantes y que si en las actividades programadas es preciso el contacto físico con el alumno, tanto este como el monitor deberán lavarse las manos antes y después del mismo.

En relación al comedor, se evitará el autoservicio y se ofrecerá un menú individual a cada comensal. También se contempla la necesidad de realizar una formación antes del inicio a toda la plantilla de monitores, y se informa de cómo proceder en el caso de que algún participante empiece a presentar síntomas en las instalaciones: se tendrá que habilitar una sala individual y ventilada elegida previamente donde permanecerá el afectado con una persona adulta, ambos con mascarilla, a la espera de que lleguen sus padres, a los que se informará de que deben llamar a su centro de salud o al teléfono de referencia (900 300 555).

La queja de las Ampas

También se dan casos en que son las Ampas las que se encargan de organizar las escuelas de verano. Aunque las instrucciones también les afectan, no han recibido hasta el momento ninguna comunicación oficial, como explica Sonia Terrero, presidenta de la confederación Covapa. «Da la sensación de que las Ampas no existamos, y consideramos que se trata de unas actividades fundamentales para unos niños que han permanecido tanto tiempo encerrados. No entendemos que se entorpezca la organización», dijo.

El protocolo recalca que las medidas planteadas pueden flexibilizarse en el caso de que la actividad coincida con la siguiente fase, es decir, con el avance hacia la nueva normalidad.

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