El director de Salud Mental sobre el protocolo para Psiquiatría en La Fe: «No podemos cachear a los pacientes»
Expertos señalan que el riesgo cero no existe y que estas unidades no son cárceles
Las unidades de Psiquiatría no son cárceles. Esta es la idea que ha querido transmitir el director general de Salud Mental, Bartolomé Pérez, tras el incendio en la del Hospital La Fe que costó la vida a una mujer. Pérez ha indicado que el personal sanitario «no podemos cachear a los pacientes».
El director general, durante su comparecencia para presentar el plan de bienestar emocional en los centros de enseñanza, ha señalado que cuando llega el paciente a una de estas unidades se le hace depositar todos sus objetos personales. Pero ha señalado que no están en un cárcel y pueden salir, incluso tienen permisos de fin de semana.
Una de las salidas más habituales de estos pacientes es a fumar o a dar una vuelta cuando les visitan unos familiares. Si salen a echar un pitillo, se les proporciona un mechero que tienen que devolver a la vuelta. Pero el personal sanitario no es un cuerpo policial por lo que no pueden realizar determinadas actuaciones.
En el caso concreto de la persona detenida por haber provocado el incendio, Pérez ha señalado que se trata de un paciente con un brote psicótico en fase maniaca. Después de haber saltado a la pista del aeropuerto para detener a los aviones fue ingresado con una autorización judicial. «Nosotros solo podemos proteger dentro de la ley», ha explicitado Pérez.
Bartolomé Pérez ha insistido en el hecho de que el personal sanitario no es una policía y ha indicado que «es fácil introducir un objeto en estas unidades». Ha puesto el caso de una mujer en una unidad psiquiátrica que se introdujo varias veces un mechero en la vagina para saltarse los controles. «Eso no lo podemos controlar», ha remarcado el director general de Salud Mental quien ha señalado que estos comportamientos son la excepción porque los enfermos suelen colaborar con el personal sanitario.
En la misma línea se ha pronunciado Francisco Bellver, presidente de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunitat Valenciana, quien ha señalado que entran en colisión dos derechos como son el derecho a la intimidad y el de seguridad. Bellver ha indicado que los pacientes de estas unidades no pueden tener un mechero, «pero si lo esconde al personal sanitario, hay muy poco que se pueda hacer».
«Si bajan con unos familiares a la calle y estos con buena voluntad le entregan un mechero para que se puede encender un cigarro, si ellos no lo entregan al personal sanitario al volver a la unidad no se les puede registrar», ha manifestado Bellver. «La única alternativa es el cacheo, algo que no podemos hacer», ha recalcado.
Bellver ha indicado que en una unidad psiquiátrica no puede haber mecheros en las habitaciones como tampoco hay objetos contundentes o sogas, «pero hecha la ley, hecha la trampa».
En este sentido, el presidente de la Sociedad de Psiquiatría Valenciana ha afirmado que una vez que vuelven de un paseo o si han salido a fumar se les pide que enseñen los bolsillos, «pero esto es lo máximo que podemos hacer. No podemos decir al personal de seguridad que cacheen a los internos». Ha añadido que «puede que una familia que no sabe poner los límites le entregue un mechero u otro objeto y si no quiere que se le halle, no se le encuentra».
En cualquier caso, tanto Bartolomé Pérez como Francisco Bellver coincidieron en el hecho de que esto no suele pasar. «De las 17 o 18 salas que hay en la Comunitat, lo que ha pasado es lo anecdótico. Es una desgracia pero no es lo habitual».
Por su lado, Omar Ruiz, presidente de la sección de Sanidad de CSIF, ha destacado que la conexión con los cuerpos de seguridad funcionó porque si no la situación hubiera sido peor. «Gracias al personal se evitó una tragedia aún mayor», ha expresado.
Ruiz ha recordado que han denunciado un hecho similar ocurrió en el Hospital Clínico el año pasado en el que un interno también quemó un colchón. En este sentido, ha indicado que en la Unidad de Psiquiatría de La Fe falta personal para atender adecuadamente a los internos.
El presidente de Sanidad de CSIF ha indicado que no saben cómo pasó el mechero, pero remarca que «el personal no da abasto. Lo lógico es que hubiese un profesional por paciente». También ha insistido en la necesidad de incrementar la seguridad.
Por su parte, Amparo Dasí, de Comisiones Obreras, ha destacado que la actuación ejemplar del personal sanitario, que intervino con rapidez y profesionalidad en una situación extremadamente compleja y peligrosa.
Ha precisado que desde el servicio de prevención del hospital se imparte formación sobre el plan de autoprotección. Sin embargo, este incidente ha puesto de relieve que no basta con la formación si no se acompaña de medidas reales de protección para los trabajadores de unidades especialmente sensibles, como es la planta de psiquiatría o el servicio de urgencias, en los cuales las agresiones a profesionales se han convertido en algo, por desgracia, habitual.
«Solicitamos que se refuercen las medidas de seguridad y prevención en la unidad de psiquiatría. No se trata solo del control de accesos y las infraestructuras adecuadas, se trata de la protección integral de la plantilla frente a situaciones de riesgo, asegurarse de que todo el personal sanitario de servicios sensibles a estos incidentes haya recibido la formación adecuada sobre cómo actuar en situaciones de riesgo», ha añadido.
Por otro lado, ha pedido al servicio de prevención del hospital que asuma un papel activo en el seguimiento de las consecuencias de este suceso. «Las trabajadoras han vivido una experiencia traumática, creemos que es imprescindible ofrecerles acompañamiento psicológico, talleres de gestión emocional o espacios de terapia, como parte del cuidado laboral que merecen», ha precisado.
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